25 mayo, 2025
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Poder y estupidez…

Lic. Alfredo Castañeda Flores     ANALISTA

 

23MAYO 2025.-El poder es algo que todos los seres humanos desean, aunque como en todo, muchos hipócritas lo niegan y otros por razones obvias jamás lo alcanzan. Pero es una búsqueda constante durante el tiempo de vida de cada individuo.

 

Es frecuente y común que la gente, desde su trinchera, la mayoría de ocasiones, insignificante, pretenda aplicar, dicen ellos, su cuota de poder, y eso lo podemos observar, y a veces, sufrir, cuando acudimos a cualquier oficina gubernamental a realizar algún trámite, que nunca falta el imbécil, tanto hombre como mujer, que lo pretende dificultar, aun más, ya sea porque se quiere sentir poderoso o porque busca dinero fácil, a cambio de desempeñar su trabajo por el cual ya le están pagando, así es el diario peregrinar de mucha gente por los tres niveles de gobierno y sus áreas, que tiene que hacerlo de manera más frecuente, por la necesidad de hacerlo, y una minoría que solo muy esporádicamente tenemos la mala fortuna de estar visitando a esos mediocres.

 

Para nadie es un secreto que los empleados, la mayoría de ocasiones sin preparación, ni siquiera mínima, están ahí por que tuvieron suerte de que hayan sido reclutados para ocupar un espacio que estaba destinado para cualquiera, incluso hay otros que, si tienen alguna licenciatura, pero la cual no tiene nada que ver con el área en la que prestan sus servicios. Así es nuestro país, todo está mal, por eso es que, somos una nación pobre en cualquier sentido. Porque siempre llegan los recomendados o por necesidad, pero solo para rellenar los espacios laborales abiertos, triste realidad nacional.

 

Retomando el tema, al estar ahí, sin la vocación, necesidad siempre tienen, pero no les importa, saben que están basificados y nadie los va a mover de ese lugar, hacen las cosas a la fuerza, desinforman cuando se les pregunta, no responden, fingen estar ocupados, nos mandan con otro, etcétera, no saben y no quieren saber lo más mínimo que hace la oficina en la que se encuentran. Así es la vida de los clientes que tienen que lidiar con los burócratas inútiles y cansados de no hacer nada, porque también es otro problema, que desean ganar más salario, pero no aportan nada para merecerlo. Así es la mayoría de nacionales. Tienen sus frases, “así como ellos hacen como que me pagan, yo hago como que trabajo”, son cómicos los mediocres, buenos para nada. Y al ser mayoría, la gente pensante es la que sufre sus estupideces.

 

Y no creas, amable lector, que solo en los primeros filtros son los imbéciles, conforme van subiendo los niveles escalafonarios de las oficinas, áreas o dependencias, públicas y privadas, porque no es privativo de un sector, las cosas siguen siendo iguales, incluso hasta peores, porque entre más alto está un idiota, más poder cree tener. Y por lo mismo, los trámites los ponen más difíciles y cansados de cumplir.

 

Esto es el día a día, el trato más cercano entre el ciudadano y el oficinista, que se cree tejido a mano, pero aun cuando no se acuda a su lugar de labores, los tenemos que soportar en la calle, en otros lugares públicos, tales como restaurantes, sitios de espectáculos, playas, balnearios, etcétera, porque periódicamente, nos toca la mala fortuna de toparnos con alguno de estos sujetos desequilibrados mentales, que andan por el mundo, rodeados de lambiscones por necesidad de un salario y empleo, que la hacen de choferes, asistentes, guaruras, etcétera, y que cuando algo está lleno, quieren a la de ya, un espacio para su jefe, patrón, sea el o para su familia, esposa o amante, porque el dinero les da esa facilidad de que el “amor” toque a su puerta, y pueden tener varios frentes amorosos abiertos, mientras les dure la suerte y por ende, el encargo que conlleva el dinero público que mal utilizan para sentirse poderosos.

 

Por supuesto que hay niveles, pero es tan difícil encontrar a políticos o servidores públicos, sin presunciones inútiles, la mayoría, parece que están esperando su oportunidad para desviar el dinero público en algo innecesario, como la seguridad y andar rodeados de un séquito de lambiscones todo el tiempo, cuando una vez que concluyen con el cargo por el que están ahí, todo vuelve a la normalidad, y si quieren seguir igual, ya tienen que gastar de su propio dinero para mantener a los empleados que han traído y muchos, por obvias razones, ya no lo pueden hacer. Curiosamente, nadie les hace nada. ¿Entonces, cual es la razón de cuidarse tanto? Protagonismo e inseguridad. Solo eso. Porque ¿Cuántos de esos que han hecho tanto espectáculo barato, han sufrido algún ataque de la gente, una vez que han salido del gobierno? Un mínimo porcentaje. Pero fue por su actuar nada decente realizado. El mexicano es de corta memoria, incluso hasta cuando algo les afecta, creen que fue el cargo y no la persona.

 

Así es este país, lleno de mediocres y personajes oscuros, que no se preocupan por, primeramente, ser mejores personas en lo individual y posteriormente, que el país sea mejor, que todos estemos mejor, pero se empeñan en hacer las cosas a medias, malhechas, sin ponerle tantito esfuerzo, vocación y calidad, sucediendo lo que estamos viviendo. Un país cada vez más repudiado por los extranjeros, internamente más empobrecido, lleno de tantos problemas que lidiamos día con día, y que no se vislumbra cuando vayan a mejorar. Estamos en la época de la saliva gobernante, donde con solo vociferar estupideces, la mayoría ignorante, cree que todo se solucionó, cuando cada día todo, está peor. Es el poder que da recibir dinero sin trabajar, aunque sigan viviendo cada vez más en la miseria. Vaya contradicción.