El domingo terminó la vigésima edición del mundial de futbol 2014; después de 20 años de ausencia en el continente (4 mundiales), se realizó por segunda ocasión en Brasil (1950 fue la primera).
Actualmente, la justa deportiva se realiza con la participación de 32 selecciones de 4 continentes (recordarán que México eliminó en el repechaje al representante de Oceanía, Nueva Zelanda).El futbol es el deporte más seguido y practicado en el mundo, y por consiguiente, el que más dinero deja a los dirigentes (la FIFA, quien tiene más países afiliados que la ONU).
Aunque aparentemente es un evento deportivo, no está desligado de la política y los intereses de los grandes países y líderes del mundo, de las marcas y empresas patrocinadoras, los apostadores, etcétera. Ingenuos los que piensan que los partidos son legales y limpios, aunque claro, siempre se busca la manera de eliminar a los países, sobre todo a los que tienen fanáticos apasionados, dándoles una excusa para no hacerla tan obvia (esta ocasión a México, los medios de comunicación locales, influyeron hasta el hastío con él, #no fue penal, cuando perdieron frente a Holanda en octavos de final), y así cada país puede alegar un atenuante, que justifique la pérdida, porque es obvio que a nadie le gusta quedar como perdedor, siempre hay que buscar un culpable, auto engañarse (en todo, no solo en lo deportivo)
Ahí está una explicación de por qué los equipos dan buenos, regulares y malos partidos, porque así conviene a los intereses de los poderosos; para esto hago una acotación, el primer mundial que me tocó disfrutar por la televisión siendo un niño, fue el de España 1982 (al que México no asistió porque fue eliminado en el pre mundial de Haití), se me quedó grabado el partido Alemania Federal versus Austria, porque Alemania necesitaba ganarle a Austria por la mínima diferencia y ambos calificaban, de lo contrario alguno de ellos quedaba eliminado y calificaba Argelia.
El partido inició, en el primer tiempo Alemania anota el gol que requería y el resto del partido fue como un interescuadras, ahí analicé y comprendí la verdad tras los mundiales de futbol y de cualquier deporte profesional, por lo que dejé de lado la pasión desmesurada y me he dedicado a simplemente disfrutar los partidos como tales, observando detenidamente cuál será el resultado final, o incluso leyendo entre líneas los acontecimientos que ocurren desde que es el sorteo mundialista correspondiente y casi siempre acierto.
¿Suerte, casualidad, brujería, coincidencia? No, simple análisis concienzudo y razonamiento lógico, desprendiéndome de las emociones y deseos personales.
Ahora, el negocio del futbol es tan grande que solo transmiten por televisión abierta menos de la mitad de partidos (esta ocasión sólo pudimos ver 30 de 64 juegos, 21 de la primera ronda, 4 de octavos de final, 2 de cuartos de final, las 2 semifinales y la final), porque la concesión, o mejor dicho, el contrato de transmisión, se otorga a una compañía de televisión (esta vez fue a SKY), a cambio de una millonaria suma, lo que impide que las televisoras de los países compren la totalidad de partidos y optan por adquirir una parte, los que a su juicio creen serán los más espectaculares, fallando en algunos.
Asimismo, las marcas patrocinadoras influyen en los resultados, porque tienen a jugadores estrella firmados a los que les pagan millonarias sumas a cambio de mostrar sus productos (Messi, Cristiano Ronaldo, Neymar, etcétera), obligando muchas veces a los jugadores a asistir aunque estén lesionados, de lo contrario perderán su jugoso contrato.
En la vida no hay casualidades, y en el deporte profesional menos, todo gira alrededor del interés político y económico, esa es una de las razones por la que todo deportista profesional cobra sueldos estratosféricos, porque el mismo salario que recibe lo obliga a aceptar y hacer todo lo que le impongan, de lo contrario su carrera termina. Amables lectores, ignoro si se enteraron que la mordida del uruguayo Luis Suárez, al defensa italiano, tuvo ganadores en las apuestas. ¿La razón? Porque así les convenía y estaba planeado.
El deporte más criticado es la lucha libre, porque la gente opina que es un circo, pura pantomima y teatro, quizás sea más burdo, pero no es el único que es espectáculo y diversión, sólo hace falta poner más atención, observándolo con la mente, analizando cada jugada, cada señal, cada instante, cada conferencia de prensa, cada gesto y poco a poco te irás dando cuenta de que cualquier deportista profesional no realiza su actividad para agradar a los habitantes de un país, no le tiene amor a la camiseta, como dicen los clásicos, le tiene amor al dinero, porque sabe que todo deporte es por momentos y si no aprovecha el suyo, dejará de percibir jugosas ganancias por su excelsa actuación dentro de una cancha de futbol, en cualquier parte del orbe. El mundial les sirve como aparador para cotizarse.
En esta ocasión, siempre supe que Alemania sería campeón, la razón principal, los años de no serlo; a los más grandes los han dejado transcurrir 24 años para ello, Brasil fue campeón en México 1970 y volvió a serlo en USA 1994, Italia fue campeón en España 1982 y volvió a serlo en Alemania 2006, Alemania fue campeón en Italia 1990 y obvio, Brasil 2014. Algunos dirán, Brasil fue campeón después en Corea-Japón 2002, efectivamente lo fue, pero por otras circunstancias y la osadía está en la vergonzosa derrota de semifinales 7-1 frente al campeón.
Así que estimado lector, espero te hayan abierto la mente mis comentarios y la próxima vez que en vivo o por la televisión presencies un deporte profesional, simplemente te dediques a disfrutarlo sin apasionamiento, porque solo es eso, un espectáculo y el resultado no depende de tus gritos, de tus oraciones, de tus deseos, ese, ya está previamente decidido.
Finalmente, este mundial terminó con el mito ridículo que a muchos ataba al pasado, América para los americanos, ganó Alemania y es sin lugar a dudas, un gran y digno campeón.
*Analista