José Iván Ceja Durán (Colaboración especial)
La infancia es la etapa más importante en la vida, en ella se define la mayor parte de nuestro carácter, se desarrollan las habilidades psicomotrices y afectivas; se adquieren y perfeccionan las habilidades y destrezas lingüísticas que determinan nuestra capacidad para entender el mundo (natural, social, económico y político) a través de la abstracción del lenguaje (oral, escrito y corporal). Con la finalidad de favorecer el desarrollo integral de los niños y niñas de la Esc. Prim. “Soledad Ayala” se llevó a cabo el primer festival de juegos, rondas y cantos infantiles tradicionales.
Para conceptualizar este primer festival de juegos (no de juego), de manera connotativa se optó por el epígrafe de “Mitotl Sapirhaticheri”, recordando que somos un pueblo multicultural resultado de un mestizaje de lenguas, tradiciones, costumbres, creencias y también lúdico; estas dos palabras corresponden a raíces náhuatl (Mitotl= fiesta, festejo) y purépecha (Sapirhaticheri= de los niños). Una fiesta de los niños que hoy tiene su inicio y esperamos no termine hasta que la nueva generación tome el relevo.
Para muchos puede sonar estrafalario, hasta pretencioso realizar un festival sobre los juegos infantiles (de antaño [aunque nunca pasan de moda]), sin embargo, en la actualidad los videojuegos disponibles en cualquier dispositivo electrónico (más inteligentes que nosotros), las plataformas de streaming, aunado a la inseguridad y muchos otros factores, los niños han dejado de practicar esos juegos colectivos en el jardín, las canchas públicas o incluso en las calles, que no solo generaban buenos ratos de risas y alegría, también potencializaban las capacidades físicas, lingüísticas, intelectivas, sociales-afectivas, psicológicas… templaban el carácter, haciéndonos saber que la vida es juego y los juegos requieren de seriedad.
Los juegos tradicionales, al igual que los cantos, géneros musicales, expresiones orales (mitos, leyendas, trabalenguas), conocimientos, cosmovisiones, por mencionar algunos ejemplos, están en peligro de extinción y desafortunadamente no se pueden hacer museos de estos elementos culturales intangibles. Hay cosas que son como son y así deben de seguir siendo, una de ellas es el juego que solo perdurarán practicándolos.
En el marco de dicho evento se presentaron juegos como: Doña Blanca, pato, pato, ganso, los elásticos, la gallinita ciega, rayuela africana, acitrón de un fandango (politrimia), las estatuas de marfil, pastel partido, rayuela (el avioncito); cantos y rondas como: naranja dulce, la rueda de San Miguel, los maderos de San Juan, tengo una muñeca, arroz con leche entre otros. Un festival que busca rescatar la práctica de juegos y rondas de patío con todos los beneficios que ello implica, por medio de la expresión libre, oral y corporal.
Nos congratulamos de agradecer la presencia en este primer festival de niño para niños (todos fuimos niños y tenemos conocimiento de causa), a los padres de familia que muestran interés en la culturización de sus hijos, a las autoridades educativas y civiles que nos horraron con su presencia de honor en el “Mitotl Sapirhaticheri”
“Juega mucho y juega bien, juega como si tu vida dependiera de ello. Porque depende…”
Dean Koontz.