20 abril, 2025
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Trueque, alternativa para la economía indígena en Pátzcuaro

A pesar de que con el paso del tiempo se ha venido perdiendo la esencia del tianguis purépecha que se instala dos veces por semana a un costado del templo del Santuario en este municipio, para los indígenas participantes en el intercambio de productos sin la mediación del dinero sigue siendo una alternativa para abastecerse de bienes de primera necesidad, principalmente alimentos.

Desde hace varios años, según revelaron algunos de los participantes en el trueque, ya no solamente participan indígenas provenientes de varias comunidades de la región lacustre y de la Meseta Purépecha, los cuales intercambian maíz, frutas, verduras, pescado, artesanías diversas, entre otros productos, sino que hacen acto de presencia vendedores de ropa y calzado “de segunda mano” electrodomésticos, películas pirata, y hasta equipos electrónicos como las hoy populares “tablets”. Estos comerciantes no aceptan el trueque, sino que exigen que se les pague con dinero.

Incluso, la “invasión” de este tipo comerciantes, así como la quejas de los vecinos del lugar y de los sacerdotes del templo del Santuario por “el basurero que se acumula por doquier”, provocaron que la administración municipal pasada intentara cancelar la realización del citado tianguis, según contó la señora Mary, quien funge como coordinadora del mercado. No obstante, agregó, “llegamos a un acuerdo con la autoridad para que los del trueque tuvieran lugares suficientes y para tener limpio y no dejar mucha basura”.

Actualmente sólo cinco por ciento de las personas que acuden a este tianguis hablan purépecha, el resto habla español, según un estudio de la economista Marisol Torres Sandoval.

Vecinos de una comunidad de la ribera del Lago de Pátzcuaro contaron que para ellos es muy importante acudir al tradicional tianguis ya que “nos llevamos lo que necesitamos para comer en la semana”.

Con más de 40 años asistiendo a este mercado del trueque, los informantes relataron que éste se realizaba en la plaza Vasco de Quiroga, a mediados del siglo pasado; “ahí sí había lugar para todos, los del trueque estaban en un lado y los que no hacían trueque en otro, no como ahora que estamos todos revueltos”.

Un familia de pescadores, mientras intercambia una docena de mazorcas de maíz por un cuarto de nopales, relató que antes “traíamos hasta 10 o 15 kilos de pescado, pero ahora ya solamente traemos un kilo o dos para intercambiar, ya que ya casi no hay peces en el lago”. Sin embargo, agregaron, “traemos aguacate, algo de maíz que sembramos, y nos llevamos diferentes cosas para la comida de la semana”.

En este tianguis la gente empieza a llegar a las seis de la mañana y se retira en cuanto termina de intercambiar, lo cual puede ser entre nueve y once de la mañana, aunque lo que no practican el trueque de productos, sino el comercio con base al uso del dinero, se quedan hasta más tarde.