20 abril, 2025
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Mujeres: sexo, interés y amor

Hoy, amigo y estimado lector, quiero hablar un poco del mal llamado sexo débil, la mujer. Todos durante el trayecto de nuestra existencia, de la vida, tenemos un contacto cercano y muy directo con, por lo menos, una mujer, aunque generalmente, son más, salvo las excepciones que tiene toda regla general.

Innegablemente nacimos de una mujer, nos amamantó una mujer, crecimos junto a una mujer, lo primero que aprendimos fue de una mujer, generalmente es la madre, pero en muchos casos es la abuela, la bisabuela, la nana, la sirvienta, incluso hasta una madrastra, pero es mujer.

Por lo tanto, crecemos con las ideas revolucionarias, yo diría alocadas, de las mujeres, nos hacen creer que son débiles, abnegadas, sinceras, sencillas, leales, amorosas, bondadosas, atentas, serviciales, amables, y agrégale la cantidad de etcéteras que quieras. Y que nuestro padre, abuelo, bisabuelo, padrastro, el que sea, pero siendo hombre, es lo contrario, el malo, el ogro, el golpeador, el tomador, el macho, el grosero, malhumorado, infiel, e igualmente agrégale la cantidad infinita que se venga a tu mente o recuerdos de etcéteras.

No quiero parecer misógino o machista, simplemente, quiero ser objetivo, como en todos mis análisis realizados y publicados en este prestigiado medio.

Soy un hombre con libre albedrío y una amplia capacidad de análisis y razonamiento, principalmente en los temas que me apasionan, trato de no quedarme con la primera o única versión de los hechos, comentarios o historias, me gusta investigar más al respecto, parafraseando a los antiguos, me gusta tener los pelos de la burra en la mano.

Algo que también muchas veces se dice es que la mujer es la que manda en la casa, esa aseveración es totalmente correcta, incluso en la casa de un machista, que niegue serlo. La mujer tiene sus encantos físicos y mentales, para manipular al hombre, a través del chantaje emocional, utilizan todas sus armas para dominarnos y si no estamos alerta amigos hombres, en un 100% de las ocasiones, lo logran.

Sirva este comentario como un pequeño curso para tratar de despertar del letargo en que una mujer nos tiene, sutilmente, con lágrimas, enojos, con la llamada huelga de piernas cruzadas nos destroza y al mismo tiempo nos tienen en su mano comiendo como pajaritos y acariciándonos, pobres hombres ingenuos.

El hombre, por la crianza que nos dieron, necesita pocas cosas para vivir y sobretodo, para ser feliz, su principal debilidad, quiérase o no, acéptese o no, es el sexo, y para obtenerlo tiene que ofrecer mucho, porque le cuesta trabajo obtenerlo, no llega fácil, tiene que invertir, tiempo, dinero y esfuerzo, en cambio la mujer, cuando lo desea o lo necesita, busca entre sus amigos o conocidos quien la satisfaga, pero el hombre no es tan fácil, salvo honrosas excepciones, en que una amiga o conocida suya ande buscando lo mismo y resulte ser el agraciado sin comprar boleto. Hay infinidad de canciones que hablan de esto, pero una de reciente popularidad señala: …cuando tienes ganas de dormir conmigo, se te olvida que yo solo soy tu amigo, cuando ya terminas de hacerme el amor, a los diez segundos dices fue un error… Nada más claro para ilustrar lo que señalo.

Siguiendo con mi tema de hoy, el hombre siempre está invirtiendo, hasta los supuestos galanes, esos que nunca les sobran mujeres, lo hacen, porque nada es gratis, cuando se trata de una mujer, ellas están pensando más allá del acostón, mientras el hombre solo piensa en hacerla suya, sin prever las consecuencias, que van desde atraparlo, casarse con él, quedar embarazada, que la mantenga o simplemente pasear y andar en lugares exclusivos o no, sin necesidad de gastar. Eso, es simple interés. La mujer utiliza la palabra amor, cariño, a diestra y siniestra, porque sabe que con ellas, logra lo que quiere, además de hacerlo con su cuerpo; el límite, ella lo va midiendo; el sexo, es el éxtasis de que todo va como lo ha planeado o, porque lo desea natural o provocado por el exceso de alcohol o algún enervante. Que también se da. Pero mayormente es planeado.

La sicología señala que la mujer no se enamora sólo porque lo dice, se enamora del hombre que la hace mujer por primera vez, pero de manera satisfactoria, en caso contrario, se enamora del padre de su primer hijo (cuando tiene varios y que no es egoísta), es falso que una mujer que fracasó (con hijos o no) se vuelva a enamorar, esa es solo una técnica infalible para que el hombre en cuestión la mantenga, incluso hasta se case con ella, mantenga a sus hijos (de otro, si los tiene), le consiga o para mantener un empleo bien remunerado, le de obsequios costosos, viajes, las hay incluso casadas, pero que el inocente marido, no tiene la solvencia económica para darle lo que según ella, se merece y llega otro luciendo una mejor posición económica y ellas, caen rendidas a sus pies y enamoradas como colegialas. Algo tan falso y ruin, que, desafortunadamente, muchos, realmente muchos hombres les creen y siguen invirtiendo un dinero por tener sexo y escuchar falsos te amo, eres el amor de mi vida, eres el hombre que me satisface y me hace feliz, si son casadas, pero no tontas, comentan, a ti te amo, a mi marido no, pero no lo dejo por mis hijos, y una innumerable retahíla de frases falaces, huecas, sin sentido para quien las dice, pero para quien las escucha, les hace el día, incluso hasta les mejora la vida.

No amable lector, si no coincides conmigo, te invito a que platiques con tu mamá, con una hermana, con tu hija incluso, con una verdadera amiga de forma seria sobre la opinión que ellas tienen y como tratan a los hombres y te quitarás poco a poco la venda de los ojos, recuerda que en los sentimientos y emociones no hay partes buenas y partes malas, lo que comentan de otro, lo comentan de ti, no te engañes; asimismo, analiza a tu pareja, su comportamiento hacia los hombres y sabrás lo que en verdad siente por ti, no hay ningún respeto hacia nosotros, salvo de las que sí están realmente enamoradas, la mayoría, sólo nos utiliza para vivir el mayor tiempo sin tener que hacer nada (no limpian su casa, no le dan de comer al marido aunque llegue cansado de trabajar, sus hijos y todo les molesta, etcétera), dedicándolo para ellas y sólo ellas, y aun así son las que siempre se andan quejando de los hombres.