Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
16 MARZO 2025.-Hay una gran diferencia entre un país rico, poderoso del llamado primer mundo y uno pobre, ignorante, del tercer mundo o de economía emergente como ahora se les llama para romantizar la realidad. Y que decir de los habitantes, también hay un abismo entre unos y otros.
Así es, amable lector, como en anteriores entregas he señalado, estamos llenos de defectos, antivalores, miedos, pobreza e ignorancia. Y un sinnúmero de etcéteras, que a diario cometemos o nos toca vivir por otras personas.
Dijera la Chimoltrufia, un personaje del legendario Chespirito, no nos hagamos tarugos, lo que es real, estamos mal, vivimos mal, actuamos mal, somos un mal, ignoro si necesario o no, pero ahí estamos formando parte en el mundo.
¿Pensamos? No, se habla que nueve de cada diez personas, somos estúpidas, eso no solo tiene que ver con la región, con el país, pero me refiero, como casi siempre, a México, que otra cosa, se puede decir de gente que cree en una religión, la que sea de las tres que existen y sus miles de derivaciones, que gasta enormes cantidades de dinero, que muchos no tienen, para celebrar a imágenes que nadie sabe que existieron; que creen en brujos, chamanes y charlatanes y medio, gastando también cantidades de recursos, para combatir afecciones y males que no tienen, por lo menos no por esa causa; que creen en horóscopos, lectura de cartas, tarot, café, y mafufa da y media; que creyeron en una pandemia inventada por los poderosos que dominan el mundo, que creen que somos libres, cuando somos manipulados en todo, por todo y para todo, no solamente como persona, también como país.
Que se nos cierra el entendimiento (el poco que hay), por cualquier cantidad de dinero regalado para medio vivir, evitando con ello que se desarrolle la mentalidad y lo que conlleva, de superarnos cada día, de tener más, de ser más, de saber más, quedando reducidos a unas simples analfabetas funcionales que, a cambio de eso, tienen que hacer lo que otros les piden, lo que les conviene que se haga, para mantenernos cada día más retrasados, en todos los sentidos, incluido el mental. Así que por estos y muchísimos ejemplos más, queda probado, comprobado y demostrado que se carece, en la mayoría, de la capacidad de pensar.
¿Agradecemos? Pocos, el agradecimiento es la base de la riqueza, económica y mental, su ausencia, es la pobreza, la mediocridad, la estulticia, la mayoría de la gente no es agradecida, solo está ahí aguantando, dicen ellos, a la gente, mientras están recibiendo algo de ellos, pero una vez que eso deja de hacerse, de inmediato se alejan, se creen merecedores de todo, guardadas las proporciones, y si alguna vez se les apoya con X o Y dinero o acción, ya quieren que así sea frecuente, no entienden que puede suceder una sola vez, por la causa que sea, la mayoría ya quiere que suceda periódicamente. Incluso hasta los que están un peldaño más arriba, los que trabajan vendiendo algo, si alguna vez se les compra, ya pasan seguido a ofrecer su mercancía. Sienten que los demás estamos obligados a comprar, dar o hacer lo que alguna vez se hizo, por cualquier motivo. Por ejemplo, si algún día no se pudo desayunar en casa, y se compra comida en la calle, sea en un puesto fijo, semifijo o gente ambulante que anda ofreciendo alimentos casa por casa, después ya la pasan ofreciendo seguido y como ya no se les compra o pasa algún tiempo para volverlo a hacer, se molestan. Vaya, vaya.
¿Honestos? Cada día menos gente lo es. Antes las instituciones bancarias tenían cajeros, hombres y mujeres, honestos, que, si sobraba dinero, al hacer alguna operación en ventanilla, lo devolvían, ahora ya no es así, si en verdad falta, lo piden, pero si sobra, se ajustan a lo que se está entregando. Por eso, los bancos que manejan el envío de remesas de los Estados Unidos, son tan señalados de estas prácticas, porque así es, al hacerse la conversión de monedas, es decir de dólares a pesos, es casi imposible que se coincidan cifras exactas, siempre se pasa unos pesos.
Pero el remitente, al dar los datos del envío, le dice a su familiar, cantidades cerradas (cien, doscientos, etc.) y eso es lo que el beneficiario pide en la ventanilla respectiva, y los sinvergüenzas eso entregan, quedándose con el excedente, que, en un día, ya se junta una cantidad considerable y en ocasiones es mayor. Así que es un negocio redondo, abusando de la gente más ignorante, más necesitada. Lo mismo pasa en los negocios, como aun existe mucha gente que no sabe leer ni escribir o lo sabe, pero apenas, no conocen las cantidades que les están cobrando y entregan de más, aunque también algunos lo hacemos, por lapsus brutus, no hay la honestidad de los empleados, incluso dueños, para devolverles el excedente, y fingen recibir lo justo. Así, funciona la mayoría de la gente en este país, lo que se va reproduciendo, porque el que lo sufrió, después lo replica cuando tiene la oportunidad y eso es un círculo vicioso. Lo malo siempre se aprende con facilidad.
¿ignorantes? Demasiado. No sabemos hablar correctamente, tenemos una innumerable cantidad de horrores, ortográficos y de dicción, no sabemos preguntar, no comprendemos lo que leemos, lo que provoca que se vaya formando otro circulo vicioso de errores que no corregimos, porque el mexicano es el clásico que no acepta que le observen los mismos, porque de inmediato se encanija y en lugar de quedarse callado, se enciende y según su nivel de estupidez, comienza a ofender, agredir y cosas peores, por eso pareciera que el dicho popular: “…Corrige al sabio, se hará tu amigo, corrige al estúpido, se hará tu enemigo…”, está inspirado en nuestro país. En México, la gente pide un favor y no acepta que se les niegue. Como dije, al no saber preguntar, quieren que la respuesta les aclare todas sus dudas. Es decir, si preguntan, ¿Vende listón? Quieren que la respuesta incluya, además del sí, el precio, los colores, los anchos, que se puede hacer con él, etcétera. Si se les dice que no, vuelven a preguntar ¿No vende?, y si se les dice que sí, también. Confunden los alfileres con seguros, lo ancho con lo grueso, los colores, etcétera.
¿Respeto? No, se quiere ganar siempre, aprovechándose de los demás, no respetan las filas, los turnos, el paso del peatón, a los ancianos, niños, embarazadas, discapacitados físicos, si algo ven mal puesto, lo toman, aun cuando sea en una casa, institución o negocio, ya ni se diga se lo encuentran en la calle, me ha tocado ver que va gente caminando y la de adelante tira o se le cae algo, el que va justo detrás de ella, lo levanta y se cruza de acera apresurando el paso para perderse y no se lo pidan. No importa lo que sea. Se ha perdido este valor en los nacionales. Que triste es la realidad actual que estamos viviendo y viendo, al haber más ignorancia y pobreza, que las genera el gobierno, para sus propios intereses, al regalar el dinero público en lugar de utilizarlo para beneficios comunitarios, estamos retrocediendo a gran velocidad, lo poco que habíamos mejorado con los años. Lo anterior solo son destellos, porque seguramente cada uno de nosotros hemos visto muchas más, y peor aún, hemos cometido otras peores, fingiendo ser mejores seres humanos. Ups.