Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
9 OCT. 2021.-En ésta ocasión señalaré solo generalidades que mucha gente comete y que perjudica el buen funcionamiento como país. Sin hacer referencia a alguien en particular.
El mexicano se mueve en su diario andar por una de las siguientes causas: por placer, por dolor, por necesidad y/o por carencia, por cualquiera de las razones anteriores, sean de manera individual o unidas, es por lo que hace las cosas.
Está probado y demostrado que solo el 1 % de la gente realmente piensa, analiza y razona lo que hace y dice, desafortunadamente el 99 % por ciento (la inmensa mayoría), solo vive porque tiene vida, pero no entiende lo que pasa a su alrededor. Parece chiste ¿verdad? Pero no lo es. Y es la razón principal por la que somos un país tan jodido económica, social, cultural, deportivamente, etc.
Si hacemos un rápido sondeo de cuanta gente del país realmente destaca en cualquier ámbito de la vida, lo podremos corroborar.
Deportivamente, solo el corredor de autos de formula 1, Sergio “Checo” Pérez, el boxeador Saul “Canelo” Álvarez, en otros deportes, no hay ningún otro personaje que realmente destaque sobre los demás.
En el ámbito de los medios de comunicación y farándula, la mayoría de ejecutivos, productores, conductores, músicos, cantantes, actores y actrices que laboran en los medios nacionales, son de origen extranjero, y que destaquen a nivel internacional, no hay ninguno.
En el ambiente de la cultura y las letras no contamos con ningún dramaturgo sobresaliente.
Y así buscándole por cualquier área, no encontraremos muchos personajes realmente rescatables que pongan en alto el nombre de México, en el extranjero.
Lo mismo ocurre a nivel nacional, muchos quieren tener grandeza, sentirse importantes, pero carecen del mínimo talento en cualquier área. Sin embargo, esos que tienen delirios de grandeza, pero que en realidad son individuos inseguros y acomplejados, abundan y son los que tienen a este país sumido en la pobreza y la ignorancia.
Como dije antes, el 99 % de la gente no entiende lo que ve, lee y escucha, aparentemente oye, pero si se le pregunta qué se le dijo, pocos, muy pocos, lo dirán. Por lo mismo, no hay amigos que te escuchen, ya no digo que te orienten u opinen correctamente, si te pones a platicar de algún asunto serio para ti, que te aqueja, o atormenta, les vale poco, no les importa, ni te escuchan, además de que el que habla, también lo hace sin fijarse ni conocer al presunto amigo. Así es muy común platicar de hijos con solteros o que no tienen hijos, de la esposa, con homosexuales o solteros, del trabajo con gente que no trabaja, de dinero con gente que vive al día de lo que va ganando, de emprender algún negocio con gente que jamás ha tenido uno, de valor con un cobarde, de salud con un enfermo, etcétera.
Hacer eso, en lugar de beneficiar, perjudica a quien lo hace, si trae un problema, lo agudiza más.
Por otro lado, en las profesiones o áreas laborales, encontramos en los puestos directivos o de decisión a gente sin la capacidad ni el perfil académico requerido, para realizar un papel destacado, que beneficie a la comunidad. Estos se ocupan por seudo profesionales, con carreras truncas o diferentes, pero que son recomendados del titular del área, la novia o amante de X o Y par, lo que propicia lo que desde que tenemos conciencia hemos vivido. Corrupción, burocratismo, desinterés, apatía, delitos comunes sin control, abusos, y todo lo que vivimos día a día.
También esa estadística influye en la alza de precios de todos los productos que se ofertan en cualquier lugar, además de que no hay lo necesario, pese a que muchos locales o negocios son amplios pero no ofertan lo que la mayoría necesita, esto sin contar con la pésima calidad de los productos, estoy de acuerdo que vivimos en una sociedad consumista, donde todo es un negocio, pero, no se vale que haya cosas que no duran ni una semana funcionando bien, pero ahí nadie dice ni hace nada.
Así estamos en México, sumidos en la mediocridad en todo y para todo, los ciudadanos carecen del valor necesario para defender sus propios intereses. Prefieren gritar, patalear y opinar de lo que ni saben, ni han usado, ni les consta, recomiendan productos o cosas que desconocen, pero que por alguna extraña razón, conservan en su memoria, aunque no sepan ni para qué sirven, ni cómo funcionan. Somos una sociedad que vive como el famoso juego infantil, del teléfono descompuesto, donde cada quien oye, dice, entiende (pocas veces), lo contrario a lo que en realidad es, esto también propicia que en las áreas culturalmente más retrasadas haya más peleas, incluso heridos y muertos, porque no analizan lo que dicen y que afecta a los demás. Provocando problemas, muchas veces, de consecuencias irremediables.
Desde antaño, se ha señalado que los hombres viven menos tiempo que las mujeres, esto porque el hombre es más discreto en su actuar, no anda hablando de sus problemas ni enfermedades y esto tiene que ver precisamente, en que se da cuenta que los demás no lo entienden, no lo escuchan y prefiere mejor el silencio, en cambio, las mujeres, al hablar y hablar, ni se fijan en lo que sus “amigas” hacen al respecto y esto les sirve como desahogo, beneficiándolas en su salud.
Amable lector, esto es solo una pequeña parte de todo lo mal que estamos como sociedad y como país, como en otras entregas, te invito a que analices a los demás y a tu entorno para que veas que tengo razón. ¡Ánimo!