El ejemplo más ilustrativo fue el proceso electoral de noviembre pasado, en el que Gerardo contreras participó como candidato a la presidencia; luego de un procedimiento interno bastante cuestionado, fue literalmente abandonado a su suerte por los otros aspirantes perredistas. No entiendo si fue por soberbia, prejuicios u orgullo que no solamente no se sumaron a la campaña de Gerardo, sino que se incorporaron a partidos contrincantes para derrotar a su propio compañero, únicamente los cuadros más abnegados y el voto duro se la jugaron hasta el final, pero no les alcanzó ni para un segundo lugar.
De hecho, algunas semanas atrás, el ingeniero Aguilera, quien se ostentaba como presidente de CEM del PRD tacambarense, públicamente había renunciado, cuando no se sintió arropado por el equipo político de Silvano, al no haberle cumplido la promesa de impulsarlo, primero, como candidato a presidente y luego como candidato a diputado, ese fue el primer golpe asestado al perredismo local del cual ya no se pudo recuperar, antes bien, se agudizaron los problemas con la definición de la candidatura, cuyo procedimiento (encuesta), no satisfizo las expectativas de nadie, a grado tal que provoco sendas desbandadas principalmente al PAN, partido que postulaba al ex priista Octavio Aburto como su candidato a presidente y al ex perredista Aguilera como su candidato a síndico.El proceso electoral del 13 de noviembre pasado fue una oportunidad de oro para que el PRD, por primera ocasión, se hubiese levantado con el triunfo; se conjugaron 2 elementos vitales, ambos favorables, que no se supieron aprovechar y será, quizás, la única vez que se lleguen a presentar. Recuérdese que la política, además de trabajo. también es cuestión de circunstancias: Valentín Rodríguez ya no era un rival a vencer por que su desgastada imagen ya había provocado un hartazgo entre los electores, incluidos los de su propio partido, la desbandada que encabezó Aburto Inclán fue más que ilustrativa; y por otro lado, el PAN no contaba con un liderazgo fuerte, lo suficientemente competitivo, como para ganar la presidencia con uno de sus militantes, de otro modo no hubiese importado candidatos; es decir, por vez primera el PRD no tenía enfrente a un rival importante, era una cuestión muy elemental de hacer la tarea en casa y no supo cómo.
En contraste, el PAN, además del dineral que invirtió, anduvo acechando a sus enemigos esperando cualquier error para aprovecharlo; así, bajo un pragmatismo incomprensible y amorfo, instrumentó una oportunista estrategia de cacha votos e impulsó un proyecto político ideológicamente desdibujado pero electoralmente viable y se quedó, sin despeinarse, con la presidencia de Tacámbaro, la gente no votó por el mejor, votó por el que creyó que era menos malo.
La ambición, la arrogancia, la indolencia, la intolerancia, el orgullo y los prejuicios son enemigos de las sociedades modernas, porque son actitudes que no generan identificación política, y estas han sido características muy marcadas de algunos compañeros. Tales actitudes no son democráticas ni pueden ser enarboladas por un buen político de izquierda. Si no somos capaces de ponernos de acuerdo para ordenar la casa ¿cómo pretendemos convencer a los ciudadanos de que podremos ordenar la administración pública? El ejercicio del poder implica talento, en el que vaya implícita humildad, madurez, respeto, sensibilidad, responsabilidad y predisposición psicológica.
Con todo y lo que ha pasado, me atrevo a decir que en el PRD están los mejores tacambarenses, gente de trabajo; Felipe Gaytán, Carlos Olvera, Dennis Pascoe, etc, solo por mencionar algunos hombres que son de trabajo, honestos, preparados, que además no tienen cola que les pisen, pero eso no basta para ganar Tacámbaro, como tampoco es suficiente con los cuadros experimentados y leales como Luminoso Madrigal, Eugenio Rodríguez , Félix Arreola o el profe Virgilio ; menos con los recién llegados, sobre todo si traen la espada desenfundada , ¿hasta cuándo vamos a entender que para ganar la presidencia municipal el PRD nos ocupa a todos unidos y organizados? es así y solo así, que podremos competir con posibilidades reales de ganar.
Pero hay otros aspectos obligados para un candidato ganador: propuesta política, imagen social y recursos económicos. Lo único que puede eventualmente sustituir al dinero en una campaña política es la organización, la unidad y un buen liderazgo (Turicato es el ejemplo), los otros dos aspectos son imprescindibles en un candidato competitivo.
Ya es hora que el PRD en Tacámbaro comience a explorar con nuevos cuadros, gente joven que refresque la imagen del partido y que genere confianza entre la sociedad, que no estén desgastados con pleitos intestinos y que no traigan el estigma de rijosos, ahora con la publicación de la convocatoria para la renovación de los órganos de dirección es la gran oportunidad de ponerse de acuerdo para evitar jaloneos y si algún aprendizaje les quedó de lo que pasó, saldrán fortalecidos de este ejercicio interno; y si no, pues no les extrañe seguir en el rezago y sigan llegando desechos orgánicos que se sigan quedando con la rebanada más grande del pastel.
El PRD tiene todo para ganar: es un partido que tiene un gran voto duro que oscila entre los 4 y 6 mil votos; tiene buena plataforma política; tiene hombres valiosos. Eso es lo más difícil. Lo que hace falta es lo más sencillo, pero, irónicamente, es lo que más se ha complicado: cerrarle el paso a las corrientes y ponernos de acuerdo.
¡Saludos desde Turicato, por allá nos vemos pronto! Segunda y última parte.