Lic. Alfredo Castañeda Flores Analista
3 abril 2021.-El sueño de todo hombre es tener por lo menos un hijo, dejar huella de su paso por la vida, que su apellido siga existiendo, aun después de su partida. Sin embargo, la naturaleza, el universo, Dios o como le llames a la esencia que nos da aliento, se encarga de que algunos, jamás alcancen ese ferviente deseo y terminan adoptando y/o criando hijos ajenos.
Ésta es la historia de un padre que tuvo la inmensa dicha de ser padre, de un niño y una niña. Sobra decir que ambos lo hicieron sentir orgulloso de sus pequeños, medianos y grandes logros, aunque para muchos progenitores, esos “éxitos” sean una obligación.
A los dos hijos los quiso desde que cada uno nació, se dedicó a cuidarlos, a protegerlos, a allanarles el camino de espinas, tratando de dejarles una rúa limpia, sin contratiempos y lo más feliz posible. El niño creció sin mayores problemas ni contratiempos, actualmente es un profesional destacado. Pero la horma de su zapato desde pequeña fue la niña, muchas veces, pese al inmenso amor que siempre le ha tenido (él a ella), ella lo dejaba en mal ante los demás, profesores, compañeros de estudios, padres de sus “amistades”, algunas veces se enteraba, la mayoría, no, pero notaba el cambio de esas personas hacia él, sin embargo, jamás ha sido como los demás, nuestro protagonista es único, realmente diferente a todos, no le importaba el cambio de carácter de los demás hacia él, simplemente se concentraba en amar a su familia.
La hija fue creciendo, pero su actitud fue la de preferir a los demás, antes que a su familia (padres y hermano), le encantaba andar metida en convivios, fiestas, reuniones, actividades que iniciaba y muchas veces no terminaba, todo lo que fuera andar en la calle. Estuvo en ballet, gimnasia, folklor, pintura, canto, teatro, inglés, gastronomía, etc., lo que sí es de admirarse es que sus estudios normales, sí los ha continuado, así fue coleccionando seudo amigos, mayores, menores e iguales que ella y la situación en su hogar se volvía cada vez peor para su familia y ella, porque al tener amistades de diferentes lugares y áreas, las invitaciones, por consiguiente eran innumerables y esta adolescente jamás respetaba la decisión de sus padres, mientras le daban permiso todo era felicidad, cariño hacia ellos, palabras bonitas, pero cuando de vez en cuando le negaban un permiso, todo era malo, pésimo, negativo, gritos, llanto, berrinches, etc., y no de una vez, si el evento era en dos o tres días, todos esos días, era el mismo drama y espectáculo, prometiendo lo que hasta la fecha no ha cumplido, que la dejaran ir a esa fiesta y que la próxima ya no iba. Mentiras, solo mentiras, porque en la siguiente y demás era lo mismo, no aceptaba un no por respuesta.
A todos lados donde iba, fuera por estudio, deporte o diversión, alguno o ambos de sus padres la llevaban al lugar donde se realizaría la actividad, y al término de la misma iban por ella, y/o si no tardaba más de dos horas, ahí se esperaban afuera del lugar. La mayoría de las ocasiones nuestro personaje era quien la consintió, llevándola a donde a su hija se le ocurría, incluso le compraba lo que ella quisiera, le dio toda su confianza a tal grado que, en su casa, bromeaban con el papá, sin límites, pero con respeto, hasta ese grado es la confianza que les ha brindado siempre a sus hijos. Al ser un hombre triunfador, jamás ha faltado el dinero ni en casa, ni en los gustos y deseos de sus hijos. Y considero que aunque no les ha dado todo lo que han querido, porque también tiene criterio, esto les afectó, sobre todo a la niña, porque al crecer y tener dinero a su disposición, lo ha utilizado para comprar la amistad de sus falsos amigos, a tal grado de invitarlos a comer a la casa, invitarles algún café, refresco en la calle para que platiquen con ella, incluso hasta comprarles botellas de alcohol y lo demás que deseen, incluso hasta el traslado del lugar de origen de los que son foráneos, hasta donde vive, así de necesitada de amistades está.
Nuestro protagonista siempre le ha allanado el camino de la vida de problemas y, cuando ha sabido que se meten con su hija, la ha defendido, frente a quien sea, sin importarle nada más que ella. Y su gran amor que siempre le ha tenido. Esto y más, siempre lo ha hecho con gusto y sin reprocharle ni lo más mínimo. Así transcurrieron muchos años, sin embargo, al iniciar este 2021, su hija cometió una infracción que puede traer consecuencias, su mamá le encontró una botella de tequila vacía y un ticket de la compra, por lo que le preguntó si había bebido, provocándose una discusión con fuertes gritos y jaloneos, a lo que pese a tener un acuerdo entre padres de que cuando uno regañe el otro se abstiene de opinar lo contrario, salvo que sea algo injusto, se acercó, junto con su hijo, pero en lugar de mejorar la situación, ésta empeoró, saliendo a flote que la hija reprochó al padre las defensas que ha realizado de ella frente a otras personas, lo que provocó en el papá una fuerte desilusión y una mezcla de emociones encontradas dentro de si mismo: tristeza, coraje, enojo, rabia, principalmente decepción, porque él, todo lo que ha hecho por su familia ha sido por amor, creyendo que se había ganado el amor y la confianza, en este caso, de su hija, pero se dio cuenta que nada de eso ocurrió, porque todos quisiéramos que nuestros padres nos protegieran de todo y frente a todos, y vaya que hay muchos que hemos sufrido peores actos en la calle y nadie sale en nuestra defensa.
Así que, amable lector, este padre que ha hecho tanto por sus hijos, ha tenido un inicio de año muy complicado, porque no esperaba esa respuesta de la persona que más ha amado en su vida, a la que le ha brindado su amor, su confianza, su tiempo, quien le ha robado la tranquilidad, el sueño, lo ha desvelado, etc., no comprende por qué esa inmadurez de su hija, pese a ser mayor de edad, por qué prefiere a los demás, antes que a ellos, que son los que siempre han estado, están y estarán mientras vivan. Los seudo amigos hoy están, mañana, no, mucho menos si deja de darles cosas, de comprar su amistad, siendo la mayoría de ellos unos pobretones carentes de la mínima calidad moral, porque una amistad verdadera no necesita pagarse y de esas existen pocas, y es lo que no comprenden la mayoría de personas, por lo que su decepción es mayor, pues tantos años de convivencia no han servido para hacer entender a su hija que lo más importante para el ser humano es el amor de sus padres. Aunque en apariencia, parecía que sí. ¡Ponte atento!