Omar G. Peñaloza Escritor
27 junio 2022.-Cuando escuchamos el nombre Piedras Aradas se nos hace confusa la imagen a la que nos remonta, pues el simple hecho del término ‘aradas’ nos remite a la agricultura, a la acción de arar la tierra y a una idea (tal vez equivocada) de que las piedras son arrastradas por el arado en un proceso de siembra, mezcladas entre la tierra y el polvo.
Sin embargo, Piedras Aradas es un ejido enclavado entre una gran cañada en el municipio de Turicato en Michoacán, en la Tierra Caliente. Es una pequeña comunidad de trabajadores del campo que, por varias generaciones en la historia, se asentaron con sus familias en las orillas de una barranca que en tiempo de lluvias abunda de agua.
Ahora bien, en su toponimia podemos imaginar la abundancia de piedras que al paso de los años han custodiado las aguas del río que se forma por el temporal, incluso podemos pensar que existiese la abundancia de cultivos que le dieran realce a la comunidad, pero no es así. A pesar de que las estadísticas demarcan que en esta pequeña región hay 0% de población indígena, es un territorio con una riqueza cultural invaluable. Es un territorio árido en su mayoría, con abundancia de tepehuajes, parotas y huizaches, además de cactus de algunas variedades.
Esta localidad es cercana a la comunidad de Tetenguio, cuyo referente orográfico es el cerro de Méndez y el que los comuneros llaman el Cerro del banco, aunque en su forma parece más un metate y es donde, se afirma, existen vestigios de yácatas prehispánicas, además de cerámica y restos humanos sepultados. Así: ¿qué tienen de especial las piedras de ese caudal de agua? ¿Por qué a pesar de tener este realce cultural siga estando fuera de foco de la sociedad externa? Son respuestas que aún no tenemos, ya que al parecer es un territorio que no ha sido explorado por el INAH, ni alguna otra institución antropológica del estado.
Dentro de la tradición oral existe la idea de que algunas piedras a sus orillas fueron talladas por una comunidad prehispánica que hace más de quinientos años habitó el lugar, por lo que son vestigios de su existencia. Su particularidad se demuestra en que las rocas tienen líneas trazadas de una manera exacta que nos permite observar su paralelismo, mostrándonos el trabajo de la cuña de un artesano ancestral. De éste modo los habitantes de la comunidad asimilan los trazos como si fueran piedras labradas que le dan sentido al término ya mencionado en el primer párrafo. Aunado a esto se han encontrado otros vestigios como figurillas de barro y algunas otra piedras talladas con iconos y formaciones espirales aun sin un análisis científico o cosmogónico de la cultura o posibles culturas que hayan marcado su paso es este singular territorio.
Así que por estos motivos Piedras Aradas puede dejar de ser una comunidad simple y se puede transformar en el foco de interés de algunos estudiosos de la antropología, la historia o el arte. Y tal vez se pueda posicionar como el vestigio cultural más importante de la Cañada de Tetenguio del municipio de Turicato en Michoacán.