El ser humano es tan contradictorio, tan distinto, diferente, que hasta en ocasiones raya en lo raro, chusco, divertido. Pocas, muy pocas ocasiones saben lo que realmente quiere, la mayor parte del tiempo hace las cosas de manera automática, sin pensar, sin analizar, sin razonar, busca la felicidad en distintos parámetros, conductas o patrones.
La mayoría de la gente busca la felicidad en lo material, el dinero, el famoso y deseado dinero, lo cual no es malo, lo que sí es malo, es lo poco que hacen para tenerlo, porque se van por el camino incorrecto, les gusta confiar en los horóscopos, que les echen las cartas (tarot), que les lean el café, la mano, que les hagan trabajitos en pro y en contra, compran billetes de lotería, pronósticos, juegos de azar, rifas, realizan o participan en tandas, pirámides, empeñan sus pertenencias de valor (joyas, aparatos eléctricos, teléfonos celulares, etc.), son cercanos a alguna religión o asociación religiosa, pertenecen a algún club social o circulo cultural (Rotario, Club de Leones, deportivo, etc.), envían a sus hijos a escuelas privadas con la idea de que más adelante, los hijos los sacarán de la pobreza económica. Pero pocos, muy pocos ahorran, invierten, instalan un negocio (previamente visualizado y analizado) diferente, distinto, pero que haga falta en la zona, municipio o región, que no tenga competencia, contar con visión a futuro, no solo por salir del paso.Al contrario, no ahorran, dinero que cobran, dinero que se gastan, muchas veces vienen arrastrando deudas de un dinero que aún no se ganan, por eso a muchos, la semana, la quincena (según el periodo de pago) no les dura ni tres días, porque los honestos (que son pocos), se dedican a pagar, lo que ya se gastaron, otros, se lo gastan en cositas sin importancia y endeudándose cada día más, obtienen tarjetas de crédito bancarias o de tiendas departamentales, y cada mes, pagan lo mínimo y no la cantidad necesaria para no generar intereses y se hace una deuda impagable, inscriben a sus hijos en escuelas o colegios particulares, porque su corta mentalidad les hace creer que son mejores académicamente, lo cual es falso, porque por el simple hecho de pagar una colegiatura cara, adquieren el derecho para que sean promovidos al grado siguiente, aún sin merecerlo (salvo honrosas excepciones en el aspecto del alumno y en el aspecto de los docentes de la institución).
Otros adquieren bienes inmuebles sin necesitarlos, porque creen que es una inversión a largo plazo, idea más equivocada, porque no analizan que una propiedad necesita mantenimiento periódico, de lo contrario se deprecia, y aunque al final la vendan a más precio que del precio adquirido, no aumentan detallitos como lo invertido en mantenimiento, la inflación que se va generando durante el tiempo que la tienen en propiedad, gastos de escrituración, luz, agua, predial, pintura y más. Con todo eso ¿De verdad es inversión? No. Comprar un inmueble sin sacarle provecho económico es una pérdida.
Igual sucede con los automóviles, desde que se obtiene la factura del mismo, ya perdió, por lo menos un 10 % de su valor, y hay gentes que cada año cambian de auto porque se sienten de clase alta, nada más equivocado, los verdaderos poderosos económicamente, no hacen eso, lo hacen los ignorantes, como dice el dicho, el que nunca tuvo y llega a tener, loco se quiere volver; lo hacen los políticos porque utilizan el dinero público en sus actividades privadas; lo hacen los que heredaron dinero, porque no les costó lo que ahora gastan y no piensan en el futuro, el dinero sin invertir, tarde o temprano se acaba, aun cuando sea mucho.
Los más pobres, dice un dicho: Al perro más flaco se le pegan más las pulgas, nada más ilustrativo, porque si no es por azar o herencia, jamás lograrán ser ricos, y no por castigo divino (dicen muchos), no por ser pobres pero honrados, si no por ser ignorantes, pese a que algunos estudien, porque cada determinado lapso de tiempo terminan poniéndose una borrachera, donde gastan más de lo correspondiente a un día de salario/trabajo, y créeme amable lector que no es una vez al mes, festejan todo cada vez que pueden (bautizos, presentaciones, XV años, boda, cumpleaños, santo patrono, virgen, eventos deportivos, aprobación de exámenes, premios o triunfos ajenos, etcétera).
Si tienen una alegría se embrutecen con alcohol, si tienen una pena o tristeza, lo mismo, si les falta dinero, se emborrachan, si de por sí ya les falta dinero, gastando en alcohol es peor, porque dudo que se los regalen, en lugar de usar sus escasas neuronas para salir adelante en el problema, se van por el camino fácil de la destrucción de su cuerpo y pobreza en el bolsillo. Eso dicen que los hace felices, en realidad no conocen que es la verdadera felicidad. Ambos extremos son malos, para el que no tiene equilibrio mental, ni espiritual, el que si lo tiene, no necesita cosas materiales para ser feliz, no necesita de otra persona para ser feliz, la felicidad es un estado de ánimo que no necesita de nada más que la fortaleza, la ausencia de miedo y temores, la búsqueda de soluciones a los problemas, tristezas y alegrías y dejar los apegos de bienes materiales, personas y cosas.
Sólo así serás realmente feliz. Tener una meta, un proyecto, un objetivo realista; mejora tu calidad de vida. Lo demás, son falacias accesorias. Necesarias, pero que no te hacen feliz. El bienestar está determinado por la manera en la que tomas todo lo que te sucede. Siempre se positivo.