Quisiera iniciar este breve mensaje con el sincero deseo que comparte mi marido, mis hijos y toda mi familia, de que la celebración de estas fiestas de la Navidad y Año Nuevo, tan significativas para nosotros los católicos, sea para todos ustedes tiempo de felicidad y ocasión de alegría.
En este año que acaba de finalizar, Turicato ha disfrutado de cambios y estabilidad.Entiendo que es bueno y oportuno destacarlo. A pesar de las circunstancias menos favorables en que se han desenvuelto, como la economía local, estatal y nacional.
Tan importante es continuar trabajando por el progreso económico como mantener y consolidar un amplio espíritu de consenso sobre los principios y valores democráticos que rigen nuestra convivencia.
Para cumplir con nuestros deberes ciudadanos no debemos olvidar la necesidad de procurar la justicia y el progreso social como valores irrenunciables y propios de la sociedad democrática que disfrutamos.
Con limitaciones, pero también con indiscutible voluntad de superar viejos y nuevos retos, conseguiremos entre todos hacer de Turicato una sociedad cada vez más libre, más igualitaria, más justa, más equilibrada, más tolerante y más generosa.
Esa es la senda por la que debemos y queremos seguir transitando: la que enaltece los valores universales de defensa y promoción de los derechos fundamentales de la persona; la que procura el bien común desde la convicción de que el bienestar individual debe ir unido al bienestar colectivo; la que fomenta el respeto y el aprecio por los otros y por sus ideas, aunque sean distintas de las nuestras; la que considera la paz indisolublemente unida a la libertad y a la justicia; la que lamenta como propio el sufrimiento ajeno y trabaja generosamente para aliviarlo.
Que el nuevo año que está ha comenzado el día de hoy haga realidad sus proyectos y colme lo mejor de nuestras esperanzas.
Feliz Año Nuevo