Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
8 abril 2023.-La religión, que fue inventada para manipular a la gente de mentalidad débil, esa que no tiene la suficiente capacidad para creer en si mismo, en su fortaleza y su poder personal, y que, por lo mismo, tienen la necesidad de creer en alguien superior que no conocen, que no existe, por eso genera tanto dinero y riqueza, porque se conjugan la ignorancia con el negocio $.
Pues bien, esa religión que se extendió por gran parte del continente americano, ha señalado que los pobres son gente buena, atenta, noble, amable, sincera, etcétera, que merecen toda la ayuda posible para salir adelante. Quizás hace unos años fue verdad, pero en el presente siglo, que ya lleva 23 años, las cosas han cambiado de manera radical, ahora esos individuos ya han perdido los pocos valores que antaño, poseían, ahora están acostumbrados a aprovecharse de los demás, aunque estén peor o igual de jodidos que ellos, ahora viven solo para engañar, timar y abusar de los demás.
Desde siempre y gracias a la manipulación religiosa, se ha estigmatizado a la gente trabajadora, emprendedora que tiene cierto estatus, posición y dinero, en la escala social del mundo, pero concretamente de nuestro país. Se ha indicado que tener dinero es malo, hasta satánico, que los ricos abusan de los “inocentes” y desvalidos pobres, cuando en la mayoría de los casos no es así. Ni lo ha sido antes. En cualquier empleo en el que prestan su servicio, de antemano ya saben horario, sueldo y carga de trabajo que cada uno debe desempeñar, a nadie se le engaña, fuerza u obliga a que haga más de lo contratado, haya o no, un papel por escrito. Entonces, no es verdad lo que la mayoría de mediocres señala de los jefes o patrones. Es más, en cada empleo, sea público o privado, hay exceso de empleados y la mayor parte del tiempo laboral, están descansando o aburriéndose sin hacer nada, sin rendir lo correspondiente y recibiendo su pago completo solo por durar en el trabajo. Pero pocas veces, trabajando duro.
Al contrario, esos individuos son irresponsables, malagradecidos y abusivos, en cuanto tienen una oportunidad de “quedarse” con algo que no es suyo, sin pensarlo mucho lo hacen y no se detienen ahí, sino que van cada vez más, haciéndose, expertos en quedarse con cosas ajenas, en descansar más de lo que ya lo hacen y haciendo aun menos de lo que les corresponde. Además de que se la viven hablando e intrigando en contra de los dueños o empleados de mayor nivel de confianza, así son ellos. Como están acostumbrados a que sean vistos como las víctimas, así reaccionan todo el tiempo. Además de que, sin tener la capacidad técnica respectiva, ellos siempre sienten que merecen más salario y menos esfuerzo, por lo que están en una búsqueda constante de un mejor salario, aunque no tengan ni la primaria terminada. Lo cual no es malo, siempre y cuando se tenga bien pensado, lo que desean para su futuro, pero no tienen la mínima intención de hacerlo, simplemente encuentran otro empleo y se van, muchas veces sin decirlo y dar las gracias por el tiempo que los estuvieron soportando.
Así son ellos. Y no es de un solo género, tanto hombres como mujeres hacen lo mismo. Aunque las mujeres tienen una ventaja sobre los hombres, su sexualidad.
Cuando tienen belleza física, y/o un cuerpo escultural, además de una edad para agradar a los hombres, embaucan a los altos mandos, sean empleados de confianza o los dueños, y ya reciben regalos, bienes y dinero a cambio de sus favores sexuales, pero la mayoría, tampoco usa su escasa materia gris para pensar a futuro y quieren avanzar rápido, terminando por perder esas prerrogativas, porque son las primeras en hacer del conocimiento de las esposas o parejas de esos hombres que andan con otra, que, generalmente, son ellas mismas, las que llaman o mandan mensajes anónimos a esas mujeres que tienen otra jerarquía en la vida de un hombre. Pocas, muy pocas veces, les resulta el jueguito y terminan divorciándose, pero en la mayoría de ocasiones, las que terminan en la calle, son ellas, teniendo que volver a empezar a “enamorar” a otras víctimas, y así se les va la vida, algunas, hasta tienen hijos de uno y de otro, pero siguen estando necesitadas de un salario para poder sobrevivir. Pero esa es otra historia.
La realidad actual es de que no rinden en el empleo, no generan lo que se les paga, salvo honrosas excepciones. Hay un alto porcentaje en el que ganan más de lo merecen, pero por el hecho de presentarse a un empleo fijo durante las ocho o más horas diarias, sienten que abusan de ellos. Y las estadísticas gubernamentales les ayudan, al señalar que el mexicano es de los que más trabajan diariamente, solo por tener que presentarse a cumplir con un horario fijo.
Pero cada tienda, negocio o empresa sabe que es una gran mentira. Que tienen que estar vigilando de más a los empleados, forzándolos a no llevarse nada, a que hagan las cosas lo mejor posible, y con esas acciones, se pierde más dinero, porque se tienen que contratar más gentes para hacer esas tareas innecesarias, si la gente actuara con honestidad, pero así es nuestro país, nuestra gente, nuestra vida diaria, creer cada quien que se es el mejor, pero los resultados son pobres, no hay la calidad moral, humana y técnica para que México sea un mejor país, eso solo existe en el discurso oficial, pero la realidad es de que en cualquier país del extranjero, somos vistos, como lo que realmente somos, corruptos, deshonestos, flojos, abusivos, ladrones, mediocres, etcétera, esa es la verdadera cara del mexicano para cualquier extranjero. No es necesario acudir al extranjero, aquí mismo se observa, en las empresas, en la televisión, en los deportes, cultura, sociedad, y más, los que sobresalen son extranjeros, los mejor posicionados en el escalafón que quieras, amable lector, son foráneos. ¿Por qué será? Pregúntate sinceramente, ¿Quiénes son los buenos? Los pobres, como nos han hecho creer erróneamente, que no les gusta trabajar, que carecen de los mínimos valores, o los que todos los días hacen lo posible por estar mejor económica, cultural y socialmente. Esos que se levantan temprano y hacen su mayor esfuerzo para lograrlo. ¡Ponte trucha!