El Festival Internacional de Órgano de Morelia Alfonso Vega Núñez ofreció el que tal vez sea el concierto de mayores novedades en su edición número 49, al hacer un estreno mundial en memoria del 450 aniversario luctuoso de Vasco de Quiroga, junto al festejo por el 22 aniversario de la Orquesta de Cámara de la Universidad Michoacana, el debut de un nuevo ensamble coral moreliano, y la aparición de la primera mujer solista en esta emisión, Laura Carrasco.
El concierto en cuestión tuvo lugar este miércoles en la Catedral de Morelia, con la participación del ensamble orquestal universitario bajo la dirección de su titular, Mario Rodríguez Taboada, para presentar obras de Arcangelo Corelli y Wolfgang Amadeus Mozart, además de la primera ejecución de Más que humano, del coahuilense radicado en Morelia, Eduardo Solís, y que fue también la primera obra en lo que va del festival organístico anual que aborda un lenguaje politonal.
Por lo que corresponde al Concerto grosso en Sol menor, op. 6 número 8 “De Navidad”, Rodríguez Taboada recurrió a su bien conocida mesura para no exaltar en demasía las secciones y buscar una sonoridad homogénea, lo que sirvió también para sortear las difíciles condiciones acústicas que ofrece el edificio sacro.
Lo anterior era sumamente necesario para el correcto discurrir de la obra de Corelli, en virtud de que dejó la responsabilidad del bajo continuo en la sección de violonchelos, los que por su propia consistencia sonora son fácilmente desaprovechables cuando el sonido no discurre de manera correcta; sin embargo, el resultado logrado por la camerata fue limpio en todo momento.
Luego llegó la obra de Eduardo Solís, tal vez la más esperada de la noche por tratarse de un estreno mundial e inspirada en uno de los símbolos del humanismo virreinal en América, Vasco de Quiroga, cuyo 450 aniversario luctuoso se conmemoró en marzo anterior, lo que hizo llegar también una obra fuera de programa y que en este caso fue una pirekua mostrada con voces femeniles provenientes de la comunidad de Santa Fe de la Laguna, uno de los lugares en que Quiroga mostró el lado más profundo de su activismo a favor del sector purépecha.
La obra fue antecedida por la lectura de un texto introspectivo atribuido al primer Obispo de Michoacán en el que se manifiesta como “varón ilustre más que humano” y hace un llamado, tan actual entonces como ahora, para aplicar la utopía renacentista como motor de cambio colectivo.
Sobre eso, Solís fabricó un discurso politonal que funcionó como verdadera prueba de fuego en el lanzamiento del coro Tempo Giusto, bajo la dirección de José Netzahuacóyotl Pineda, debido a la exactitud en la afinación que estaba obligado a conseguir a pesar de la falta de puntos de referencia, como es común en esta técnica compositiva.
Sin embargo, el compositor logró desarrollar un sistema discursivo que en los puntos clave llegó al paroxismo tonal después de secuencias melódicas y armónicas progresivas en que se conjuntaron las voces humanas, la camerata universitaria y el órgano monumental, en manos de la moreliana Laura Carrasco Curíntzita.
Por último, Rodríguez Taboada mostró la Sinfonía número 29 en La mayor, K.201, de Mozart, autor que se ha convertido en omnipresente en la programación que hace la misma orquesta cada quincena.