Al cumplirse 32 años del terremoto (19 de septiembre) de 1985, donde se hicieron simulacros en algunos estados del país y, principalmente, en la Ciudad de México; la tragedia vuelve a hacerse presente en nuestro querido México, ahora con dos sismos simultáneos, uno con epicentro en la población de Chiautla, Puebla, con una magnitud de 6.8 y el otro con epicentro en el poblado de Axochiapan, Morelos, con una magnitud de 7.1, ambos en la escala de Richter. (Aunque la versión oficial lo quiera negar).
Como es común en el ámbito oficial, la cifra filtrada a los medios de víctimas siempre es menor para no espantar aún más a la ciudadanía, pero por lo que pudimos observar, desafortunadamente es mayor esa cantidad.Sinceramente no se esperaba un sismo tan fuerte, en tan poco tiempo, después del más fuerte (7 de septiembre de 8.2 grados Richter) ocurrido en un siglo, lo cual resultaba improbable, aún para los estudiosos de estos fenómenos. En las redes sociales, desde el ocurrido hace doce días, han surgido presuntos estudiosos que vaticinaban la presencia de otro, lo cual, es difícil de creer, porque nunca faltan charlatanes que esperan un momento oportuno para polarizar aún más nuestra dividida sociedad y provocar temor, miedo, pues estos no se pueden predecir, hay coincidencias, pero no se puede corroborar que el vaticinio sea real y verdadero.
Es importante la grandeza de muchos ciudadanos ejemplares, solidarios que desde el primer instante de lo ocurrido, se dedicaron a aportar su tiempo, sus brazos, ojos y fortaleza para rescatar a nuestros hermanos, esto es algo que nos caracteriza a nivel mundial, ese espíritu de ayudar cuando se necesita, sin embargo, también existe la contraparte, gente que se aprovecha de las desgracias para sacar provecho y quedarse con lo ajeno, hay tantos cínicos, que hasta adquieren uniformes militares, policiacos, médicos, y lo que sea necesario para engañar a la gente, e introducirse en los edificios, departamentos o casas que están fracturadas, pero en pie, las que fueron desalojadas y sus ocupantes enviados a los albergues habilitados para la ocasión, y solo lo hacen para apoderarse de todo lo que encuentren dentro. Eso no se vale, pero así hay gente. No miden el peligro, porque se puede colapsar el inmueble, mientras están ellos adentro, haciendo sus actividades ilícitas de rapiña.
Asimismo, hay otros que ante la zozobra de la gente, aprovecha para asaltar gente en la calle, a transeúntes o automovilistas, casas habitación, negocios, bancos y empresas, porque saben que nadie presta atención a lo que hacen, pues están entretenidos ayudando o cuidando inmuebles y descuidan los lugares donde no ocurrió nada grave.
Esto y más es digno de una enérgica condena, porque no se vale que se lucre con el dolor ajeno, moralmente, esa clase de individuos, no valen nada, y lo que es peor para ellos, jamás les rinde lo que obtienen de esa manera, así como tampoco son felices y toda su vida tienen que trabajar, de manera ilícita, como es su costumbre, para poder tener algo que comer ellos y su familia. Sinceramente, no se vale.
Aprovecho este espacio para brindar un afectuoso aplauso para todos aquellos ciudadanos solidarios que han apoyado física y/o económicamente a nuestros hermanos en desgracia, así como también a los familiares y amigos de las víctimas que por causas inexplicables aún, no lograron salir con vida y forman parte de la estadística. México, es un país fuerte, aún con todo lo que ocurre, real, ficticio o exagerado, es grande y sin duda se recuperará de este golpe, lo que si hace falta es crear esa conciencia humana en todos los nacionales, porque así como hay gente positiva, optimista, solidaria, bondadosa, existe la contraparte, gente negativa, pesimista, abusiva, malosa que solo busca su beneficio personal y saciar sus instintos de delincuente, y no respetan el dolor ajeno. Así como también está un tercer grupo, los indiferentes, esos que mientras no les ocurre nada malo, a ellos o a sus familiares cercanos, nada les importa, como se dice, ni fu, ni fa. Eso, es lo que nos falta, para ser una nación más importante. Pero con todo y eso: ¡¡¡Viva México!!!