Alejandro Martínez Castañeda ANALISTA
21 DIC. 2024.-Según diversos expertos, el rol que desempeñarán las cooperativas agroalimentarias en las próximas décadas será fundamental para contribuir a garantizar la seguridad alimentaria. Algunos estudios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) proyectan que, para cubrir la demanda de alimentos en 2050, la agricultura tendrá que producir casi un 50% más de alimentos, forraje y biocombustible de los que ya se producían en 2022, y en ese desafío las cooperativas tendrán una contribución de gran importancia.
Las cooperativas han sido reconocidas en numerosos países como un modelo vigente y de futuro para un desarrollo sostenible, que favorece la inclusión de la agricultura familiar a las cadenas de valor, por lo que es necesario impulsarlas para generar un impacto positivo en lo económico, social y ambiental.
Las autoridades federales en México reconocen que las cooperativas agrícolas o pecuarias cumplen un rol estratégico para los sistemas agroalimentarios, estimulando no sólo su eficiencia, sino también procesos de inclusión, resiliencia y sostenibilidad.
Por su parte, de acuerdo a la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), se calcula que en el mundo existen alrededor de 3 millones de cooperativas, pertenecientes a todos los sectores: producción, consumo, trabajo, ahorro y crédito, así como servicios y salud.
Al mismo tiempo, dicho organismo considera que las 300 empresas cooperativas y mutuales más importantes del mundo, suman un volumen de negocio de 2 mil 170 billones de dólares estadounidenses. De este monto de facturación, una tercera parte corresponde a cooperativas que operan a lo largo de toda la cadena de valor agrícola, desde el cultivo de productos agrícolas y la ganadería, hasta el procesamiento industrial.
Las cooperativas agrícolas, pecuarias y pesqueras ofrecen las siguientes aportaciones:
- Constituyen uno de los factores claves en la inclusión de la agricultura familiar a las cadenas de valor.
- A través del modelo cooperativo, los productores generan mejores condiciones para acceder a financiamiento, mercados, servicios, bienes e insumos a menor precio.
- Pueden impulsar mecanismos de innovación y desarrollo tecnológico, brechas que son más fáciles de abordar desde lo cooperativo y asociativo y que de manera aislada, sería más complejo de consolidar.
- Este modelo incrementa el capital social de los agricultores, reduce las asimetrías de poder y propicia el trabajo decente.
- Favorecen el acceso de más actores a las cadenas de valor y los encadenamientos productivos, contrapesando la concentración.
- Contribuyen a la gobernanza territorial, pues aportan un esquema participativo, transparente y democrático que fortalece la generación de las alianzas público-privadas.
- Son un motor para la transformación de los sistemas agroalimentarios por su presencia en distintas fases de la cadena, alentado el desarrollo de políticas integrales para la reactivación.
- Además, este modelo facilita que los pequeños productores y productoras puedan ejercer un uso sustentable de los recursos naturales estratégicos (tierra, agua, bordes costeros y zonas de pesca), lo que coadyuva a reducir la migración de la población y la pérdida de biodiversidad en los territorios rurales.
Asimismo, las cooperativas de agricultura están vinculadas con el cumplimiento de la Agenda 2030 sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Se trata, pues, de emprendimientos solidarios que son, por su naturaleza, aliados clave en la lucha contra el hambre y constituyen un factor fundamental en la inclusión de la agricultura familiar a lo largo de la cadena agroalimentaria.
Fuente: https://www.gob.mx/siap