Bajo ningún argumento se puede justificar la acción que se determinó, por parte de la liga municipal, categoría libre varonil, al invadir, humillar y, de cierta manera, agredir a las mujeres que estaban celebrando un encuentro correspondiente a la fecha 5 de campeonato municipal de futbol soccer, el pasado domingo en las instalaciones de la cancha 1, de la unidad deportiva “La Carolina”.
Para que usted, amable lector, esté en contexto de lo sucedido, cabe mencionar que el campeonato femenil municipal de futbol soccer se ha estado llevando a cabo, durante ya algunos años, en las instalaciones de la unidad deportiva mencionada, tradicionalmente los sábados en horario vespertino, pero, al comienzo de este campeonato de copa, agradablemente, debido al incremento de equipos, se solicitó, de manera formal y por escrito, las instalaciones de la cancha 1 en el horario de las 10:00 a.m., además de adjuntar el calendario de juegos completo del campeonato al secretario del H. ayuntamiento y director del deporte municipal, Prof. Francisco Alcaraz, quien administra la unidad, para así, evitar que se programaran encuentros en ese horario y cancha, quien con fecha 25 de septiembre pasado, selló de recibido, por lo que se procedió a llevar a cabo el campeonato.Pero la categoría libre, aun sabiendo de esta solicitud, pues el mismo Prof. Alcaraz, en su momento, informó a la liga femenil que ya lo había notificado y sin respetar el convenio, de manera prepotente y retadora hacia la administración municipal, 4 días antes programó un partido en ese horario y cancha.
Los lamentables y vergonzosos hechos se dieron de la siguiente manera: En punto de las 10:00 hrs del pasado domingo estaba pactado el encuentro entre los equipos femeniles de Silcom vs Polideportivo, el cual dio inicio en tiempo y forma, con la confianza en el convenio arriba descrito, pero a partir de las 10:40 se empezó a advertir, por parte de un árbitro enviado por la liga varonil, que dos equipos se meterían, a jugar, sin importar que el partido femenil se estuviera celebrando, situación en la que la féminas no estuvieron de acuerdo, por ver injusta y prepotente la determinación, pues, de hecho, los equipos varoniles, según sus propios comentarios, no querían jugar ya ese partido, además de que se habían pasado los tiempos reglamentarios, no había condiciones para que se jugara por esos acontecimientos, pero el árbitro les dijo que, si no se metían a la cancha, serían castigados por la misma liga.
Fue entonces que se intentó comunicarse con el Profe. Alcaraz para que pusiera remedio, pero tras varias llamadas, no contestó su celular, se intentó, de igual manera, llamar a nuestra máxima autoridad, pero “el número estaba fuera del área de servicio”, ante esta situación se trató de negociar con dicho árbitro y los equipos para que dejaran que las muchachas terminaran su encuentro, ofreciendo recortar los tiempos y no descansar al medio tiempo, pero la respuesta fue que ellos solo recibían ordenes y que se tenían que meter y además, quisieran o no, lo iban a realizar, así que, acto seguido, invadieron el campo y el encuentro e iniciaron con su partido, encima del encuentro de las mujeres, quienes, al reprobar la acción, y como señal de protesta, no se salieron y continuaban con su propio encuentro, así que había ¡44 jugadores! en la cancha con dos árbitros y dos balones, pero al final la fuerza, la ley del más fuerte y la barbarie se impuso, pues era ya peligroso el tránsito de juego entre hombres y mujeres, quienes decidieron abandonar la cancha para proteger su integridad física, pues un choque o balonazo podría ser de malas consecuencias, no sin antes reclamar la acción.
De esta manera, las féminas se reunieron al filo de la cancha y se manifestaron en contra de la acción grotesca y de mala fe, sintiéndose agredidas y humilladas, por lo que pidieron se solucionara ante las autoridades esta situación, además de que se diera a conocer, pues no es posible, que por el simple hecho de ser mujeres se les discrimine de tal manera, porque, esa situación hubiese sido diferente, si los equipos que estaban dentro de la cancha hubiesen sido hombres, entonces sí, los valientes y osados invasores, lo hubieran pensado dos veces.
“Pensamos que nadie, que se diga promotor deportivo o directivo de alguna organización recreativa, puede tener esas actitudes prepotentes y agresivas, mucho menos, sentirse dueño de espacios que están destinados a la comunidad deportiva, llámese “La Carolina”, La Magdalena”, “Auditorio Municipal” o cualquiera que sea de la comunidad deportiva, ya basta de estos atropellos, es lamentable que se llegue a estas situaciones y más lamentable que, nos dejemos manejar y obedezcamos ordenes que denigran a nuestros propios compañeros, porque alguna de las muchachas que estaba ahí jugando, pudiera haber sido su hermana, hija o esposa”, señalaron algunas de las jugadoras afectadas.
El lunes pasado se procedió, por parte de la liga femenil, a visitar al Profe Alcaraz, para saber cuál es la postura del H. Ayuntamiento ante esta situación, y, después de un intercambio de impresiones, ante la presencia del regidor Abraham Chávez, de manera escrita, se comprometió a ceder el espacio y horario, para así evitar esto se repita. Ojalá que sea así y prevalezca el orden, respeto, igualdad y legalidad, pues son las máximas del deporte y la convivencia humana.
Ojalá que no se trate de tomar represalias por manifestar los hechos acontecidos, pues ya anteriormente habían sido desplazados los equipos femeniles, la liga femenil solo quiere, de manera respetuosa y sin causar controversias manifestar lo que considera un atropello, para lo cual anexa los documentos que avalan lo relatado, con el único fin de exponer de manera veraz y objetiva al amble lector, lo acontecido, porque se tratará de minimizar o cambiar lo acontecido, pero ya no se hará caso a ninguna provocación que venga de parte de la liga varonil, y si no se da el espacio para el campeonato femenil, se comprenderá y simplemente se buscará otra cancha, en donde no pase lo anterior.