23 febrero, 2025
ROTATIVO DIGITAL

Elecciones Internas del PRD

El ejercicio realizado por el Partido de la Revolución Democrática el domingo 28 de octubre es una prueba de fuego que puso una vez más en el ojo del huracán a este instituto político; las tribus, pretendiendo el mayor número de consejeros, echaron mano de sus mejores cuadros.

Pero, también, y hay que decirlo, de las mismas artimañas por las que siempre ha criticado a otros partidos políticos, tales como la inducción y compra del voto a través de despensas y dinero en efectivo.

 

Las pretensiones de algunas tribus de ganar a la mala provocaron, en algunos casos, la suspensión de la votación y en algunos otros, de plano no se instalaron las casillas, como fue el caso de Patzcuaro, entre otros. Esto no debiera ser sorpresa porque son muy conocidos los esquemas de funcionamiento interno del PRD, donde las tribus suelen pegarse hasta con la cubeta; pero lo verdaderamente sorprendente es que a pesar de las últimas derrotas se continúe por el mismo sendero, presentando este tipo de imagen y esquemas que ya demostraron su agotamiento.

Quizás la intención ha sido buena en cuanto a regresar a los militantes el derecho de elegir sus órganos de dirección, aquí el asunto es el grado de contaminación en una gran parte de las estructuras territoriales perredistas, donde personas sin escrúpulos dicen ser de alguna corriente interna y no existe nadie con el suficiente liderazgo ni calidad moral para meterlos en cintura.

Tenemos una dirigencia estatal muy vulnerable que es presa fácil de las tribus internas. Impunemente siguen utilizando el partido para repartirse las boronas de un poder ya inexistente en Michoacán, que por su ambición de poder, poco les importa ser competitivos en contiendas constitucionales. Para las tribus es más cómodo desde los consejos buscar espacios de representación proporcional que de mayoría relativa, poco importa si este instituto político con el tiempo se pueda convertir en partido marginal.

Existe una necesidad apremiante que sean los mejores cuadros quienes lleguen a ocupar estos espacios de dirección, con el propósito de que se eleve el nivel de debate en los consejos y no solamente vayan a levantar el dedo para legitimar acuerdos logrados tras bambalinas por las corrientes en la tan criticada mesa política.

No es cierto que todos los militantes de izquierda aprobemos los criterios y esquemas de trabajo que han regulado en los últimos años el funcionamiento del PRD en Michoacán, hay muchos que tenemos propuestas, que creemos que se deben hacer replanteamientos de los esquemas de trabajo, reformas estatutarias, fortalecimiento de sus estructuras y, sobre todo, garantizar que los procesos de selección de candidaturas sean más transparentes y democráticos, porque en las últimas contiendas, por decir menos, fueron pusilánimes.

Es cierto que la diversidad genera dinamismo y discusión en los partidos y debiera ser una práctica saludable para el fortalecimiento de su democracia interna, pero esto debiera darse en un marco legal de fraternidad y respeto y no de presión y chantaje para lograr a la mala espacios de poder y pagar compromisos personales o de grupos, en donde las bases y ciudadanos quedan olímpicamente excluidos.

El papel de la Comisión de Garantías y Vigilancia ha sido prácticamente nulo, existen verdaderas granujas que han manchado al P.R.D y nunca fueron sancionados, antes bien algunos de ellos fueron premiados con candidaturas o espacios en administraciones perredistas, en detrimento de otros compañeros con perfil que fueron olvidados o, en el mejor de los casos, ubicados en el último eslabón de la cadena, algunos de estos personajes continúan haciéndole daño al partido y fueron, sin duda, quienes otra vez mancharon el proceso interno perredista. Ojala se revise el proceso, se investigue lo que pasó y sancione a los responsables para bien de la izquierda en Michoacán.