Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
31 MARZO 2023.-La convivencia humana diaria es algo tan complicado que afecta nuestro entorno, emociones y comportamiento. Hacer lo correcto es algo tan simple y sencillo que a todos nos beneficia, sin embargo a los humanos nos gusta, buscar atajos que la mayoría de ocasiones, transgreden la sana convivencia entre los demás. Algunas veces de forma voluntaria y otras, involuntaria.
Se dice y se dice bien, que nadie puede cambiar a nadie, puedes hacer muchas cosas, decir palabras hermosas para que X o Y persona cambie su manera de ser, que no debe ser la más acertada, porque si lo fuera, no habría la intención de que modifique su comportamiento, lo único que puede hacer un cambio es la voluntad personal, si tú, yo o él, quieren cambiar, lo pueden hacer sin ninguna duda, pero se requiere eso, cambiar por ti, por tu propia voluntad, y si es así, puedes entonces recordar las palabras, consejos y opiniones que los demás, alguna ocasión te hayan externado por tu manera de ser. En caso contrario, jamás cambiarás, así que amable lector, no pierdas tu tiempo intentando hacer cambiar a alguno de tus seres queridos o conocidos cercanos a tu entorno social o familiar, porque difícilmente, eso ocurrirá.
Las estadísticas y los hechos lo muestran, que pocas, muy pocas personas, cambiamos, hacemos lo que los clásicos denominaban madurez, así es, pocos la logramos alcanzar, la enorme mayoría nace, vive y muere igual sin llegarla a tener. Así es la triste realidad.
Encaminando al tema de esta ocasión, es tan difícil la vida entre hombres y mujeres, aunque lo mismo pasa entre el mismo género (sexo), pero hoy será entre dispares. En la actualidad, con las presiones, de otros países y que compran a determinados individuos de las minorías de que se trate, estamos viviendo una época en la que las mujeres, presuntamente, buscan igualdad frente a los hombres, pero como indico, generalmente, esas que se concentran en marchas, mítines, asambleas, etc. de feminismo disfrazado, son aquellas que su orientación no es heterosexual, es decir, las que tienen una desviación sicológica-sexual, aquellas que tienen la autoestima por los suelos, por su aumento excesivo de peso, incomodidad física (sin ofender), baja estatura; asimismo muchas de aquellas que por su comportamiento, tienen hijos o no, pero jamás han podido llegar al matrimonio, que se han quedado con la ilusión de ser desposadas, aunque si les preguntas, digan que no lo desean, que así están bien, la realidad es que no es así. Están resentidas, tienen rencor, coraje, incluso odio hacia los hombres, y lo externan en la primera oportunidad que tienen.
Hay muchas mujeres, casadas (no digo que felizmente) pero que tienen una vida normal con una pareja, desde hace varios años, algunas solo están en su hogar, otras salen a trabajar para apoyarse mutuamente y porque la situación económica actual, así lo amerita, que tienen hijos, que están bien y no necesitan ninguna presunta “igualdad” porque para ellas, nunca se ha ido, que por consiguiente, no ven con simpatía, los destrozos que realizan cada vez que hacen alguna marcha-manifestación, con la complacencia de las autoridades y gobernantes en turno, donde señalan que destruir es inevitable para alcanzar lo que anhelan.
La sana convivencia entre una pareja, esté casada o no, tiene que ver con el respeto, más que el amor y otras situaciones, cuando hay respeto entre ambos, jamás habrá palabras hirientes o incluso golpes, porque ambos están conscientes que uno al otro se escogieron y decidieron llegar hasta donde están, además de que analizan las cosas con raciocinio y vislumbran lo que pasaría si rompen esa relación por una tontería, como sucede con las parejas de mentalidad débil, incluso, hasta lo más grave, que puede provocar un rompimiento, como es una infidelidad, sea del hombre, de la mujer o de ambos, puede ser hablado, tolerado y perdonado, porque saben que el afectado, tuvo un porcentaje de culpa, porque ninguna infidelidad de tiempo, puede darse solo por gusto de el hombre o la mujer, hay un trasfondo, que va orillando al infiel a mirar de otra manera a otra pareja (como dije, hombre o mujer), no dudo que haya infidelidades de una tarde, noche u ocasión, porque a veces hay oportunidades que no se dejan pasar, pero solo son pasajeras, y como dice el adagio popular, al otro día si te vi, ni me acuerdo, en las que alguno o ambos, no lo disfrutan, que el sexo fue forzado, no hubo la química esperada, ya sea por múltiples factores, y que, por lo mismo, ninguno de ellos lo quiere recordar.
Lo que sí puede denominarse como infidelidad es tener otra pareja (hombre o mujer, no limito a ninguno), como dirían nuestros abuelos, de planta, que incluso le pongan casa (chica) aparte, la estén manteniendo, la visiten periódicamente, y se desentiendan cada día más de lo que tienen en su propia casa (casa grande, dirían), en muchos de estos casos, la amante, es la que hace del conocimiento de la esposa o rival (o viceversa), al otro integrante de la pareja, utilizando algunos métodos, porque cree, sueña y anhela llegar a ser por lo que fue buscado (a), lo que muy raramente llega a ocurrir, en la mayoría de los casos, simplemente pierden lo poco que tenían, por jalar el hilo de más y reventarlo. Otro (a)s guardan un perfil bajo y pocas veces alguien se entera. Pero cuando llega a enterarse la esposa o el esposo ofendido, lo hablan profundamente y siguen su vida adelante, eso, es grandeza.
Hay innumerables tipos de convivencias matrimoniales, están las que por interés de ambos siguen viviendo juntos, las que lo están, a cambio de regalos de una parte a la otra, las que se aman de verdad y se perdonaron un desliz por su propio desinterés, las que lo soportan, porque esperan heredar una gran fortuna, etcétera. Pero no se divorcian y menos por otra causa insignificante. Lo que hacen ahora las nuevas generaciones, para empezar, ya ni siquiera se casan, y en la primera oportunidad les gusta otra u otro y dejan a la pareja con quien vivían, porque muchas veces no hay un lazo que los una, y aunque lo haya (hijos), no les interesan, y así están repasando uno y otro, parejas poco duraderas, sin darse cuenta que eso les afecta en su vida.
Así esta la situación en la actualidad, inteligente lector, ahora ya cualquier palabra, opinión o comentario, puede terminar, arruinar una relación de pareja, hasta los chismes infundados lo pueden hacer, ya no hay tolerancia, no hay congruencia, pero principalmente, no hay respeto entre ellos, se gritan de todo, se insultan, incluso hasta se golpean mutuamente, y si algún vecino llama a la policía y logran detener, sobretodo al hombre, que es el estigmatizado por los grupos minoristas feministas, la pareja es la que corre, incluso hasta pide dinero prestado para sacarlo de la barandilla o prisión preventiva. Pudiendo hacer que las cosas sean diferentes y mejores, si ellos, cada uno en su entorno, hicieran las cosas de una mejor manera. ¿No lo crees?