Estamos a prácticamente 15 días de la histórica jornada del 1 de julio donde habremos de elegir a nuestros próximos gobernantes y, desde luego, a la persona que dirigirá los destinos de nuestro país. De acuerdo a las encuestas, el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, siempre estuvo desde el inicio de estas campañas como puntero y donde en semanas bajaba y en otras volvía a subir.
La sorpresa la dio el candidato del PRD, Andrés Manuel López Obrador, quien inició en un tercer lugar y, muy lejana, a la abanderada del PAN, Josefina Vázquez Mota. Con el transcurso de las semanas poco a poco la fue remontando y es un hecho que en ese lugar quedará. Del candidato del PANAL, Gabriel Quadri, mejor ni hablamos porque, a pesar de su esfuerzo, la estructura de ese partido obedece a otros intereses menos a los de un verdadero instituto político.Así es que la candidata del partido en el poder, lejos de poder remontar, seguirá desplomándose y quien está resultando beneficiado, sin duda, es el candidato del PRD. A unos días de la elección, se antoja muy difícil pueda lograr el triunfo, pero sí seguirá subiendo en la intención del voto y se le puede acercar mucho al abanderado del PRI. Ahí está lo peligroso para nuestro país, si resulta nuevamente una elección cerrada como en la pasada donde Felipe Calderón obtuviera el triunfo. En ese entonces conocimos todos al verdadero Andrés Manuel, el enfermo por la obsesión de triunfo y si gana la capital del país, el que dice que le hicieron fraude, al que le resultará más fácil convencer al electorado desde ahora diciendo que ya está todo listo para darle el poder a Enrique Peña Nieto y que el fraude es inminente, desprestigiando el trabajo primeramente de la autoridad electoral y después el esfuerzo y la participación de millones de mexicanos que estarán fungiendo como funcionarios de casilla. En la capital del país existen millones de mexicanos y de ganar ahí el PRD, que no es nada difícil también de acuerdo a los resultados que se nos han venido presentando a través de las encuestas, al ganar van a estar convencidos de que sí ganaron, ahí se centralizan los poderes, desde el político, como el empresarial y los medios de comunicación y nuevamente desde ahí se hará creer al resto del país que sí ganó el PRD, repito, de resultar una elección cerrada a nivel nacional. En esta elección, Andrés Manuel se juega su última carta, difícilmente si pierde le darán una tercera oportunidad como a Cuauhtémoc Cárdenas. Por eso sabe perfectamente que ante esta situación si no gana como así lo dicen las encuestas, irá con todo a la movilización pos electoral. Si hace seis años conocimos su estrategia de desestabilización de la capital del país, ahora en esta su última carta, vendrá con todo y contra todos y la situación puede resultar peor.
La ocasión pasada el PRI, como tercer fuerza, se quedó solo a la expectativa, ahora el PAN como tercer fuerza, ¿qué hará?, ¿se quedará a la expectativa?, sinceramente no lo creo, entonces ¿a quién apoyará? a su archienemigo el señor López quien tanto daño les hizo o a su otro enemigo de toda la vida el PRI. Qué será lo mejor para ellos, aceptar el retorno del PRI luego de haberlo finalmente sacado de Los Pinos o dejar que llegue una persona como el señor López.
Parece ser que finalmente lo que más convendría a los panistas es que ganara el PRI y, por ello, en diversos círculos, en temas de café, en reuniones de intelectuales, en los propios medios, vemos la difusión que se está haciendo ya en contra del PRD. Mejor dar un voto útil al PRI y quitárselo a Josefina Vázquez que ya no gana por nada, y ampliar la brecha que puede haber en el resultado entre el PRI y el PRD, de lo contrario, este señor va a desestabilizar al país y pondrá en peligro la economía de México y muchos otros rubros que se han venido ganando y, los que se obtuvieron, pueden irse para atrás.
Muchos desde ahora ven al señor López como una persona muy parecida en sus arranques al del Presidente de Venezuela Hugo Chávez, una persona enferma de poder y que al igual que el señor López señalan que si no son ellos, el país nunca se compondrá. De ahí que muchos mexicanos que estaban convencidos con el proyecto político del PAN y su abanderada, al ver cómo se desplomó desde el primer día en que inició su campaña política y lejos de levantar, cayó y cayó, ahora tienen una difícil elección, si le dan no el voto al señor López para así acortar la brecha entre los partidos políticos punteros, o la amplían y le dan el voto que reditúe en el triunfo contundente a quien desde el inicio arrancó en las preferencias electorales y que, a pesar de los ataques y descalificaciones, nunca perdió su ventaja: Enrique Peña Nieto.
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