5 marzo, 2025
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Luis Bermejillo Braniff: el español que vivió en la tenencia de Pedernales, Michoacán

LIC. PEDRO GOMEZ AYALA     CRONISTA LOCAL

16/12/2023.-La desamortización de los bienes eclesiásticos generados por las Leyes de Reforma, especialmente por la Ley Lerdo, expedida el 25 de junio de 1856, provocó una oleada de inversionistas extranjeros que llegaron a nuestro país, tras adquirir todos los bienes inmuebles en propiedad de la iglesia.

En esa tesitura, apareció la familia Bermejillo de origen español, con Pio Bermejillo a la cabeza. Fue a mediados del siglo XIX cuando comenzaron a destacar como grandes prestamistas, comerciantes, empresarios agrícolas, textiles y mineros.

En 1877 adquirieron la hacienda de Pedernales que contaba con un trapiche azucarero; y aprovechándose de las ventajas que ofrecían las relaciones matrimoniales de ese entonces entre las familias poderosas, Pío decidió casarse con María Ignacia Martínez Negrete, hija de un importante empresario del occidente del país, Francisco Martínez Negrete.

De esta unión matrimonial nacieron una gran cantidad de hijos, destacando uno de ellos: Luis Bermejillo Martínez, quien se convertiría en el heredero absoluto de la finca de Pedernales. Para el año de 1906 se casó con Lorenza Braniff, una mujer proveniente de una familia de clase alta, por lo que nuevamente incrementó su fortuna a través de enlaces matrimoniales. Tiempo después, procrearían a su primer hijo: Luis Bermejillo Braniff, nacido en 1912. De estatura media-alta, con ojos de color y piel blanca al viejo estilo europeo, alegre y con algunos problemas de calvicie. Le encantaba participar en las fiestas del pueblo. Aunque se reservaba el derecho de tomar alcohol.

Tras la consumación de la Revolución Mexicana, en 1917 se plasmó la visión de crear un nuevo modelo educativo, cuyo resultado final fue la fundación de la Secretaría de Educación Pública, en octubre de 1921. Con ello se pretendió forjar una nueva identidad nacional, al exaltar la fascinación por lo propio, por todo aquello que fuera indígena o rural.

Bajo este contexto, la figura del extranjero quedó convertida en la del villano de la película: el del ambicioso, el cruel y el explotador de las clases sociales oprimidas. Pero lo interesante de la población de Pedernales fue que a pesar de que en efecto los campesinos entraron en contradicción con Luis Bermejillo en lo referente a los temas agrarios, inclusive logrando el fraccionamiento de su hacienda, la xenofobia hacia este personaje por su carácter de extranjero no se llevó a cabo de manera extrema en este lugar.

Con la justicia social que significó la creación del ejido de Pedernales, el sentimiento de odio hacia este hacendado desapareció. Quizá porque fue una persona muy carismática; o porque a través del financiamiento de las celebraciones culturales de la tenencia se supo ganar el corazón de la gente.

Don Luis Bermejillo Braniff se convirtió en una figura muy querida y destacada dentro de la comunidad; los habitantes del lugar aún lo recuerdan como un hombre bondadoso y de buena conducta, que con el paso de los años logró adquirir un sentimiento de pertenencia para con el pueblo, y sobre todo con la sociedad pedernalense. Y si bien casi no se le atribuyen obras de beneficio social, lo cierto es que logró florecer una fábrica moderna y eficaz, que puso en el mapa del estado de Michoacán al pueblo de Pedernales, y que actualmente el ingenio azucarero sigue siendo una de las pocas industrias de transformación que existen en un estado cuya principal fuente de riqueza proviene de la agricultura.

Fuente: Gómez Ayala, Pedro, Historia y Cultura de la Comunidad de Pedernales, Michoacán, Morelia, Mich., Ed. Morevalladolid, 2023, Pp. 26-30.

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