19 abril, 2025
ROTATIVO DIGITAL

Mentiras en beneficio de alguien más…

Hace unas semanas hablé de la mentira en general, ahí mencioné que éstas se realizan en beneficio propio y en beneficio de otros, hoy mi comentario va relacionado con lo segundo; espero les resulte útil.

Las mentiras que benefician a alguien más se centran en otras personas. Usualmente se utilizan con buena intención y, en la mayoría de los casos, si son descubiertas, resultan poco dañinas a quien se dijeron. Este tipo de mentiras suelen conocerse como mentiras piadosas y son políticamente correctas, ya que su intención es beneficiar o proteger a alguien más.

Estas mentiras se dicen automáticamente para responder preguntas comunes: ¿Cómo estás? ¿Cómo te ha ido? ¿Qué tal la familia? En casi todos los casos, las respuestas a estas preguntas son mentiras en beneficio de alguien más, dichas de manera automática y positiva: Estoy muy bien; no me ha ido nada mal; la familia, bien. Aunque se trate de una preocupación sincera, cuando alguien hace este tipo de preguntas no espera una respuesta exacta y detallada.

Esta clase de mentiras no siempre deben ser sobre asuntos superficiales o sólo como parte de una buena educación. Tampoco se restringen al círculo familiar o entre amigos. Pueden producir varios engaños entre personas completamente desconocidas; algunas veces de modo forzado. Por ejemplo, cuando alguien es testigo de cómo una mujer desesperada se va de casa y busca refugio en la de la vecina para huir de los golpes de su marido.

Si el marido le pregunta, es entendible que el testigo diga una mentira para proteger a la mujer. Señalando una dirección falsa. Puede ser que el testigo no conozca a ninguno de los involucrados en la situación. Sin embargo, dice una mentira en beneficio de alguien más para ayudar o proteger a otra persona: en este caso a la mujer.

La sociedad permite, incluso espera este tipo de mentiras como parte natural de la interacción entre sus integrantes. Estas mentiras son el lubricante que permite a las tuercas de la sociedad moverse con facilidad, evitando fricciones innecesarias. A pesar de que son dichas con buenas intenciones, no dejan de ser mentiras ya que están diseñadas para ocultar la verdad. De todos modos, es difícil juzgar a alguien que dice esta clase de mentiras ya que se espera que todos las digamos.

Amable lector, tómate un momento para reflexionar en las estadísticas mencionadas, anteriormente, sobre la frecuencia con que mentimos: ¿Te sigue pareciendo sorprendente mentir por lo menos una vez en una conversación que dura por lo menos diez minutos?

Si te interesa comprobar estas estadísticas, sugiero que lleves un registro de las mentiras que dices durante una semana, escribe cada una de las que digas sin importar que tan significativas puedan parecer. Si eres completamente honesto te sorprenderá darte cuenta de la frecuencia con que mientes y de qué tan necesarias son las mentiras. Si aún no te convences, trata de no decir una sola mentira durante una semana. Verás lo difícil que es y cómo puedes lastimar a otras personas al decirles siempre la verdad.

Espero, pues, que mi comentario te haya ayudado a comprender porqué y cómo es que mentimos con tanta frecuencia, así como a cambiar tu punto de vista sobre lo deshonroso que resulta para una persona mentir, sobre todo al tratarse de mentiras en beneficio de alguien más. Sin embargo, el siguiente tipo de mentiras, pueden estar motivadas por razones siniestras y esas si dañan a muchas personas; pero en una entrega próxima hablaré de ellas.

*Analista