26 julio, 2024
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La escuela debe ser cristiana, afirma el presbítero salesiano Galo Moret

Es doctrina de la Iglesia Católica que la escuela para los cristianos debe ser cristiana, esto es, que se ajuste en todo a lo que manda la Santa Religión.

En toda escuela, particular o del estado, la instrucción religiosa debe considerarse como lo más importante y la Santa Madre Iglesia tiene derecho y obligación de procurar que todos sus hijos reciban la debida instrucción religiosa; el medio práctico para conseguirlo es la escuela cristiana. Pocos niños recibirán instrucción religiosa suficiente si ésta no se da en la escuela.

LA ESCUELA LAICA

La impiedad moderna no quiere que Dios reine en la sociedad y, para impedirlo, ha inventado dos medios: el matrimonio llamado civil y la escuela laica. Para que Dios no reine en la familia, en el hogar, con el matrimonio civil se da patente de verdadero matrimonio a lo que ante la religión es una unión ilícita y detestable.

Para que Dios no reine en el corazón de los niños, con la escuela laica oficial se destierra a Dios de la escuela. Para conseguir que todos los niños y jóvenes pasen por el molde del ateísmo oficial se persigue todo lo que se puede a las escuelas particulares y aún se procura, abierta o solapadamente, su absoluta extinción.

La escuela laica se llama así, no porque sean laicos los maestros, sino porque en ella se prescinde completamente de la religión; es la escuela atea o sin Dios. La Iglesia Católica condena la escuela laica, sea particular o de estado, por muy justas razones.

La escuela del estado laica para todos constituye un atentado a la libertad de conciencia y a la justicia. En efecto, se obliga a los católicos a costear una escuela condenada por la religión y tienen que mandar a ella a sus hijos y si quieren educarlos en una escuela cristiana, deben costear dos veces la educación, lo cual es una verdadera injusticia.

Con la escuela laica, los niños se forman sin instrucción religiosa y, por consiguiente, sin religión. Precisamente eso es lo que pretenden los defensores de la escuela laica, pues son tales sólo los impíos sectarios que desean destruir la religión y saben que el gran medio para conseguirlo es la escuela sin religión. Las escuelas sin religión son prácticamente escuelas contra la religión; así lo demuestra la experiencia. Generalmente los hombres son lo que eran las escuelas que frecuentaron, puesto que la escuela forma al hombre; las escuelas sin religión forman hombres sin religión.

Los ejemplos y enseñanzas de los maestros sin religión constituyen siempre un gran peligro para la fe de los niños cristianos.

Más aún, en los textos y explicaciones sobre la historia y otras ramas de las ciencias naturales se dan nociones falsas y contrarias a la religión.

Aun cuando se prescindiera de atacar directamente a la religión, el excluir a Dios de la escuela constituye ya un crimen gravísimo, un desprecio a la religión y un ejemplo de impiedad sumamente perjudicial. Sí. La escuela laica forma una generación de hombres sin religión y, por consiguiente, sin moral. La religión sólo puede hacer al hombre verdaderamente moral.

Todo católico consciente debe detestar la escuela laica y hacer todo lo que esté a su alcance para que en todas las escuelas se enseñe a amar y servir a Dios. Autor de este escrito y reflexión: Pbro. Galo Moret (Salesiano)