Con la llegada de la Navidad y el Nuevo Año hacemos generalmente un balance de lo que fue nuestra vida, lo que hicimos, qué nos faltó, qué nos gustaría hacer, cómo nos gustaría que fuera nuestro entorno y nos rodeamos de un sin fin de propósitos que tienden generalmente a que seamos mejores.
A veces consideramos que nuestro año no resultó del todo favorable y comenzamos a sentir que inclusive fue este un año perdido; sin embargo, cada año de nuestra existencia sigue marcando las bases para lo que vendrá más adelante, si hacemos las cosas bien seguramente el próximo resultará mejor.A raíz de lo anterior quisiera en esta ocasión compartir el ideario de un joven abogado mexicano de tan solo 25 años de edad, a quien su vida lo marcó con la tragedia y que, sin embargo, esa mala experiencia forjó su carácter y los cimientos para buscar y luchar desde la actividad que realiza para lograr que el México que hoy conocemos, sea como lo imaginaba su padre; me refiero a Luis Donaldo Colosio Riojas, el pensamiento que plasma es sin lugar a dudas interesante porque es la visión de una persona apegada más bien a la sociedad civil que a la línea partidista.
“Mi vocación en sí no es la política; es un ambiente muy inestable, muy traicionero, un ambiente sucio muchísimas veces y muy limitado para la gente que quiere hacer las cosas bien”.
El México que Luis Donaldo Colosio Riojas ve es el que muchos percibimos y que quisiéramos. “Nosotros mismos estamos mal al pensar que la clase política, el gobierno, es una especie de monarquía, de intocables, de seres celestiales que controlan todo. En México tenemos un severo síndrome, un trastorno social que yo llamo el efecto Mesías, estamos todos, de alguna forma u otra, esperando a que llegue un redentor milagroso, que se siente en la silla del águila y cambie todo el país por completo, y por más romántico que suene eso, es completamente ridículo: ridículo esperar que una sola persona cambie a millones de mexicanos”.
“México necesita urgentemente mexicanos comprometidos con su país, que digan yo no necesito ser presidente, diputado, no quiero ser regidor, es más, ni siquiera quiero ser líder de mi colonia o sindical; simplemente voy a ser un buen arquitecto, voy a educar bien a mis hijos, me voy a asegurar de que en mi entorno, en mi colonia, no hagan cosas que sé que están mal.”
“En México la gente se pierde mucho en los detalles y éstos, de uno en uno, de manera individual, no constituyen mayor problema, por eso no siempre le ponemos la atención que deberíamos. Pero ya que se acumulan los detalles, logran una amalgama de problemas bastante grave que sí debemos ponerle atención; son esos pequeños detalles, creo yo, los que podrían llegar a cambiar radicalmente la estructura y el tejido social y moral de este país”,
En México hace falta educación: “Ya la necesitamos, pero una educación integral, de fondo, y no me refiero a conocimientos, a dato duro. En las escuelas hacen falta clases de civismo o de ética o de moralidad, no le enseñamos valores a nuestros hijos, y lo que es muchísimo más alarmante y que deberíamos detener inmediatamente, es que durante décadas, irresponsablemente, los padres de familia delegamos la obligación que nosotros tenemos de educar a nuestros hijos enteramente al maestro”.
“México descuidó a sus jóvenes”, actualmente al menos siete millones de mexicanos que no estudian ni trabajan, muchos de ellos de la misma edad de Donaldo Colosio Riojas, quien considera que la mayoría de la sociedad toma este fenómeno desde una perspectiva equivocada. “Condenamos de antemano a estos millones de jóvenes, cuando quien los abandonó fue la propia sociedad, fuimos nosotros, porque para ellos no hubo oportunidades de desarrollo, oportunidades reales de educación, de empleo; todo esto le tocaba hacer a la ciudadanía, a los padres de familia, a México”.
“Fue México como sociedad la que no cuidó de esos niños en su momento y permitió que crecieran y se convirtieran en jóvenes sin rumbo”.
“Veo a una sociedad que se preocupa por el combate frontal a la delincuencia, a las adicciones y todo lo que es crimen y todo lo que es una corriente negativa en el país. El país empieza a utilizar todos tus recursos, pero el problema se va a salir de control, porque mientras combates estos problemas que ya estallaron acá, hay otros nuevos que se están fraguando, por ejemplo, nuestros futuros niños”.
“ME PROOCUPA”.
“Me preocupa que veo a un país olvidado por sus líderes, quienes se concentran en sacar adelante sus carreras y a sus partidos antes que a su gente.
Me preocupa ver un abismo de desigualdad y diferencia, permeado todo por la infame indiferencia de quienes tienen la responsabilidad de honrar la confianza de su gente.
Me preocupa ver que en el Congreso imperan el caos y la desunión, que los ‘triunfos’ de mis diputados sean ver quién difama más al otro o quién silencia con más fuerza. Que exista un aura de trabajos inconclusos y que los pocos que se dedican al trabajo son sopesados por quienes se dedican al ultraje.
Me preocupa ver más respeto en las tribunas de un clásico de futbol mexicano que en los escaños y curules legislativos.
Miles de millones de pesos, de nuestro dinero, de nuestros impuestos, se reparten a ‘unos cuantos’ para hacer bien ‘muchos nadas’, mientras tanto nuestros niños tienen hambre, tienen sed y tienen miedo. Miedo, no de una inseguridad que crece sin medida, sino de lo que seguramente terminarán siendo: seres olvidados y marginados por su patria y a quienes luego se les reclame de ‘holgazanes’.
Me preocupan todos y cada uno de los miembros de mi familia, más de 112 millones de jóvenes, que miran al futuro sin un rumbo certero, ese rumbo que nuestros predecesores se negaron rotundamente a asegurar y que ahora miran con desconcierto alegando que ‘no es su culpa’.
-¿Pero qué te pasa, México? ¿En qué momento se volvió rutina suicidarte?-
Me preocupa mi gente, que prefiere esconderse frente a una pantalla de televisión que detrás de un libro, o mejor aún, de un oficio.
Me preocupa que la política de desarrollo colectivo nacional en estos momentos pareciera que se llama ‘resignación’, pareciera que se llama ‘derrota’.
Me niego rotunda y enfáticamente a quedarme dormido, a darme por vencido. Así me tachen de por vida de demente o inadaptado. Qué ilusos somos todos al pensar que México necesita héroes, si lo único que le hace falta es la atención de sus ciudadanos, o mejor quizá, unos cuantos más de estos.
Este es el movimiento de la tercera insurrección mexicana, cuyo campo de batalla se libra en nuestros propios corazones, donde las únicas armas que encontremos y utilicemos deberán ser la paz, el trabajo y la Patria: suficientes muertes ha soportado lo sagrado de este suelo, y la tierra que se tiñe de rojo con la sangre de mi sangre es testigo de mi entrega. La batalla se gana en el corazón de nuestra gente, al denunciar nuestras propias faltas al país… y a nuestra estampa”.
Luis Donaldo Colosio Riojas
HIJO DE TIGRE…. Hasta aquí mi comentario, mi correo electrónico licsebpastrana@yahoo.com o sígueme en facebook en Sebastián Pastrana Ferreira y en twitter como sebastianpastr3. ¡FELIZ NAVIDAD!