El presidente municipal electo de Tacámbaro, Mauricio Acosta Almanza, ya tiene casi integrado su gabinete para administrar el ayuntamiento 2015-2018 a partir del 1 de septiembre del año en curso.
Luego de ganar los comicios del 7 de junio con la planilla conformada por el PRI y el Verde Ecologista, el edil electo Mauricio Acosta se ha hecho ojo de hormiga y, en su casa, ya casi le tumban la puerta numerosos ciudadanos y ciudadanas que lo buscan para una chamba, sobre todo que se vive en el país una difícil situación de desempleo y crisis económica.Ayudado por sus principales asesores y líderes de grupos políticos que lo empujaron para llegar al ayuntamiento de Tacámbaro, Mauricio Acosta Almanza ya se encuentra en una forma de vida que solo conocía de cerca, porque ahora se ha convertido en gobernante de un municipio que se ha hecho muy exigente y eso implicará que le dedique demasiadas horas a resolver graves carencias sociales.
Ahí entra su gabinete de gobierno municipal, el cual debe ser conformado por hombres y mujeres que reciban, sobre todo, la aceptación de la sociedad, combinando perfil, relaciones públicas, sencillez y otros factores.
Mauricio Acosta Almanza no se deja ver casi en la calle de Tacámbaro y eso podría significar que le dedica tiempo para llegar, el 1 de septiembre próximo, con un gabinete bien pensado, diseñado exclusivamente con áreas que trabajen y que no se inventen para amigos o familiares como lo hizo Octavio Aburto Inclán.
Un ayuntamiento saturado de personal trae desastres financieros en los presupuestos públicos de Tacámbaro, como fue el caso de las presiones que recibió Octavio Aburto Inclán para meter a cuates y familiares y se vieron las consecuencias.
El mejor espejo para Mauricio Acosta Almanza y su grupo político en Tacámbaro es que no repita lo errores garrafales de Octavio Aburto Inclán. Debe integrar un gabinete eficaz, eliminar direcciones que no se ocupan, ser tolerante con grupos diversos, habilidad para negociar con los medios de comunicación y una conchota para resistir misiles que, en su momento, los resentidos de siempre van a lanzar…