Lic. Alfredo Castañeda Flores Analista
27 nov. 2020.-En ésta oportunidad quiero hablar de un tema tabú, pero que si se hablara más seguido de él, se evitarían muchas infidelidades, problemas, enfermedades y divorcios, entre las parejas. La falta de comunicación es la principal causa de esto y muchas cosas más, además de la ignorancia y el fanatismo religioso que impera hasta nuestros días, entre otras.
Hablo de la sexualidad en la pareja, sean legalizadas (matrimonio) o no (unión libre, amasiato, etc.).
Tanto el hombre como la mujer, necesitamos de una buena comunicación en la intimidad, esto conlleva a tener una excelente sesión sexual, cada determinado tiempo, ya que dependiendo de la edad, de los vicios, adicciones y problemas de salud que se tengan, van sucediendo de manera más esporádica, pero lo importante, no es la cantidad, sino la calidad y variedad en lo que se haga.
Desde luego que esto comienza a temprana edad, en la actualidad, esa etapa mínima se ha ido reduciendo en mayor escala, según muestran las estadísticas, pero esa es otra historia. En la intimidad, se requiere de tiempo y paciencia, además de una mentalidad abierta y un amplio conocimiento en las artes amatorias, pues es entre esas cuatro paredes, donde una pareja puede dar rienda suelta a sus deseos más profundos y sus fantasías más anheladas, se requiere de una gran madurez mental y un compromiso por su goce individual y el de su pareja. En esos instantes de placer sexual, está permitido todo lo que no dañe la integridad física y mental de uno u otro, pero, también aquí es donde entran en juego los traumas, las equivocadas creencias religiosas, lo traumático que sus amistades les han contado, lo negativo que otros han vivido, y un sinnúmero de cuestiones que nublan un verdadero disfrute de pareja.
Una buena relación o contacto sexual, comienza con besos en la boca de la pareja, obviamente para que así termine siendo, se requiere completa soledad, en una habitación cerrada a los demás, donde solamente los interesados, sean las estrellas del momento, la intensidad de los besos, va aumentando, al mismo tiempo las manos de ambos están libres y comienzan a acariciarse cara, pecho, espalda, brazos, genitales, glúteos, lo que se desee y alcance, posteriormente a eso, empiezan a salir volando las prendas de ropa, blusa, camisa, playera, brassier, pantalón, falda, zapatos, calzones, todo lo que se traiga puesto. Para ese momento, tanto besos como caricias, siguen subiendo de tono e intensidad, los ósculos se trasladan a otras partes del cuerpo, que puede ser, las orejas, el cuello, la nuca, la espalda, el pecho, piernas, muslos, a cualquier parte del cuerpo; se comienzan a emitir sonidos guturales llamados comúnmente como gemidos, de ambos, (es lo más común), aunque solo puede ser de uno o se dan algunos casos, que de ninguno y esto es mala señal.
Todo esto, como dije antes, amable lector, requiere de tiempo y mucha paciencia, además de ganas de satisfacerse y satisfacer a la pareja, y eso no cualquiera lo hace.
En el área de los senos femeninos, se debe el hombre, detener un tiempo suficiente para ponerlos erectos, lo cual significa que la mujer está casi lista para recibir al invitado de honor y alcanzar de manera más segura el sueño de todas las mujeres, el orgasmo. Ahí es donde el hombre se da cuenta de que tendrá una noche de ensueño para su pareja y obvio, para él. Una vez, de haber encendido a la mujer, se llega a los genitales femeninos, haciendo un delicioso sexo oral, recorriendo con la lengua mojada, los labios mayores, menores, la vulva, poniendo mayor atención en el pequeño pero gran órgano de mayor placer femenino, el clítoris, aquí, dependiendo del empeño mostrado por el hombre, se pueden lograr uno o varios orgasmos en la mujer, pero también aquí, está uno de los mayores tabúes, no cualquiera lo quiere hacer, porque sienten que es algo sucio, que es pecado, que solo las mujeres de la calle (prostitutas) lo hacen y un sinfín de pretextos y comentarios sin sentido que surgen por la falta de compromiso para obtener placer en pareja, lo cual es totalmente equivocado, porque las trabajadoras sexuales, es lo que menos quieren hacer, ellas solo quieren ser penetradas por sus clientes, evitando caricias y principalmente, besos, porque la ciencia, ha mostrado y demostrado en muchos estudios al respecto, que lo que hace enamorar a las parejas, son los besos, de cualquier tipo e intensidad, además de que también los hombres que buscan a este tipo de mujeres, no se van a arriesgar a hacerles sexo oral a mujeres que trabajan todo el día con hombres, aunque si hay sus excepciones.
Asimismo, la mujer también puede hacer sexo oral a su pareja, llamado felación, eso es algo que se agradece y a ellas les encanta, si lo hacen con gusto y buscando satisfacción sexual. Pero hay muchas que no lo hacen por considerarlo contra natura. También existe la modalidad de hacerlo al mismo tiempo, lo que comúnmente se conoce como el 69, ahí la pareja se coloca uno encima del otro, o de lado, de manera inversa, y tocan con su boca los genitales del otro, dándose placer oral mutuamente, esto es lo máximo antes de la penetración, pero muchos lo consideran sucio, malo y no lo hacen.
Una vez, realizado todo o parte de lo anterior, se procede a la penetración, aquí también hay algunas posiciones que facilitan la obtención del orgasmo femenino, pero las dos principales son la mujer cabalgando, es decir, cuando la mujer se monta en el hombre, estando este acostado de espalda, aquí la mujer es la que lleva el ritmo de la penetración, puede estar de frente o de espalda a su pareja, ambas formas, facilitan la obtención del orgasmo femenino y el hombre tiene total libertad para tocarla y besar el seno de la mujer. La otra posición es la llamada de perrito, el 71, donde la mujer está hincada sobre sus rodillas y el hombre se coloca detrás de ella, penetrándola, mientras acaricia sus glúteos, piernas, espalda, aquí es el hombre el que lleva el ritmo de la penetración y puede darse cuenta en la espalda baja de la mujer cuando está a punto del orgasmo. Aunque parezca extraño, hay parejas que no experimentan más posiciones que el misionero, porque cambiar a otra, resulta un tabú para una u otro. El hombre solo se desahoga y no le importa que su pareja sienta lo mismo.
También, es recomendable para alcanzar el orgasmo, la emisión de frases y palabras sucias, groserías, llamar a los genitales por sus nombres vulgares, decirle a su pareja adjetivos que la denigren, pero que a su vez propicia un mayor goce y enorme placer, emitir gemidos de vocales, hasta palabras y/o frases en inglés, algunos lo hacen, pero esto, además de ser un tabú, la falta de espacios libres en los hogares, para poder disfrutar, lo impide, porque no quieren que los hijos, los familiares o quienes vivan con ellos, los escuchen y se restringe una gran fuente de placer para alcanzar el orgasmo.
Lo anterior, es lo principal que se tiene que hacer en una verdadera sesión sexual en pareja, para lo cual, como he repetido, se requiere de tiempo, paciencia y conocimiento de lo que nos hace falta y lo que le hace falta a la mujer, pero el mexicano promedio, es de lo que más carece, de tiempo y paciencia, y más el hombre que por sus adicciones, acciones y trabajo solo llega a su hogar, se desahoga en su mujer, penetrándola y obteniendo su orgasmo, pero no se da cuenta que la mujer es más lenta, que ella requiere de los juegos previos para dejarla satisfecha, y con esas relaciones a medias, solo la deja de mal humor, lo que se va ampliando con el tiempo, generando resentimiento de la mujer hacia el hombre, además de que puede propiciar que en algún momento, sea infiel con alguien que le empiece a hablar de amor y sexualidad, ahora imaginate, amable lector, si le llega a hacer una completa sesión de pasión y desenfreno, ahí si la perdiste. Pues las estadísticas nacionales hablan de un amplio porcentaje de mujeres mexicanas que no han experimentado con su pareja un orgasmo, a pesar de tener años de vida marital. ¿Lo puedes creer? Pues es verdad, hay mucha mujer sexualmente insatisfecha y también hay hombres que su sexualidad no es plena porque su pareja considera a los juegos previos como algo sucio, malo, pecaminoso.
Debemos, dejar atrás la presunción sin sentido y aprender a tratar, en la intimidad, a nuestra pareja, porque una buena comunicación, siempre da buenos resultados, y el ámbito sexual, es muy importante para tener una vida plena y feliz, porque hacer lo contrario, nos va amargando la existencia a tal grado que física, mental y en la salud, nos va mermando, nos va acabando, perdiendo más que ganando, ya es tiempo de dejar de presumir y empezar a actuar, dejar atrás el egoísmo y darle placer a nuestra pareja y viceversa. A nosotros, nos pasa, cuando no hay actividad sexual o esta resulta insatisfecha, nos ponemos de malas, nos comportamos de forma agresiva, pues eso exactamente o incluso, peor, les sucede a las mujeres. Teniendo una buena sesión íntima con nuestra pareja, se deja atrás el tabú del tamaño, y se vuelve mejor la filosofía popular que reza: no importa lo grande y grueso, sino lo tieso y travieso. ¡Ponte atento!