A nueve meses de que Huetamo cumpla el primer centenario de la más grande de las tragedias vividas en su entorno, y que no fue otra que el histórico y sangriento Sitio de Huetamo, registrado el 14 de junio de 1914, y fecha infausta en la que este pueblo sufrió un baño de sangre en pleno proceso de la Revolución Mexicana.
Y a 82 años de la más tremenda de sus contingencias naturales, al momento en que el día 1° de agosto de 1931 la avenida Madero era barrida por una “culebra de agua” y devastaba a Huetamo una inundación sin precedente, y como es costumbre de todos los pueblos de la comarca del Balsas, enseguida surgen de pie en medio de las desgracias, tal como acontece ahora en el abrumador mes de septiembre del año del 2013, donde las crónicas del futuro informarán de la tragedia vivida, no nada más en Huetamo, si no que en la amplia zona de los diversos municipios ribereños de la cuenca media del Balsas guerrerense, San Miguel Totolapan, Ajuchitlán del Progreso, Tlapehuala, Pungarabato, Coyuca y Zirándaro, de la mano con los pueblos hermanos de San Lucas y Huetamo.Y las crónicas de los historiadores del mañana explicarán en sus relatos que, por ejemplo, la otra ribera del Balsas registró daños en su agricultura en cerca de 200 mil hectáreas, por unas 30 mil hectáreas en suelo michoacano, y que por ejemplo el Fondo Nacional de Desastres Naturales (FONDEN) le otorgó a Guerrero en principio 5 mil millones de pesos, mientras que cuando menos a Huetamo y San Lucas ya se les reconocía como zona de emergencia, que ya es algo.
Pero, ¿Qué contarán en el siglo XXII los recortes de periódicos de las hemerotecas?, que se trató de un desastre natural, que el río Balsas invadió las zonas pobladas ribereñas, o quizá ya hayan analizado a conciencia que los pueblos comarcanos invadieron las orillas del milenario río, tal como sucede en un alto porcentaje de invasiones a zonas federales en todos los arroyos que cruzan por Huetamo, ante la complicidad perversa de autoridades municipales priistas que se han mantenido en el poder por cerca de 80 años, sin poder frenar la voracidad de paracaidistas profesionales, dueños, amos y señores de grandes extensiones de suelo federal invadido, y que las sindicaturas de ayer, de hoy y mañana verán pasar, de la misma forma que cruzan a dos cuadras del centro de la ciudad verdaderos torrentes de agua, como ese vado de Cahuaro que les impide a los chiquitines de la primaria Carrillo Puerto cruzar en tiempos de lluvias, por lo que se le solicitó en campaña un puente a la actual mandataria, dado que Cahuaro solo cuenta con el centenario puente de La Reforma. Hoy, tras la gran tragedia balsística regional, como nunca se ha visto la solidaridad del pueblo de Huetamo, de más arriba y demás abajo, desde los hombres curtidos de la política como la presidenta Dalia Santana, los diputados Elías Ibarra, Antonio García, Sarbelio Molina, el gobernador Jesús Reina, apoyos de gente como el gobernador mexiquense Erubiel Ávila, de empresas como Fundación Lala, los tecnológicos de Los Reyes, Apatzingán y Pátzcuaro, la Universidad Michoacana, el respaldo total del Ejército, la Cruz Roja, ayuntamientos amigos como Uruapan, Zitácuaro, Morelia, y por parte de la solidaridad local, digno es de mencionar los apoyos de grupos musicales como Beto y sus Canarios y La Leyenda de Tuzantla, el Grupo Kayacos, el Grupo de Buggyes, los ex bomberos, los migrantes, los estudiantes, los sindicatos de la construcción, todo el personal del Ayuntamiento en pleno, comerciantes, las iglesias.
En fin, y por qué no decirlo, tal como nos tocó presenciar y vivir al momento que se declaraba libre el paso tras ser reparado el terraplén del puente de Santiago Conguripo, rumbo a San Jerónimo, de la “Maña amiga”, esa misma que con gusto también puso su granito de arena. Posdata: Allá en la capital del estado ya se organiza la nueva asociación de huetamenses radicados en Morelia, y quienes eligieron por nombre “Batallón Huetamo”, y como primera gran acción patrocinarán el 30 de septiembre el desfile de los soldados de Morelos de Huetamo, y después vendrán con despensas en apoyo de los paisanos.