9 mayo, 2025
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Muchas felicidades Ingeniero Alfredo…

Desde el nacimiento, se sabe si el recién llegado al mundo será un triunfador, un mediocre o un analfabeta funcional. Claro que el entorno beneficia o afecta el desarrollo de cualquier ser humano, pero es mínimo, lo principal, ya cada quien lo trae, porque la inteligencia no se enseña en ninguna escuela, con esa se nace y lo podemos en cualquier individuo que conozcamos, frecuentamos, saludamos o simplemente veamos.

 

Al observar las acciones que cada quien realiza, nos damos cuenta de su capacidad cerebral; observación y lógica es lo único que requerimos para saber el tipo de personas que habitan este rincón del país en que vivimos.

 

Pues bien, hoy quiero aprovechar el espacio para hablar de uno de esos escasos seres que tienen una inteligencia superior a la media. Nació en el seno de una familia honesta, joven, preparada (ambos padres tenían licenciatura universitaria), trabajadora y sobre todo con deseos de dar amor sincero a sus hijos. Desde pequeño fue mostrando superioridad mental respecto a los demás niños de su edad, aprendió los colores al año y medio, a leer pasados los tres años, cuando ingresó al jardín de niños, su nivel era único, por lo que casi todos sus compañeros lo tenían como algo diferente, se le acercaban para preguntarle cosas relacionadas con su conocimiento.

 

En la primaria fue el mejor alumno de su salón, lo mismo sucedió en la secundaria. En el bachillerato obtuvo algo más que simples diplomas de opalina, primeramente, una medalla de plata y al año siguiente, una medalla de oro, por la olimpiada de Informática de ese nivel escolar.

 

Ingresó a la carrera de Ingeniería en Robótica Industrial, dentro de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, del Instituto Politécnico Nacional, la mejor institución educativa del país, en el ramo de la ingeniería, tienen el sistema de becas con varias universidades del mundo, para que sus estudiantes cursen el octavo semestre en alguna de ellas, donde ellos elijan y sean aceptados, hago hincapié que no son intercambios, porque ésta palabra significa que se va un estudiante de aquí y viene un estudiante del país de que se trate, y no es así. Los extranjeros no vienen a México.

 

Él fue elegido por la Universidad Politécnica de Madrid, España, estuvo allá de enero a julio del año en curso. Aprendió muchas cosas de actualidad para su carrera que en México aún no se conocen, dejando un buen cartel con sus profesores y compañeros, por lo que tiene ofertas tanto de estudio como de trabajo en el extranjero, concretamente en el continente europeo. Y esE es su objetivo una vez que concluya la carrera.

 

A su regreso, después de unos días de vacaciones, a principios de agosto comenzó el noveno que es su último semestre, pero el sistema y método de estudio tan distinto lo hacen añorar lo vivido en España.

Al iniciar este periodo escolar tienen que presentar su proyecto de titulación, que consiste en teoría o práctica, según como lo decida cada uno de los estudiantes. El joven que nos ocupa lo prefirió teórico, siendo el martes 13 (la gente inteligente no cree en supersticiones ni charlatanerías), la fecha para exponerlo ante sus sinodales, cabe decir que en el IPN, el método es distinto a lo común de otras universidades, aquí el alumno se encierra con tres sinodales, que son profesores de la Escuela, en este caso de la ESIME, pero sin público, únicamente los cuatro interesados, y el resultado es una calificación, cuyo mínimo aprobatorio es 8, teniendo otra oportunidad, pero ya no aparecerá como resultado ordinario. Tampoco requieren hacer tesinas, tesis o trabajos impresos. Sobra decir que fue aprobado.

 

Ahora, en unas horas, estará festejando junto con sus compañeros y algunos amigos, este triunfo académico, en una fiesta de graduación, en la que estarán la mayoría de egresados acompañados de sus familiares, porque es algo que merece ser celebrado, sobre todo en estos tiempos que la juventud no quiere estudiar, prefieren el celular a los libros, el libertinaje a la responsabilidad y hay cada vez menos profesionales titulados y con cédula autorizada para ejercer.

 

Aunque sigue la inquietud de irse al extranjero, por la mala calidad de los salarios en México, de concretarse, sería una fuga de cerebro, que se sumaría a los tantos que año con año dejan el país porque no son valorados como lo merecen. Un país que privilegia más el amiguismo, el compadrazgo, la zalamería y demás, que el intelecto y capacidad profesional.

 

Pero mientras esto sucede, muchas felicidades Ingeniero en Robótica Industrial, Alfredo Castañeda Hernández, me siento muy orgulloso de tenerte como mi hijo.