Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
30 NOV. 2024.-Esta semana, acompañado de mis hijos, acudí al teatro para presenciar el espectáculo de los llamados “mascabrothers” (Los hermanos Freddy y Germán Ortega), comediantes de Televisa, que anteriormente eran garantía de taquilla.
Dicha actuación debería haberse realizado desde el mes de agosto próximo anterior, sin embargo, debido a la escasez de interesados en la compra de boletos, se reprogramó para esta semana.
Pero con la motivación de la reducción de precios y aun estando los tres tipos de localidades ofertadas (VIP, oro y plata) al dos por uno, no fue suficiente atractivo para el público, como en años anteriores. La segunda función apenas superó la mitad del aforo (n total son mil ochocientos asientos), eso aun con las entradas de cortesía que nunca faltan. Los precios fueron de doscientos, trescientos y quinientos, más treinta pesos de la comisión del servicio, de cada uno. Pagándose doscientos sesenta, trescientos sesenta y quinientos sesenta por dos boletos.
¿Quién perdió? Por supuesto la empresa encargada del espectáculo, porque los comediantes cobran lo estipulado y el que debe encargarse de atraer al público es el empresario, sea una persona física o moral. Es quien debe hacer uso de lo que esté a su alcance para promocionar el evento. Radio, televisión, redes sociales, bardas, pendones, etcétera. Pero todo eso genera gastos, y si se había movido la fecha, ya sabían lo que debían invertir o no para sacar adelante lo firmado, lo programado.
Por supuesto que no fue error o culpa de la empresa promotora, porque como dije antes, los comediantes citados son garantía de taquilla y éxito económico para los empresarios, siendo esa la principal razón por la que los contratan de forma frecuente, la principal razón, causa o motivo de ese fracaso es que en todo el país y cualquiera de sus rincones, se está escaseando el dinero, la gente, aunque tengan los gobernantes, otros datos, no tiene el dinero suficiente ni para medio vivir, mucho menos para disfrutar de un espectáculo de buen nivel, porque sin duda alguna las risas estuvieron garantizadas, fueron dos horas que no se para de hacerlo y eso, alimenta el alma y el espíritu de quien lo hace, se llena uno de energía y positivismo y aunque se desvele uno, no se siente y al día siguiente se levanta uno con ánimo y vigor para realizar lo que exige la vida cotidiana.
Así es, amable lector, eso lo podemos ver y observar en la gente que convive seguido con cada uno de nosotros, por cualquier sitio que se pase, se escuchan quejas, lamentaciones y tristeza. Aunque como es normal, la mayoría que no alcanza a analizar, reflexionar ni razonar las cosas, sigue repitiendo el discurso falso y manipulador de hace seis años, de que los culpables son los gobernantes del pasado, cuando los pocos que sabemos la realidad, es que todo se uso peor, en este tiempo. La ignorancia, los resentimientos e improvisaciones provocan lo que estamos viviendo, además de que regalar el dinero público para mantener el poder, jamás ha sido una idea inteligente. El gobierno debe aportar las herramientas para que la mayoría sobresalga, pero no para hacer lo que se está haciendo. Porque eso solo va generando escasez, se va perdiendo la poca capacidad de crear, de innovar de mejorar, quedando solo atenidos a que los mantenga el gobierno. Triste caso.
El dinero público que no genera más se acaba, y así está sucediendo en el país, con el presupuesto para el siguiente año. A todo lo necesario se le redujo un amplio porcentaje, y a las dádivas disfrazadas de programas sociales se les incrementó, porque se agregaron, parcialmente, lo que se ofreció en campaña.
La gente es muy pasiva, no defiende lo suyo, mucho menos tiene el coraje, el valor de unirse para fortalecer lo que realmente se requiere que el gobierno haga para que el país mejore, crezca. Dice la filosofía popular que: “…la gente solo se une, cuando enfrenta a un enemigo poderoso…”, y supongo que, para la mayoría, no lo ha habido porque seguimos desunidos y aguantando estupideces presidenciales, cada día peores. El mexicano promedio grita y patalea, pero solo de momento y con el paso de los minutos, todo se le olvida y por eso somos un país cada vez más pobre.
La gente, cada vez más, acude a las cajas de ahorro, cooperativas o bancos para solicitar prestamos que pocos pagarán, en lugar de detenerse a pensar en algo que hacer que les genere buenas ganancias, que los haga mejorar en su vida individual, familiar o como vivan, recibir dinero regalado, les quita las ganas de trabajar, de crecer, todo se nubla cuando se hace eso y lo estamos viendo y viviendo todos los días. Pero la gente no lo ve. Y créeme, son los más afectados, pero son felices, dicen ellos, con el dinero que les regalan.
Dicen que la vida se vuelve cada día más cara. Hay una gran verdad en ello, a veces tenemos más gastos y los precios de algunos productos y servicios pueden incrementar, pero cuando se es de los que cada quincena se queja de que no le rinde, entonces es momento de evaluar hábitos y gastos.
La gente no diferencia entre gustos y necesidades. Por lo que es necesario que registre los gastos y los clasifique en fijos y variables. Los fijos son aquellos de los que no se puede prescindir: alimentos, transporte, luz, agua, gas, teléfono, renta, etcétera. Y los variables son los que cambian de acuerdo con los gustos y actividades: comprar ropa, celulares, comer fuera de casa, ir a algún espectáculo, etcétera. Así al llegar la semana, quincena o mes, hay que enfocarse en cubrir los fijos y no olvidar ahorrar, después lo que sobre, usarlo para cumplir algunos gustos, pero con moderación.
La mayoría vive solo en el presente, no tiene objetivos claros ni planes a futuro, por ello, la probabilidad de gastar por impulso, dicen “sin importar el mañana” es alta. Aplican sus frases: “lo importante es vivir el presente” o “ya veré como me las arreglo después”, son estandartes del pensamiento de corto plazo que no benefician las finanzas personales.
Por eso es recomendable no vivir al día, como la inmensa mayoría de los mexicanos, adoptar el hábito del ahorro para cumplir objetivos importantes, algo tan difícil en países pobres, tales como comprar una casa, que es la meta principal que todos deben cumplir. Además, si se ahorra se tiene un fondo para emergencias que nunca faltan, y las próximas fechas de pago rendirán más. Por eso y más, se escasea el dinero circulante en el país y sobre todo, en las casas de la gente. Pero así les gusta vivir.