Una joven de compañía, call girl o escort es una trabajadora sexual no visible al público general, ya que no hace su trabajo habitual en un lugar permanente como un burdel ni realiza prostitución callejera. Estas personas suelen trabajar en lo que se conoce como agencias escort o agencias de acompañantes.
El cliente debe concertar una cita, normalmente llamando a un número de teléfono. Las chicas de compañía a menudo anuncian sus servicios en hoteles y otros lugares de lujo, mientras que otros pueden ser manejados por un proxeneta. Las chicas de compañía pueden trabajar tanto en lugares concretos, donde el cliente va, así como en domicilios, donde ellas van a ver al cliente.
La mayoría de los servicios proporcionados por acompañantes a sus clientes implican la estimulación sexual de los órganos sexuales del cliente (es decir, el pene en los hombres) con la intención de provocar un orgasmo: coito vaginal, coito anal, sexo oral, masturbación de los genitales y el uso de juguetes sexuales. Si bien es cierto que muchas acompañantes son llamadas para la estimulación sexual, a menudo las call girls acompañan a sus clientes a cenas, bodas o eventos sociales. Al igual que con el trabajo sexual, la prevalencia de la coacción puede existir.
Aunque el contacto sexual juega un papel importante en el trabajo de las chicas de compañía, no todos los clientes contratan los servicios por el sexo. Algunos simplemente lo hacen por razones sociales, como asistir a una fiesta, o por tener compañía (algunos se sienten tan solos que contratan una chica para que les proporcione la compañía que falta en su vida). Otras call girls son especialistas en dominación u otros fetiches que no requieren del contacto íntimo sexual.
Hay quien contrata los servicios de las chicas de compañía, simplemente para disfrutar de tener la compañía de una atractiva y curvilínea mujer. Las agencias de acompañantes intentan determinar si esto es lo que un cliente quiere, y si lo es, la agencia intentará mandar las mujeres más educadas y atentas con su cliente. No es extraño que estas chicas de compañía reciban grandes pagas o incluso legados de sus clientes. En la película Klute, Bree Daniels realiza este servicio a un anciano fabricante de prendas de vestir judías.
En vez del sexo, el cliente puede simplemente desear impresionar a sus compañeros teniendo una cita con una atractiva mujer, o incluso pretendiendo que es su novia o esposa. El cliente puede, por ejemplo, asistir a una reunión de antiguos alumnos del instituto o de la Universidad o a un acto social de la oficina. Los clientes que buscan este tipo de servicios dicen, normalmente a la agencia cuáles son sus intenciones. Especifican el tipo de mujer que buscan para ese papel. El cliente puede citarse con la chica antes para evaluar su nivel de inteligencia, educación, maneras, discurso y habilidad para simular, al igual que juzgar su apariencia. Les preguntan sobre su pasado, su pasado ficticio y su fingida relación, con el fin de llevar a buen término la pretensión.
Las celebridades y las personas muy ricas a menudo contratan este tipo de servicios para tener sexo para evitar el problema de la obsesión irracional, donde injustificadamente su pareja les atrajo (y no les dejará irse de la relación o aceptar la negativa) a causa de su status social. Además evita las historias de besa y cuenta, donde la chica luego vende la historia a la prensa. Ambas partes entienden sus respectivas posiciones y no van más allá. Algunas de estas personas son incluso más abiertos en las fiestas contando quién es su cita, aunque las call girls les suelen pedir que no lo cuenten. Normalmente, los hombres o mujeres que contratan por primera vez una cita corta determinan si quieren otra cita más larga. La apariencia de la mujer, inteligencia, maneras, sociabilidad y educación también se tiene en consideración. Para algunos clientes ricos, estas citas se convierten en acuerdos a largo tiempo que más cercanamente parecen una mujer mantenida o amante.
Algunos toman esta profesión porque es una buena forma de ganar dinero mientras disfrutan de los placeres del sexo con parejas diferentes. Recientemente el número de hombres de compañía ha aumentado considerablemente, los cuales proporcionan servicios sexuales a mujeres. Algunas mujeres adineradas que viven lejos de sus maridos, o que les gusta tener diferentes parejas sexuales, contratan a hombres para tener sexo.
La mayoría de las agencias de Call Girls tienen sus propias páginas web. Internet se ha convertido en un importante medio a través del cual los clientes pueden encontrar su call girl deseada. Generalmente hay fotos de las chicas, y algunas veces el tipo de servicios sexuales que ofrece. Algunas agencias también proponen una tarifa más alta para gente de interés especial, tales como gemelas, pornstars, modelos e incluso sumisas. Internet incluye algunos directorios o listas de call girls o agencias de acompañantes. Pueden cubrir un área específica, una región más amplia o ser a nivel mundial. Normalmente la chica de compañía o la agencia es responsable de presentar su información en el directorio correspondiente. Las páginas web son usadas por los clientes/aficionados para observar las chicas y elegir cual quieren, según su estética, comportamiento o servicios sexuales. Para los lectores de páginas web, la calificación de las call girls es a menudo un factor determinante en su elección.
Esta es la razón por la que hay muchas mujeres (y cada día más hombres también) atractivas en los gimnasios, cuidando de su herramienta de trabajo, estudiando idiomas, preparándose intelectualmente por su propia cuenta y sobretodo, luciendo ropa y automóviles caros, sin explicarte como se mantienen y/o porque se desaparecen del lugar de forma inesperada y de manera frecuente. Porque todos conocemos o sabemos de alguien así.