TACÁMBARO, Mich. 24 de noviembre del 2011.- El empresario Valentín Rodríguez Gutiérrez perdió las elecciones municipales por su soberbia y actitudes de cacique de rancho. A nadie le hace caso cuando se le suelta la arrogancia y, sintiendo que con sus millones de pesos lo puede todo, abre la boca y dispara misiles de todo calibre y para todas las direcciones.
Arrastrando al PRI y otros proyectos, Valentín Rodríguez le dio el triunfo a Octavio Aburto Inclán y sepultó las esperanzas de muchas personas que creen en el tricolor como partido y como convicción. Valentín Rodríguez no hizo caso a la gente que comentó, en su momento, que no era posible candidatearse para el ayuntamiento de Tacámbaro y que le diera la oportunidad a otros cuadros, entre ellos a Octavio Aburto Inclán, ahora presidente electo municipal, y no escuchó el repudio generalizado a su proyecto de gobernar por tercera ocasión la administración local. Se subió a su macho y nadie lo bajó. Realizó una campaña de intimidación, con discursos arrogantes y la gente le dio para atrás. No quiso convenir con los medios y cerró su televisora a todos, incluso a él mismo, pero sí fue corriendo a la radio local cuando notó que Octavio Aburto estaba subiendo en la preferencia electoral. Fue una campaña de errores garrafales, de simulación, de prepotencia y demás que dio por resultado una derrota histórica del tricolor en Tacámbaro, enterrando ilusiones de cuadros dinámicos que traen el PRI y el Verde Ecologista. Valentín Rodríguez perdió con el propio Valentín Rodríguez y no porque sea un personaje nocivo, sino porque no sabe escuchar a la gente y los sonidos de la sociedad que gritó un hartazo hacia el mismo grupo que domina el municipio…
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