De forma “injustificada y prepotente”, fue despedida la señora Eloísa Pérez Corrales del templo del Santuario de esta ciudad, después de haber prestado sus servicios como afanadora durante 33 años en ese lugar, según lo denunció a este medio la propia afectada.
Relató que el nuevo párroco del referido templo la despidió sin darle ninguna indemnización, “solamente me dijo que no tenía ya dinero para pagarme los 700 pesos que ganaba por quincena, que si quería seguir trabajando lo podía hacer pero de a gratis”.Debido a lo anterior, la mujer de 73 años de edad ha iniciado un proceso legal para demandar laboralmente al cura, “quien, no solamente me corrió a mi, sino a otras gentes que trabajaban en el templo”, aseguró.
Y lamentó: “el padre sabe que yo necesito el dinero, ya que tengo dos hijos que tienen problemas de salud y yo les pago su tratamiento, pero él no le importó mi situación y me despidió injustificadamente y sin darme ningún cinco después de tantos años que tenía trabajando en el Santuario”.
Afirmó que el prelado le dio como explicación de su despido que “ya no tenía dinero para pagarme porque acababa de de comprar unas alfombras nuevas para el templo”.
“Hay gente que me recomienda no meterme con el padre porque me va a castigar Dios, pero él ha cometido una injusticia conmigo”, dijo.
A él no le importó, abundó, “que yo necesito el dinero que ganaba para pagar el tratamiento de mis hijos que padecen de males psiquiátricos, sólo me recomendó que los metiera al Seguro Popular o que buscara ayuda en otra parte”.
Apuntó que durante los 33 años que laboró en el referido lugar no recibió ningún tipo de prestación laboral; “a veces los padres me daban algo de aguinaldo”, dijo.
“Cuando venían los del Seguro me decían los padres: ‘si te preguntan no les digas que trabajas aquí, diles que haces el aseo por cumplir con una manda’, sostuvo la afectada.
Por último, comentó que no entiende por qué el nuevo párroco la despidió cuando los anteriores curas del templo nunca intentaron hacerlo.