2025.-La amígdala es una estructura del cerebro fundamental para las emociones, especialmente el miedo, la ansiedad y la respuesta de “lucha o huida”. También juega un papel en la memoria emocional, la cognición social y la regulación de la ansiedad.
En detalle, la amígdala desempeña las siguientes funciones:
Procesamiento de emociones:
La amígdala es un centro clave para la percepción, el reconocimiento y la generación de emociones, particularmente las emociones negativas como el miedo y la ira.
Reacción al miedo y la ansiedad:
Detecta amenazas potenciales y desencadena la respuesta de “lucha o huida”, preparando al cuerpo para una situación de peligro.
Memoria emocional:
Almacena y recupera recuerdos asociados a emociones, contribuyendo a la formación de fobias y traumas.
Cognición social:
Ayuda a comprender y procesar las señales sociales, como el lenguaje corporal, la mirada y las expresiones faciales de los demás, lo que es crucial para las interacciones sociales.
Regulación de la ansiedad:
Participa en la regulación de la ansiedad y el estrés, trabajando en conjunto con otras áreas cerebrales para mantener la calma y la estabilidad emocional.
Aprendizaje emocional:
La amígdala facilita el aprendizaje de asociaciones entre estímulos y respuestas emocionales, como el miedo condicionado.
Anticipación de la respuesta emocional:
Permite anticipar las reacciones emocionales ante situaciones futuras, ayudando a la planificación y el ajuste del comportamiento.
Modulación de la memoria episódica:
Influye en la memoria episódica, la memoria de eventos personales, añadiendo el componente emocional a los recuerdos.
En resumen, la amígdala es un centro emocional esencial que influye en nuestra respuesta al entorno, en nuestra capacidad para aprender y recordar, y en nuestra interacción con los demás.