Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
24 MAYO 2024.-Reza el dominio popular que el malagradecido es lo peor que existe en el mundo, y aquí en el país, los tenemos por millones, siendo una de las principales causas de un país tan pobre, económica y culturalmente.
El malagradecido es aquella persona, que no muestra agradecimiento por algo que le han dado o han hecho por ella. Desagradecido. Ingrato. El mexicano en su inmensa mayoría, así es. Por eso, existen tantos comentarios al respecto. El famoso cuento de las canastas o barriles llenos de cangrejos, donde los de cualquier país están herméticamente cerrados y donde están los mexicanos, está totalmente abierto. Donde pregunta alguien el motivo, la causa o la razón, y el vendedor le señala que los de otros países, de otras naciones, tienen que cerrarlos, porque entre ellos se ayudan para salirse, en cambio los mexicanos, es lo contrario, cuando alguno va escalando, los demás se encargan de hacerlo regresar al fondo. Algo tan real.
El mexicano es, como lo he señalado en otras entregas anteriores, la peor raza, y eso que no es pura, como ninguna lo es, en cualquier rincón del mundo, pero que quizás por los genes nativos, lo negativo es dominante, así como lo es la piel negra, porque nacen nuevas generaciones y cada vez son peores, algo debe andar mal, en la idiosincrasia nacional.
Pero lo peor que un ser humano puede tener es ser desagradecido, y aquí lo somos. El mexicano, sobretodo, el de menor capacidad mental y económica (pobres) lo es, todo el tiempo. Eso se viene arrastrando desde el inicio del México independiente, cuando los hoy españoles, nos impusieron la religión católica como la dominante en un naciente país, que surgió de una colonia. Esto, porque en la religión, se señala, manipulada mente, que los pobres son lo mejor que existe en el mundo, que merecen la luna y las estrellas, que son los elegidos del creador, y un montón de mentiras, solo para mantener controlados a los “creyentes”, cuando en las demás religiones es todo lo contrario, el islam y el judaísmo, motivan a que la gente sea mejor cada día, no a que estén esperando dádivas sin hacer nada, sin esforzarse. Y me imagino que el budismo debe hacer algo similar, porque sus practicantes, están mejor que los católicos (cristianos).
Como dije, la religión ha frenado el desenvolvimiento personal de los mexicanos, porque al hacerlos temerosos de “Dios”, como predica la Biblia, libro “sagrado” de ellos, se detiene el escaso intelecto que pudieran tener, porque ya no se les obliga a ser cada día mejores, si se les dice que es mejor ser pobres, mediocres sin iniciativa, que alcanzar una vida mejor. Entre las tantas falacias que ahí se mencionan está aquella que señala que es más fácil entrar al reino de Dios siendo pobre que rico, con la parábola de la aguja y el camello. Vaya estupidez.
Pero eso los mantiene en la mediocridad, porque el mexicano está acostumbrado al menor esfuerzo, cualquier empleo o actividad los desgasta, los cansa, aunque sea para vivir mejor. Toda la gente que les da la mano, sea apoyándolos, obsequiándoles algo, empleándolos en sus negocios, sea como sea, se sienten agobiados y ven al que los ayuda, como un explotador, un individuo malo, que los utiliza para sus oscuros y sucios fines, cualquier rico emprendedor, es mal visto por la mayoría de ciudadanos, aunque no es así.
Mientras están recibiendo lo que no merecen o que es extra a su salario diario percibido y previamente estipulado entre ambos, están felices, pero cuando se les disminuye o de plano se les quita, de inmediato protestan, porque sienten que ese extra es una obligación, no un presente del dueño o empleador. Por ninguna causa aceptan menos de lo que ya se les ha ayudado, aun cuando, como he dicho, es algo no plasmado en la relación laboral. Así de ingratos son.
No quiero imaginarme lo que ocurrirá cuando se dejen de entregar los apoyos sociales, que no son más que dinero regalado, tirado a la basura, a los distintos sectores poblacionales, porque ya no haya margen de donde obtener esos recursos, porque, aunque lo nieguen, el gobierno actual, dejará un enorme déficit al gobierno entrante, sea del mismo movimiento o de la oposición, estamos viendo que la inflación sigue creciendo y el crecimiento como país, se mantiene en menos de un punto porcentual. Así que, no tarda mucho en que esto suceda. Porque el dinero se acaba y no hay otra forma de obtener recursos para regalarlo.
Ningún país, por rico y poderoso que sea, aguanta, regalar dinero a gente que no aporta nada, porque ni siquiera cuentan con registro fiscal, mucho menos pagan algún impuesto, además de que tienen beneficios de la mitad de cualquier servicio o aprovechamiento (predial, agua, pasajes, etc.), eso para nada significa riqueza, al contrario, es más pobreza, porque cada uno es responsable de su presente y futuro, y si durante la juventud no se tuvo la capacidad de generar algo para la vejez (futuro), no tiene el país, ninguna obligación, de tener que mantenerlos o regalarles dinero, que les sirve, pero no genera nada importante para el país, el dinero público que se obtiene de los impuestos, servicios y aprovechamientos, además de una honesta administración de las empresas del gobierno, sirven para el desarrollo de un país, no para regalarlo, con la intención de seguir conservando el poder, destruyendo lo que ya existía.
Eso es ingratitud de los gobernantes en turno hacia la gente pensante, económicamente activa y que pone en marcha al país. Porque al final de cuentas, los que hoy se están beneficiando con el dinero público, más temprano que tarde, los abandonarán a su suerte, cuando ya no les sirva lo que hoy están haciendo por ellos. Así es el mexicano en su inmensa mayoría. MALAGRADECIDO. Porque así, ya se les olvidó lo que otros gobiernos hicieron; ahora, para muchos, solo existe lo que en estos cinco años ha sucedido, lo demás, estuvo mal. Así la estupidez mexicana.