21 diciembre, 2024
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Soberanía alimentaria y economía solidaria

Alejandro Martínez Castañeda

6 julio 2024.-La soberanía alimentaria alude al “derecho de los pueblos a decidir sobre sus sistemas de producción y distribución de alimentos, mediante la práctica y el desarrollo de agriculturas locales que, a la vez de producir alimentos sanos y nutritivos para las comunidades cercanas, cuidan de los ecosistemas que permiten una agricultura duradera y sustentable”, afirman especialistas en el tema.

 

La soberanía alimentaria es un elemento esencial para nuestro desarrollo personal y el de nuestros territorios, para nuestro buen vivir. “Para ponerla en práctica será más factible si va acompañada -personal y colectivamente- de una soberanía cultural y económica, que nos lleve a una soberanía política como broche que articula el resto”, agregan.

 

Las empresas de la economía solidaria trabajan bajo principios y valores que, indudablemente, abonan a la soberanía alimentaria, asumiendo los siguientes desafíos:

 

 

  1. Respecto a la producción

 

  • Entender y asumir que hay que producir aquello que es estrictamente necesario para responder a las necesidades reales de toda la población, y no del mercado impersonal controlado por intereses ajenos. Hay que empezar por las necesidades de la población más cercana, producir y comer de lo nuestro e intercambiar con otros territorios para completar lo que nos falte mutuamente.

 

  • Producir con calidad ecológica, cuidando los procesos naturales de renovación de la tierra y entendiendo la producción compenetrada con la Naturaleza. Hay que fomentar la eficiencia energética y el uso de energías limpias y crear las herramientas adecuadas para conservar nuestras semillas autóctonas y tradicionales como la única manera de garantizar nuestra soberanía alimentaria y evitar la dependencia e invasión de las semillas híbridas, radiadas y transgénicas de las empresas multinacionales. En definitiva, recuperar los saberes campesinos.

 

  1. Respecto al desarrollo

 

  • Construir participativamente otros modelos de desarrollo local con estrategias de producción y consumo interno, planificando lo que hace falta producir. Es importante desarrollar nuestros territorios en beneficio de nuestra población si queremos frenar el aumento de la dependencia de intereses ajenos.

 

  • Generar alianzas estratégicas entre los propios productores y productoras y sentar bases comarcales que las apliquen en sus territorios. Crear estructuras estables al servicio del bien común desde lo local a lo global y gestionarlas poniendo en práctica otras formas de ejercer la participación para que se dé la democracia real, la autogestión.

 

  • Recuperar el sentido social del trabajo y el crecimiento de las personas que lo realizan. Hoy día debemos pensar en formaciones donde las y los jóvenes estudien una profesión y una carrera en función de las necesidades de desarrollo de su comarca o pueblo, y no en función de un mercado, así como promover empresas o proyectos que puedan facilitar la incorporación de personas jóvenes al campo, garantizando relevo y renovación.

 

  1. Respecto al consumo

 

  • Nuestras empresas o actividad económica deben siempre generar alianzas con las personas usuarias de bienes y servicios que a su vez tienen que generar redes locales entre sí, favoreciendo el hábito de consumir de manera planificada y responsable. Es decir, supone fortalecer las alianzas campo-ciudad, que ponen en práctica experiencias de otros tipos de economía, de agricultura y de consumo.

 

  • Plantea, por un lado, organizar y enfocar nuestras empresas y nuestro consumo en una perspectiva de mercado social interno o paralelo y, por otro, encauzar el enorme poder que tenemos como personas consumidoras, participando corresponsablemente en la planificación de la producción, asumiendo la parte de los riesgos que a todas nos corresponden. Nos moveremos pues en un Nuevo Mercado Social.

 

  1. Respecto a la economía

 

  • Hablamos de actividades empresariales que, locales y próximas, quieren generar riqueza para todas y todos a través del fomento de actividades rentables, enfocadas al desarrollo de toda la población, basadas en relaciones económicas justas. No importa tanto el volumen como el enfoque, la perspectiva, la garantía de la no dependencia para su funcionamiento básico.

 

  • Reinvertir los beneficios en la innovación, mejora y ampliación de las empresas y en el desarrollo del territorio donde se está.

 

Fuente: https://soberaniaalimentaria.info/publicados/numero-12/299-soberania-alimentaria-y-economia-solidaria-son-inseparables