25 enero, 2025
ROTATIVO DIGITAL

Y tu tiempo se acabó…

El tiempo de pegarle a la piñata tiene un límite, lo dice el inocente canto popular navideño.

Recuerdo haber visto o leído declaraciones de Sergio Sarmiento, por allá en los inicios del neoliberalismo a la mexicana, en las que decía no entender la necedad de insistir en querer sembrar maíz en nuestro país, si salía más barato comprarlo que cultivarlo.

Ahora me queda más claro que Sergio Sarmiento era desde entonces como hasta ahora, un vocero del sistema político neoliberal en el gobierno. Ese sistema se estableció, creció, se amplió, se fortaleció, con una red de intereses en la que todos desde distintas trincheras sumaban esfuerzos hacia una sola dirección: perpetuar ese sistema para su servicio. Empujaban hacia esa meta al unísono la gente del poder ejecutivo, del poder legislativo, del poder judicial, organismos electorales, medios de prensa escrita y electrónica con sus distintos voceros de toda laya.

Si tomamos el año 1982 como arranque de ese sistema, fue un sistema que se sostuvo 36 años ininterrumpidos, incluidos los dos sexenios panistas. Por fortuna no tuvimos que esperar a que durara cien años (no hay mal que dure cien años), pues el pueblo despertó a tiempo para detener ese camino al suicidio nacional a que éramos conducidos con absoluta irresponsabilidad como nación.

El tiempo de pegarle a la gran piñata que es México se acabó. Se lo cantamos los mexicanos a la clase política que se aloja en los distintos ámbitos del Poder Ejecutivo, del Poder Legislativo, del Poder Judicial, de los órganos autónomos como el Instituto Nacional Electoral, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a  todos los poderes económicos y políticos establecidos, constitucionales y fácticos.

Traje a colación el nombre del periodista Sergio Sarmiento a propósito de su artículo en el diario Reforma del 25 de julio, que tituló: El pueblo es sabio, que escribió para pitorrearse de AMLO con motivo de las decisiones que se tienen que tomar con respecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), a partir de que anunció que sometería a consulta popular la decisión.

El columnista de Reforma rememoró palabras textuales de AMLO a propósito de la confianza que él deposita en el pueblo: “El pueblo es sabio, sabe lo que le conviene…”. “Se equivocan menos los ciudadanos que los políticos. El pueblo tiene un instinto certero, es sabio…” “La democracia es el poder del pueblo. En la democracia es el pueblo el que manda, el que decide…" (Citas de marzo de 2018 en entrevista colectiva en Milenio). Todo ello para confrontar esa fe en el pueblo ignorante per se, en teoría, con las complejidades técnicas y financieras implicadas en una obra monumental que lleva años en proceso de concepción, diseño y construcción.

Que el pueblo es sabio, que sabe lo que le conviene…; que el pueblo tiene un instinto certero, como lo dice AMLO, lo demostró el 1 de julio reciente, cuando le dijo a la clase política y económica gobernante: tu tiempo se acabó. ¿Había en el mundo algo más complejo e intrincado que los intereses de la clase política neoliberal mexicana en el poder? Por supuesto que no tenía parangón en el mundo; sin embargo, el pueblo entendió esa complejidad y ya no quiso saber nada más de ella: la sepultó con más de 30 millones de votos.

Hay la percepción en nuestro país de que el proyecto de Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México puede ser el summum de la corrupción del sexenio de Enrique Peña Nieto.  De ahí que AMLO durante su campaña por la Presidencia de la República haya alertado sobre ese punto. Y más reciente acaba de decir el 23 de julio: El NAICM  “es un asunto importante, delicado, implica tomar decisiones que reclaman miles de millones de pesos de presupuesto público…Entonces para no equivocarnos, lo mejor es preguntar.. La tónica del nuevo gobierno va a ser consultar, preguntar, porque el pueblo es sabio…".

Imagínense si no es para preocuparnos, cuando al frente del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACN), responsable del proyecto de nuevo aeropuerto, está nada menos que el secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza, considerado por algunos de sus críticos como “el esteta de la corrupción” del sexenio peñanietista. Para corroborar esto y más, recomiendo la lectura del artículo de Jenaro Villamil: El nuevo aeropuerto del peñismo, las seis pistas de la corrupción (Proceso, 27 de marzo 2018).