6 junio, 2025
ROTATIVO DIGITAL

Mediocridad laboral…

Lic. Alfredo Castañeda Flores      ANALISTA

1 JUNIO 2025.-Internamente, se presume que México es el país de los mejores empleados que destacan en cualquier país, aunque solo lo hagan,mayoritariamente en nuestro vecino del norte, los E. U., y antes en menor cantidad en Canadá, en otros países son escasos y no en todos hay mexicanos.

 

Eso y tantos otros mitos, que existen alrededor de los mexicanos, que por supuesto, valga la redundancia, son falsos. Porque de ser verdad todo lo que se pregona, desde el gobierno y los medios de (des) información, seríamos una potencia económica, cultural, social, deportiva, etcétera, pero tristemente no lo somos, al contrario, somos uno de los países más pobres y con una población abundante pero mediocre en su entorno. Eso en el extranjero lo saben.

 

Pero retomando el tema de hoy, el mexicano “aprende” los oficios con todo el lenguaje, los errores, tranzas y vicios de quien le enseña, no somos como en otros países que hasta carrera de artes y oficios existen, para dar un mejor servicio interno y a los visitantes, aquí las áreas gubernamentales que dicen enseñar algunos de estos, lo hacen con exponentes o profesores de esos “empíricos” que he señalado, que aprendieron de otros, ya desde ahí estamos mal. No se pueden esperar mejores resultados si quien enseña, no sobresale, no destaca.

 

Voy a citar algunos de tantos que hay, y que, la mayoría, sufrimos de sus limitaciones y corrupción, ante la necesidad de utilizarlos, por no acudir, en algunos de ellos, a las agencias autorizadas. Divididos en dos grupos, los que dependen de ellos y los que no.  Como es el caso de los mecánicos, tipos más corrompidos, que aprendieron para robar, porque sea conocido o no, todos hacen lo mismo, empiezan a hablar torpemente de lo que según ellos puede tener el automóvil, sin haberlo revisado, tratando con ello de engañarnos, para obtener mejores ganancias, como desconocemos del funcionamiento de nuestra unidad, además de inventar lo que no tiene, como digo, para cobrar más y comprar piezas usadas de otros vehículos, haciéndolas pasar como nuevas y originales, y lo peor, es que por la urgencia, por la falta de dinero, lo clásico en un país jodido como el nuestro, por que la pareja se pone exigente, algo que también nos tiene así, que se le da demasiada importancia a la opinión de las mujeres, la mayoría por ignorancia propia, creyendo que tienen razón y otros accediendo, por no estar peleando con ellas, pero finalmente, sea cual sea la causa, motivo o razón, caemos en las garras de esos vivales sin escrúpulos que se aprovechan de los automovilistas, incluso hay otros que al tener a su cuidado la unidad, le empiezan a mover piezas que están bien, para que el cliente regrese pronto, no les basta abusar una vez, sino que buscan tener “chamba”, seguido, porque hay muchos que debido a la práctica constante, saben hacer las cosas bien, sin embargo, la necesidad y las malas artes, les ganan y abusan de los demás. Es algo tan clásico, frecuente y común.

 

Los albañiles son otra subespecie que están preparados para abusar ante la inexperiencia de la mayoría. Plomeros, electricistas, carpinteros, tapiceros, etcétera, todos los que tienen la facultad de solucionar algún desperfecto, que tienen en sus manos a los clientes, haciéndoles creer y sentir que lo que dicen es verdad, que lo que piden es necesario para solucionar por lo que los buscaron. Esos por obvias razones, obtienen mejores ganancias que, tristemente, se gastan con una facilidad en vicios, en cosas sin importancia, y pocas veces tienen casa y/o cosas propias, la mayoría siempre andan rentando, viviendo en casa de los suegros, de algún familiar, cuando se sabe y principalmente ellos, que han ganado, bien o mal, mucho dinero, que igualmente, tiran a manos llenas.

 

Pero tampoco son los únicos, aunque sus ganancias ya son menores o no tan frecuentes, porque dependen de otros para laborar, tales como los panaderos, carniceros, empleados de mostrador, taqueros, polleros, dependientes, oficinistas, empleados públicos y privados, taxistas, meseros, cocineros, etcétera, que tienen que recurrir a otros métodos para obtener beneficios y poca productividad, incluido el conocido robo hormiga, que no es otra cosa que llevarse los insumos y bienes poco a poco, en partes, compartidos con otros, la mayoría de la gente está esperando la mínima oportunidad de robar, de apropiarse de lo ajeno, y como no hace lo mínimo por lo que está contratado, porque también la holgazanería es clásico entre la clase laboral mexicana, tienen tiempo suficiente para delinquir.

 

Solo hacen lo que les piden, es raro el que da un poco más de lo solicitado. Y a veces ni eso hacen bien, lo hacen a medias, son chambones, como decían los abuelos. Ahora con la telefonía celular, aprovechan para estarlo usando, aunque solo sea para tonterías y cosas sin importancia. Vaya que somos una sub especie única, dijeran muchos el México surrealista, pero que no nos damos cuenta o no queremos darnos cuenta de que estamos mal.

 

En términos generales, el mexicano es malagradecido, porque no agradece tener empleo, saca sus frases: ellos hacen como que me pagan, yo hago como que trabajo, no se meten en la camiseta de la empresa, empleo o negocio del que están obteniendo un salario diario, semanal, quincenal o mensual, además están siempre en contra del empleador, llegando incluso a decir, que son explotados, que sin ellos no estaría X o Y empresa así, que ellos son la materia prima que la hace triunfar. Vaya estupidez, ¿Por qué no lo han hecho ellos mismos? Porque solo sueñan y peor cuando tienen dentro del cuerpo alguna sustancia tóxica que los hace delirar. Nacen, viven y mueren con tantos sueños incumplidos. Precisamente porque les faltaron amígdalas para realizarlos.

 

Pero mientras están en edad de producir, porque también les faltó valentía para seguir estudiando, cometen innumerables errores voluntarios e involuntarios que afectan al lugar donde están empleados, se afectan ellos y afectan al país, porque son patrones negativos que se repiten en demasiada gente y a lo largo y ancho de nuestro país. Además, como ya señalé líneas arriba, la falta de preparación técnica propicia innumerables pérdidas materiales, económicas, incluso, humanas, porque hay errores de graves e irreparables consecuencias, pero la mayoría no se da cuenta o finge no darse cuenta de lo que su torpeza mental provoca o puede llegar a provocar. Desafortunadamente, las nuevas generaciones están peor, aunque estudien y terminen una carrera técnica o universitaria, no le llega la suficiente agua al tinaco, es decir, su débil cerebro no se lubrica o hidrata lo suficiente para mejorar en todo lo poco o mucho que hacen, sobretodo cuando se trata de obtener dinero por un esfuerzo laboral, para el que no están mínimamente preparados. Porque eso es lo que siempre han visto. Cuánta mediocridad.