19 abril, 2025
ROTATIVO DIGITAL

Comentando la Noticia: Desestabilización

El derecho a la manifestación lo tenemos consagrado en nuestra Constitución y este costó a lo largo de los años el esfuerzo de nuestros antepasados, de muchas personas que luego de muchas luchas, lograron plasmarlo en nuestra legislación. Este es un derecho de orden normativo de la conducta humana en la sociedad inspirado en postulados de justicia; es la reunión de personas en lugares de tránsito público y que se desplazan de un sitio hacia otro.

El artículo 6 de nuestra Carta Magna así lo establece: “La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público…”

Aquí encontramos el fundamento legal con sus restricciones, es decir, yo puedo manifestar libremente mis ideas, pero sin afectar el derecho de terceros, menos aún perturbando el orden público o violando alguna ley.

Lo anterior sale a colación a raíz de las desagradables escenas que fuimos testigos a través de lo que nos presentaron el pasado 1 de diciembre los diversos medios informativos de nuestro país, donde veíamos a una turba de jóvenes en su mayoría increpando a la autoridad y lo que parecía una manifestación en contra de la toma de posesión del nuevo Presidente de México, terminó en la violación a ese orden público, es decir, se pudieron manifestar, pero en determinado momento se cometieron excesos y aquellos jóvenes que solo iban a manifestarse de plano se retiraron muchos de ellos al ser rebasados por otro puñado de estos que pertenecen en su mayoría a tres organizaciones anarquistas, de acuerdo a lo señalado por el Gobierno del Distrito Federal, denominados Bloque Negro, Cruz Negra y Coordinadora Nacional, otros simple y sencillamente la inercia de los acontecimientos los hizo unirse a ellos.

De acuerdo se está con que expresemos nuestro descontento cuando no coincidimos con alguna idea, en este caso quienes estuvieron en contra de la llegada de Enrique Peña Nieto como Presidente de México, muchos lo han venido expresando a través de marchas, foros, en las redes sociales, la propia prensa electrónica y escrita, sin embargo cuando amparados en este acontecimiento, se dedican a realizar desmanes y afectar a una gran mayoría, nada lo justifica y muy reprobable fue por varios sectores de nuestro país lo que presenciamos.

La violencia genera violencia, y si estos grupos pretendieron hacerse notar con acciones violentas, seguramente algunos tuvieron que pasar a formar parte de la estadística de personas que fueron violentadas, golpeadas al momento de ser conminadas al orden, esto aunque no se quisiera, desgraciadamente así sucedió y de ambos bandos hubo personas lesionadas, pues al ver las escenas, inclusive pudo haber pasado a mayores, sin embargo, la prudencia y la preparación de los elementos del orden evitó que la provocación de estos fuera menor, aunque para los enemigos del nuevo sistema político en México, cualquier agresión que sufrieron los manifestantes lo consideraron un exceso.

El viejo discurso de que hubo represión en contra de los manifestantes era de esperarse, pero, ¿hasta dónde hubo represión en realidad? Cuando vemos cómo se dedicaron a afectar negocios de particulares, oficinas públicas, edificios y monumentos, ¿en realidad existe represión al tratar de evitar el vandalismo que sufrieron los capitalinos? Sinceramente irrisorio es el observar cuando todavía existe quien se atreve a justificar estos hechos, no podemos en México seguirnos peleando Mexicanos contra Mexicanos, eso es parte del pasado, creo yo que esa etapa de la historia debemos dejarla atrás, pero existen intereses obscuros que aún quieren desestabilizar a nuestro país y que con este tipo de acciones por increíble que parezca, creen poder ganar, cuando en realidad cuando esto ocurre nadie gana, todos salimos perdiendo.

Ya lo dijo el Jefe del Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, una cosa son las diferencias políticas y otra la barbarie. Los actos de vandalismo que tuvieron lugar el sábado primero de diciembre antes, durante y después de la toma de posesión de Enrique Peña Nieto, fueron planeados con dos semanas de antelación, revelan investigaciones de la Procuraduría de Justicia del DF.

¡Qué grave es escuchar esta afirmación, no concebimos como existen mexicanos que les interese esto! Algunas de las personas que fueron detenidas por los disturbios, aseguraron en sus primeras declaraciones ante el Ministerio Público que hubo una reunión física con algunos de los líderes para definir los actos que habrían de llevarse a cabo ese sábado. El encuentro se llevó a cabo en la Delegación Cuauhtémoc; los detalles fueron afinados, indica el diario Reforma, a través de diferentes redes sociales.

“Algunos detenidos señalaron que fueron convocados por Facebook, aunque no quisieron delatar quiénes los convocaron”, indicó una fuente de la PGJDF al rotativo.

Dado estos hechos se consignaron a 69 personas acusadas de ataques a la paz pública en pandilla, lo que se castiga con una pena de 5 a 30 años de prisión sin libertad bajo fianza. De los acusados, 58 hombres fueron remitidos al Reclusorio Norte y 11 mujeres al Centro Femenil de Santa Martha Acatitla. Según la averiguación previa ACI/T2/322/12-12 y otras siete acumuladas, la dependencia de justicia imputó la responsabilidad a los detenidos basándose en declaraciones de policías a quienes golpearon o agredieron. Este mismo diario dice contar con el testimonio de un empleado de seguridad de un hotel y el de un trabajador de un restaurante afectados.

El artículo 362 del Código Penal del Distrito Federal considera que incurre en esa conducta delictiva quien: “Mediante la utilización de sustancias tóxicas, por incendio, inundación o violencia extrema, realice actos en contra de las personas, las cosas o servicios públicos, que perturben la paz pública o menoscaben la autoridad del GDF, o presionen a la autoridad para que tome una determinación”.

Inclusive con asombro nos seguimos enterando de que algunos de los detenidos aseguraron haber recibido 300 pesos de personas de las cuales no quisieron precisar para realizar dichos disturbios y reventar la toma de posesión del Presidente Enrique Peña Nieto. Al menos ocho integrantes de la Unión de la Juventud Revolucionaria México detenidos el sábado narraron a policías de investigación de la Procuraduría capitalina que fueron citados a las 7:00 horas en la estación del Metro San Lázaro, aunque se negaron a decir quiénes los contrataron. Los radicales precisaron a los agentes que el objetivo era destruir lo que hallaran a su paso. Ni las autoridades, ni muchos mexicanos que queremos en realidad a nuestro país independientemente de la forma de pensar, no aceptamos, rechazamos, condenamos, total y absolutamente este tipo de actos de barbarie, porque eso es lo que son como lo señalara el Jefe capitalino, son hechos que deseamos no se vuelvan a repetir, que no queremos volver a observar, demeritan mucho la imagen de México en el mundo que al final afecta a usted y a mí, a todos.

Más de 1300 comercios resultaron afectados con pérdidas millonarias que difícilmente los que ordenaron y los que las causaron pagarán, ya inclusive el propio gobierno habla que apoyará a estos, son recursos que bien pudieron haberse aplicado en otro tipo de ayudas, pero que tienen que destinarse debido a que unos dementes por un puñado de pesos causaron jóvenes, afectando el libre derecho de quienes se manifestarían en orden y amparadas en el anonimato, en la aglomeración, unos inclusive bien equipados para perpetuar su ataque, lograron su objetivo, desestabilizar por unas horas a nuestro país, ahora solo falta que en realidad se aplique la ley. De lo contrario, el orden constitucional en México seguirá siendo rebasado como en muchos casos sucede, hasta aquí mi comentario, mi correo electrónico licsebpastrana@yahoo.com o sígueme en facebook en Sebastián Pastrana Ferreira y en twitter como sebastianpastr3.