El 20 de diciembre, al mismo tiempo que el pueblo trabajador era testigo del gran desabasto de gasolina en varias regiones del país, el gobierno federal anunciaba un nuevo gasolinazo que encarecería los combustibles en un 22.5 por ciento. Con dicho incremento se espera que el costo por litro de combustible para el 2016 sea de 17.12 y 18.14 pesos.
Pese al impacto negativo de este primer gasolinazo en el año, se espera que para el mes de febrero el costo incremente otro 8 por ciento.El incremento del precio de la gasolina afectará no solo al consumidor directo, sino que por ser la gasolina un recurso estratégico para la movilidad de mercancías y personas, impactará al precio de todos los productos, desde alimentos y medicinas hasta el transporte y los servicios básicos. Es por ello que pese a las ofensivas declaraciones del Secretario de Hacienda, Antonio Meade, el Banco de México subió las predicciones del monto de la inflación generadas por el incremento de los costos de la gasolina.
Para justificar el gasolinazo, el gobierno federal ha emprendido una campaña mediática en la cual repite hasta el hartazgo tres argumentos.
El primero de ellos, señala que era imposible mantener artificialmente bajo el precio de la gasolina, por lo que era necesario eliminar el subsidio. Este argumento, que ha sido vomitado por el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Antonio Meade y las diferentes instancias de dirección del PRI, señala que dicho “subsidio” representaba un monto de 200 mil millones de pesos, lo que representa la mitad del presupuesto anual del IMSS, y que al dejar de realizarse se dejarían de solventar programas sociales como el Prospera.
El segundo argumento, apunta que la liberalización de la gasolina incrementa la
probabilidad de lograr un “superávit primario en el 2017 y de mantener la estabilidad macroeconómica ante un entorno complicado”. En otras palabras, el gasolinazo permitirá al gobierno tener mayores ingresos y menores gastos con el objetivo de garantizar el pago de la deuda pública.
El último argumento refiere a los factores externos, sobre todo el incremento del precio de la gasolina a nivel mundial debido al alza del precio del barril, y el incremento del precio del dólar respecto del peso.
En general los tres argumentos utilizados por el gobierno federal son falsos.
Primero, debemos de tener claro que realmente no existe tal subsidio, pues el costo de producción del litro de gasolina se encuentra por debajo de su precio de venta. Pemex Refinación estimó que para el 2015 el costo de producción del litro de gasolina equivalía a los 0.56 dólares (8.5 pesos aproximadamente) esto ya incorporando el costo del petróleo crudo. Aunque, la estimación del precio de refinación es alto -7 pesos por litro según Pemex Refinación-, este costo representa la mitad del costo de la gasolina importada.
Puesto que el gobierno federal pagó, en ese mismo año, un monto de 1.3 dólares por litro comprado en el extranjero.
PRECIO PROMEDIO DE LA PRODUCCIÓN DE GASOLINA EN MÉXICO
2015
En dólares
Costo promedio de barril de petróleo en dólares (159 litros por barril) 10
Costo promedio de refinación por barril (159 litros por barril) 79.5
Costos de refinación por litro en dólares 0.563
COSTOS DE LA IMPORTACIÓN DE GASOLINA
2015
En dólares
Importación de barriles de gasolina 571,600
Costo total 125000000
Costo por barril 218.6843947
Costo por litro dólares 1.375373551
Lo que el gobierno de Peña Nieto llama subsidio, que identifica con el precio artificial, en realidad refiere a las ganancias extraordinarias que obtienen las refinerías texanas a las cuales el gobierno compra gasolina cara pero le vende petróleo barato. Empresas como Valero, Marathon Petroleum y Citgo Pretoleum son las grandes beneficiadas.
El segundo argumento, el de tener un superávit primario, implica transferir a los bolsillos del pueblo la política fiscal de Peña Nieto que exenta a las grandes
empresas sus impuestos.
Empresas como Femsa-Coca Cola, Grupo Posadas, Bachoco, Grupo Modelo, Televisa, Liverpool, Palacio de Hierro, Bimbo y Grupo México, Gruma, entre otras, son las beneficiadas con la política fiscal de México, pues se estima que durante el primer trimestre del 2015 éstas dejaron de pagar al Servicio de Administración Tributaria (SAT) un monto por 388 mil 983.6 millones de pesos en impuestos. Esto representa el 80 por ciento de 476 mil 444 millones de pesos que diferentes personas le deben al fisco. A esta cifra se le agregó la de marzo de 2015 a marzo de 2016, que fue la evasión fiscal de otros 60 mil millones de pesos.
Esta cifra, los más de 450 mil millones que las grandes empresas le deben al fisco, duplican los 200 mil millones, que según los funcionarios federales, serian recortados al gasto en ramas sociales por “subsidiar” el precio de la gasolina.
Los factores externos, si bien impactan, esto se debe a que artificialmente se ha generado una dependencia de la gasolina norteamericana. Que como es lógico, se paga en dólares e incrementa su precio al incrementar el costo de los insumos. La Unión Nacional de Trabajadores Técnicos Profesionales Petroleros (UNTyTPP) informó que de la capacidad instalada del Sistema Nacional de Refinación solo se utiliza el 40 por ciento.
Es importante señalar que el desabasto y los altos costos no son solo producto de la ineptitud del gobierno de Enrique Peña Nieto, o de la corrupción de los partidos que firmaron el Pacto por México en 2012, PRD-PAN-PRI, si bien esto influye, no es el factor fundamental. El origen del problema es la Reforma Energética aprobada en el 2014, pues desde sus inicios contemplaba un esquema de funcionamiento que solo beneficiaría a los empresarios nacionales y extranjeros.
En este sentido, existen seis factores que explican esta desastrosa situación para el pueblo, pero beneficiosa para los empresarios.
1.- El desmantelamiento de Pemex, particularmente de su refinación, ha provocado que la dependencia de la gasolina de Norteamérica incremente. Mientras Estados Unidos tiene 150 refinerías, México solo cuenta con seis, Salina Cruz, con una capacidad de refinación de 330 mil barriles diarios; Tula, con 315 mil; Cadereyta, con 275 mil; Salamanca, con 245 mil; Madero, con 190 mil; y Minatitlán con 185 mil. Y aunque en conjunto podrían solventar el 80 por ciento de los 800 mil barriles que requiere el país diariamente, se encuentran trabajando al 40 por ciento. El objetivo de esta política es que se mantengan los ritmos de importaciones del estratégico recurso, que se estiman ascienden al 60 por ciento de gasolina que consume el país, cuando bien podrían producirse directamente.
2.- La dependencia de la gasolina de Estados Unidos ha provocado que México, al desmantelar su soberanía energética, sea presa directa de factores como el incremento del precio del barril de petróleo y el incremento del valor del dólar. Nuestro país se convirtió en el segundo importador de gasolina en el mundo. Los productores de gasolina de Estados Unidos exportan poco más de la mitad, 52.8% a México. La mayor parte la compra a las refinerías de Texas, con un costo para el 2015 de 12,500 millones de dólares, que supuso importar 571,600 barriles al día, 425,600 de gasolina y 146,000 de diésel. Para el 2017, se estima que la importación supere los 616,200 barriles diarios entre gasolina y diésel. Esta cantidad será la más alta registrada en la historia y representará un incremento del 10.2% de lo que representaba para el 2016. Las empresas gringas beneficiadas con exportaciones de gasolina a México son Valero, Marathon Petroleum y Citgo Pretoleum.
3.- La privatización de los beneficios y rentas petroleras millonarias profundizada con la reforma energética, impidió que los millones de dólares generados por la industria energética sean apropiados por PEMEX. Ahora estos beneficios son propiedad de empresas como Grupo México, Alfa, Grupo Financiero Monex, Alpek y Mexichem, etc., todos ellos padrinos de la campaña presidencial de EPN. Esta pérdida ha obligado al gobierno federal a incrementar los impuestos al consumidor directo por medio del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que se cobra a las gasolinas Magna, Premium y al diésel, con el cual se estima que el gobierno generará una recaudación de más de 73 mil millones de pesos en 2017, casi 40 por ciento más de lo que la Secretaría de Hacienda programó recaudar por este impuesto en 2016. Estos a costa de cobrar el próximo año impuestos de 3.18 pesos por litro de gasolina Magna, 3.59 pesos para la Premium y 3.58 pesos por litro de diésel.
4.- La liberalización-flexibilización del mercado de gasolina ha permitido la especulación por parte de los distribuidores privados que pretenden por medio del acaparamiento incrementar premeditadamente el precio del combustible, por lo que se espera que el desabasto continúe.
5. Los intereses energéticos norteamericanos en México también afectan de forma negativa.
Es claro que el nombramiento de Rex Tillerson, actual ejecutivo de la petrolea ExxonMobil, como responsable de la política exterior norteamericana en la futura administración de Trump, tiene por objeto fortalecer la seguridad energética del imperio, esto a costa de exterminar la poca soberanía energética con la que contábamos. Es importante recordar que uno de los autores intelectuales de la Reforma Energética fue el gobierno estadounidense.
6. El último, es el chantaje y presión del capital financiero internacional. El columnista de la jornada, Enrique Galván Ochoa, documentó como es que “Son los extranjeros los que presionan al gobierno para que equilibre sus ingresos con sus gastos. Lo normal sería que bajara sus egresos, pero es adicto al gasto. Entonces prefirió subir sus ingresos con el impuesto a la gasolina. Si no lo hiciera, recibiría una calificación adversa de las principales calificadoras de crédito, lo cual sería catastrófico”.
¿Qué significa esto? Que las empresas que se encargan de calificar el riesgo de la adquisición de productos financieros emitidos por el gobierno federal y respaldados por el Banco de México, como Moody’s, Standard & Poor’s (S&P) y Fitch (todas ellas norteamericanas), amenazaron al gobierno para que garantizara, por medio de incrementar sus ingresos, las utilidades de los capitales que especulan en México con la compra de cetes, bonos (como el M10), los bondes y los udibonos, los cuales se estiman suman en total la cantidad de 6,147 miles de millones de pesos más intereses.
Número de instrumentos y miles de millones de pesos a valor nominal
Número de
instrumentos
% Monto en
circulación
%
Bonos 22 11.8 2,234.2 36.3
Cetes 23 12.4 932.2 15.2
Udibonos 9 4.8 985.1 16.0
Bondes D 41 22.0 1,089.6 17.7
BPA182 27 14.5 404.3 6.6
BPAT 13 7.0 6.6 0.1
BPAs 7 3.8 12.3 0.2
BPAG28 18 9.7 170.3 2.8
BPAG91 26 14.0 313.1 5.1
TOTAL 186 100 6,147.7 100
Fuente: Banco de México
Las calificadoras del crédito amenazaron al gobierno federal de que si no tomaba medidas, recibiría una “calificación adversa” lo que implicaría la salida de millones de capitales especulativos del país, lo cual sería catastrófico.
De esta manera el Gasolinazo, un cinismo aparatoso y una ambición obscena tanto del gobierno como de los empresarios nacionales y extranjeros -que han cargado sobre las ya molidas espaldas de los trabajadores sus enormes privilegios- demuestran que el pueblo de México es presa de los intereses imperialistas, ya sea de empresas energéticas o del capital financiero.
Esta dependencia y subordinación a los empresarios extranjeros, que se ha agudizado con los años, demuestra que los gobiernos han entregado la independencia económica a las potencias imperialistas. En este sentido, no basta con combatir la corrupción o reducir el gasto en funcionarios, sino que es necesario luchar por una independencia económica y soberanía política. Hoy, la historia ha puesto al pueblo, lo quiera o no, en la lucha por su futuro y por su vida. Ya no bastará luchar contra el gasolinazo, se necesita luchar por la renacionalización de la industria energética.
Es por ello que el desabasto y los altos costos de la gasolina son otra de las medidas que los administradores del capitalismo han implementado para garantizar las altas ganancias de los empresarios a costa del bienestar de las y los trabajadores. Gobierno y patronal pretenden que sus millonarios beneficios sean pagados por nuestro trabajo aunque esto nos deje solo miseria, austeridad y precariedad. El detrimento de la economía popular por el incremento generalizado de precios contrasta con las grandes fortunas que empresarios y políticos corruptos realizan a costa de nuestros derechos.
Hoy ante este escenario tan adverso para las y los trabajadores de México, la opción es luchar por RENACIONALIZAR LA INDUSTRIA ENERGÉTICA, para que se garantice la soberanía energética, ingresos para solventar los derechos del pueblo trabajador y con ello una vida más digna para el pueblo de México. Pero esto no se podrá garantizar si no luchas al mismo tiempo por un Estado y Gobierno que defienda los intereses históricos de las y los trabajadores.
Ante las embestidas de los empresarios y la burocracia política del Estado Mexicano, es necesario que el pueblo trabajador aprovechemos la ola de descontento popular y nos organicemos en comités y asambleas que luchen contra el gasolinazo, pero sobre todo, por un mejor país, por un Estado de los trabajadores.
¡POR LA UNIDAD DE LA CLASE TRABAJADORA, VENCEREMOS!
¡POR LA RENACIONALIZACIÓN DE LA INDUSTRIA PETROLERA!
Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).