Explotación, maltratos y acoso laboral y sexual, entre otras dificultades, sufren empleadas que laboran en distintos establecimientos formales e informales de este municipio, de acuerdo con testimonios recabados por este medio.
Jóvenes entre 17 y 25 años relataron las dificultades que entraña trabajar en algunos comercios, principalmente del Centro Histórico, ya que son objeto de jornadas laborales de hasta 10 horas, humillaciones, acosos, con salarios inferiores al mínimo establecido.Una joven madre soltera que labora como empleada de un negocio informal de comida en la explanada del mercado municipal, relató que ella gana 400 pesos a la semana, “una cantidad que obviamente no me alcanza para mantenerme, pero qué más hago, no he encontrado un mejor trabajo, aquí en Pátzcuaro no hay muchas opciones”, dijo.
Y aseguró: “a mi patrón le va muy bien en su negocio, pero a sus empleados los tiene con un salario miserable”.
Por su lado, una joven de unos 20 años, oriunda de una comunidad indígena de este municipio, contó que trabaja como dependiente de un establecimiento de prendas de vestir donde percibe una paga de 450 pesos semanales. “Mi patrona me regaña casi todos los días, me dice a cada rato que si llega a faltar dinero de la ventas me lo rebajará de mi salario”, afirmó la entrevistada, quien agregó que no renuncia porque necesita recursos para ayudar en los gastos de su familia.
“Mi patrón me dice cosas, me invita a salir, pero aunque no le hago caso, me da mucho coraje y miedo”, sostuvo, a su vez, una empleada de un negocio de teléfonos celulares al señalar que no sabe qué hacer, ni con quién acudir para pedir ayuda, “ya que lo que hacen conmigo no es justo”.
Por su lado, Delia, otra joven de 22 años, narró que a ella la acaban de despedir “injustamente” de una tienda de artículos de belleza, ubicada en el Centro Histórico. “Mi ex jefa me acusó de haberme robado un maquillaje, cosa que no me pudo probar, pero sí me corrió sin darme el salario de la última semana que trabajé”, refirió desconsolada.
Las jóvenes entrevistadas coincidieron en decir que no reciben ningún tipo de prestación laboral o social en los lugares donde trabajan, solamente el salario afirmando que cada vez “la situación económica se vuelve más difícil”.