26 julio, 2024
ROTATIVO DIGITAL

LLEGÓ LA HORA…

Sin duda que todos los mexicanos estaremos buscando la credencial de elector hasta abajo del colchón para el domingo, a primera hora, trasladarnos hasta la casilla correspondiente y votar por alguno de los aspirantes a dirigir los destinos de México los próximos 6 años.

El ejercicio democrático de este primero de julio no es cualquier cosa; se elegirá cuál de los dos únicos proyectos viables se implementará a partir de diciembre próximo: el proyecto de los multimillonarios, representado por Enrique Peña Nieto y, aunque algunos lo nieguen, el proyecto de los mexicanos pobres, que son las mayorías, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, porque en esta recta final Josefina Vázquez Mota ha quedado fuera de combate.

Ahora como nunca antes se está jugando el futuro del país en un proceso que, con la intempestiva erupción de la juventud, aparece un interesante ingrediente que está haciendo la diferencia. Con este movimiento, los jóvenes despiertan del letargo y acaban con el estigma de que la juventud solo se ocupa de fiestas, modas, alcohol, drogas y sexo.

Es muy significativo el surgimiento de esta nueva corriente política estudiantil, denominado # yo soy 132, cuya aportación a la democracia mexicana es ya un hecho irrefutable; su lucha, que desde al principio fue por la democratización de los medios, quizás sin proponérselo los dirigentes, está siendo el plus que catapultó a López Obrador a los primeros lugares de las preferencias ciudadanas. Demanda exigida durante décadas por la izquierda mexicana.

Aunque el equipo de campaña y el propio Enrique Peña Nieto se empeñen en restarle importancia a este movimiento, es lo que podría determinar el sentido del voto ciudadano y darnos una sorpresa y una gran lección, porque si bien es cierto la mejor encuesta es la de las urnas, también es cierto que movimientos de esta naturaleza impactan significativamente en el ánimo de los electores.

Desesperadamente, los grandes monopolios televisivos se empeñan en hacerle creer a la opinión pública que, aun cuando ganara López Obrador con votos de carne y hueso, sería despojado de un eventual triunfo y, por eso, siguen manejando encuestas a modo para disuadir el voto lopezobradorista e imponer mediante esta desgastada estrategia a su candidato. Ellos saben que ahora, más que nunca, la disputa es en serio y que las preferencias ciudadanas, aunque en escaso margen, están favoreciendo a Andrés Manuel, lo que presume un resultado de pronósticos reservado. El Peje que, al arranque del proceso, se pensaba, sería pan comido, resultó ser un hueso duro de roer.

Por fortuna, al margen de la televisión existen las redes sociales (facebook y twitter) que también están al alcance de toda la población y que han servido en este proceso para antagonizar las pretensiones del duopolio Televisa – TvAzteca de imponer a Peña Nieto sin despeinarse.

Al margen de lo que suceda el primero de julio, las redes sociales rebasaron expectativas de la mercadotecnia peñanietista y serán un instrumento efectivo de organización en el futuro para reorientar gobiernos o derrumbar cacicazgos de cualquier filiación política.

Solo como antecedente, quisiera comentar que esta novedosa forma de organización ha servido en Asia y Africa como instrumento de convocatoria, rápido e increíblemente efectivo, para derrumbar dictaduras casi apocalípticas en Túnez, Egipto, Libia y el gobierno de Siria también ya casi se derrumba. En el futuro, la derecha estará obligada a replantear estrategias para difundir sus plataformas de campaña y no apostar únicamente a la televisión convencional. ¡Todos a votar!