TACÁMBARO, Mich. 4 de abril del 2012.- No me quedan dudas que el general Eduardo Dávalos Hernández, flamante secretario de Turismo municipal, le echa ganas como nadie para desarrollar las tareas que le encomienda el edil Octavio Aburto Inclán, pero, también, le echa ganas para su propio beneficio particular.
Todos en Tacámbaro queremos que la ciudad sea declarada Pueblo Mágico, por supuesto, pero el asunto falló cuando el general y sus cuates entraron con el sable desenvainado y, con los ambulantes, taxistas, tianguistas, antorchistas, democráticos y otros sectores, toparon con piedra. Faltó, lo he dicho muchas veces, negociación y tacto para implementar un proyecto que es indispensable para la ciudad de Tacámbaro, bella entre las bellas poblaciones de México. Don Lalo El Mister Dávalos, por su enorme cariño a Tacámbaro y la estrecha relación con el ahora alcalde Octavio Aburto Inclán, ahora es secretario de Turismo Municipal, nivel que nadie tiene, a excepción del secretario de Seguridad Pública, entre todos los nuevos cargos que aparecieron a propuesta del presidente y aprobados por los serviciales regidores del ayuntamiento, donde 6 son del PAN, dos del PRI y dos del PRD.El estimado general Don Lalo, pues, es secretario de Turismo en el ayuntamiento, hace poco locutor con licencia de la estación súper libre de la radio del periodista Naty Arriaga, administra un restaurant en El Mirador, maneja también un negocio de computadoras y aditamentos y, claro, el domingo pasado, ya se le notaba el cansancio. En la radio de Tacámbaro, recordemos, Don Lalo se la pasaba aventando flores a su patrón Octavio Aburto Inclán, olvidando que proviene de una institución con disciplina y debe evitar las lisonjas y adular en exceso. Gracias a Dios, y por la propia salud de Don Lalo, acaba de pedir permiso para dejar un tiempo el micrófono, dejándonos sin ese gran talento que tiene para entretener al auditorio; como administrador del restaurante El Mirador, Don Lalo se ha beneficiado muy bien desde que Octavio Aburto Inclán era candidato, luego presidente y las rentables comidas que le vende al ayuntamiento, sin olvidar, también, lo que le vende de su tienda de computadoras. Han sido buenas entradas para Don Lalo El Mister, complementadas con una actitud que no le queda a un ex militar que se degrada al ser un merolico o bufón del presidente municipal de Tacámbaro.
Se ve muy mal Don Lalo; pero, bueno, las ganancias recompensan esa actitud y no podemos dejar de reconocer que tiene talento para festivales, tianguis en la plaza, baile de la tabla y otras. Lleva un ritmo de trabajo que, hemos visto en otros funcionarios, puede traer repercusiones negativas en la salud y… con la salud no se juega…