9 marzo, 2025
ROTATIVO DIGITAL

Valores mediocres…

Lic. Alfredo Castañeda Flores        ANALISTA

 

1 OCTUBRE 2021.-Existe un puñado de valores comunes que crean verdaderos problemas a la gente, problemas que difícilmente se pueden resolver. Estos son:

 

Placer. El placer es estupendo, pero es un valor terrible como para que tu vida gire alrededor de él. Pregúntale a cualquier drogadicto cómo le ha ido con la búsqueda del placer. Pregúntale a una adúltera que humilló a su familia y perdió a sus hijos si, después de todo, el placer la hizo feliz. Pregúntale a un hombre que casi se comió a sí mismo hasta matarse si el placer le ayudó a resolver sus problemas.

 

El placer es un dios falso. Las investigaciones muestran que la gente enfoca su energía en placeres superficiales, termina más ansiosa, más inestable emocionalmente y más deprimida. El placer es la forma más superficial de satisfacción vital y por ello es la más fácil de obtener y la más fácil de perder.

 

Sin embargo, nos venden el placer las 24 horas del día. Es nuestra obsesión. Es lo que usamos para insensibilizarnos y distraernos. Pero este placer, aunque sea necesario en la vida (en ciertas dosis), no es, en sí mismo, suficiente.

 

El placer no es la causa de la felicidad; más bien es el efecto. Si haces todo lo demás bien (los otros valores y parámetros), entonces el placer ocurrirá naturalmente, derivará de esto.

 

Éxito material. Muchas personas miden su valía personal basándose en qué tanto dinero ganan, qué tipo de auto manejan o si su patio de enfrente es más verde y más bonito que el del vecino.

 

Los estudios demuestran que toda vez que uno es capaz de satisfacer las necesidades físicas básicas (comida, techo y demás), la correlación entre la felicidad y el éxito mundano rápidamente alcanza el cero. Si te estás muriendo de hambre y vives en la calle, a la mitad de la India, un extra de diez mil dólares al año afectaría mucho tu felicidad. Pero si te encuentras cómodamente dentro de la clase media de un país desarrollado, un extra de  diez mil dólares anuales no afectará mucho, lo cual significa que te estás matando trabajando horas extras y fines de semana, básicamente, nada.

 

Otro problema de sobrevalorar el éxito material es el peligro de priorizarlo sobre otros valores, como la honestidad, la no violencia y la compasión. Cuando la gente se mide, no por su comportamiento sino por los símbolos de estatus que va coleccionando, no solamente es superficial, probablemente también sea cabrona.

 

Siempre tener la razón. Nuestros cerebros son máquinas ineficientes. De manera constante asumimos mal, juzgamos equivocadamente las probabilidades, recordamos mal los hechos, nos sesgamos cognitivamente y tomamos decisiones con base en nuestros caprichos emocionales. Como humanos, regularmente permanecemos muy equivocados, así que, si tu parámetro para evaluar el éxito en la vida consiste en tener la razón, bueno, te costará mucho trabajo reflexionar todas esas patrañas.

 

El hecho es que las personas que basan su valor personal en tener siempre la razón, no se permiten aprender de sus errores; les falta habilidad para comprender nuevas perspectivas y coincidir con otros; se cierran a información nueva e importante.

 

Es mucho más útil asumir que eres ignorante y que no sabes mucho. Eso te mantiene libre de creencias mediocres y promueve un estado constante de aprendizaje y crecimiento.

 

Mantenerse positivo. Luego vienen aquellos que miden sus vidas respecto de su habilidad de ser positivos, básicamente, en la mayoría de los cosas. ¿Perdiste tu trabajo? ¡Genial, ahora tienes la oportunidad de explorar tus pasiones! ¿Tu esposo te engañó con tu hermana? Bueno, por lo menos ya sabes lo que le importas a los demás. ¿Tu hijo se está muriendo de cáncer de garganta? ¡Al menos ya no tendrás que pagarle la universidad! A pesar de que algo tiene de bueno el verle el lado amable a todo, la verdad es que a veces la vida apesta y lo más sano que puedes hacerlo es admitirlo.

 

Negar las emociones negativas desemboca en experimentar emociones negativas más profundas y más prolongadas, así como a la disfunción emocional. Un constante estado de positivismo es una forma de evasión, no una solución válida a los problemas de la vida, mismos que, por cierto, si estás eligiendo los parámetros correctos y los valores adecuados, deberían estar llenándote de energía y motivándote.

 

Es así de sencillo, amable lector, en serio: las cosas van mal, la gente nos irrita, los accidentes ocurren. Estos asuntos nos hacen sentir fatal. Y está bien. Las emociones negativas son un componente necesario de la salud emocional. Negar esa negatividad es perpetuar los problemas en vez de resolverlos.

 

El truco con las emociones negativas es: 1) expresarlas de una manera socialmente aceptable y de forma sana, y 2) manifestarlas de un modo que se alinee con nuestros valores. Un ejemplo sencillo: un valor mío es la no violencia, medida bajo los criterios de no pegar, de modo que, si me pongo furioso contra alguien, expresaré esa ira, pero sin asestarle un puñetazo en la cara. Una idea radical, lo sé. Pero la ira no es el problema. La ira es natural. La ira es una parte de la vida. La ira es muy sana en muchas situaciones (recuerda, las emociones son sólo retroalimentación). ¡Ánimo!