19 abril, 2025
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Los Testigos de Jehová

Hace unos días conocí a un estadounidense que forma parte de esta asociación religiosa (nuestra Constitución Política Federal las reconoce, así como la Ley de Asociaciones religiosas y culto público) y dejando atrás tabúes y prejuicios mal entendidos, me contó a grandes rasgos cómo funcionan, y hoy lo quiero compartir con ustedes.

La historia de los testigos de Jehová de la actualidad se remonta a finales del siglo XIX. En aquellos años, un pequeño grupo de estudiantes de la Biblia de Pittsburgh (Pensilvania, Estados Unidos) decidió realizar un estudio sistemático de las Escrituras. Como parte de su investigación, compararon las doctrinas de las iglesias con lo que la Biblia realmente enseña. Luego empezaron a divulgar lo que habían aprendido. Publicaron libros, redactaron artículos para los periódicos y crearon la revista que hoy conocemos como La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová.

Uno de aquellos estudiantes se llamaba Charles Taze Russell. Aunque él fue el primer editor de la revista La Atalaya y dirigió la obra de educación bíblica en aquella época, eso no lo convirtió en el fundador de una nueva religión. El objetivo, tanto de Russell como de los demás Estudiantes de la Biblia (nombre que adoptaron), era dar a conocer las enseñanzas de Jesucristo y seguir de cerca la pauta establecida por la congregación cristiana del primer siglo. Y puesto que el Fundador del cristianismo es Jesús, entienden que él es también su fundador.

Un grupo de ancianos, o superintendentes, atiende cada congregación. Las congregaciones están agrupadas en circuitos, y los circuitos en distritos. Cada circuito se compone de alrededor de veinte congregaciones, y en cada distrito hay cerca de diez circuitos. Los circuitos y los distritos están a cargo de superintendentes viajantes que visitan periódicamente a las congregaciones.

Desde las oficinas de los testigos de Jehová en Brooklyn (Nueva York), un consejo central —llamado el Cuerpo Gobernante— suministra guía e instrucción bíblica a las congregaciones del mundo entero. Todos sus miembros han sido Testigos por muchos años.

Señala que su obra se sostiene principalmente con las contribuciones voluntarias que hacen los testigos de Jehová. En sus reuniones nunca se hacen colectas. Tampoco se les pide pagar el diezmo. Si alguien desea dar un donativo, puede depositarlo en una de las cajas de contribuciones que hay en sus lugares de reunión. Los nombres de los donantes no se dan a conocer.

Hay varios factores que contribuyen a que no tengan tantos gastos. En primer lugar, entre ellos no hay clérigos que reciban un salario. Además, los testigos de Jehová no cobran ni un centavo por predicar de casa en casa, y sus lugares de reunión son sencillos.

Las contribuciones que se envían a las sucursales de los testigos de Jehová se utilizan para socorrer a las víctimas de desastres naturales, apoyar a los misioneros y ministros viajantes, construir lugares de reunión en países en vías de desarrollo e imprimir y enviar biblias y publicaciones cristianas.

Cada persona decide si quiere donar para los gastos de la congregación local, para la obra mundial o para ambos. En todas las congregaciones se preparan periódicamente informes financieros que sus miembros pueden consultar.

Siguiendo el modelo establecido por los cristianos del primer siglo, los testigos de Jehová no tienen una clase clerical. Todos los miembros bautizados son ministros ordenados que participan en la obra de educación bíblica. En cada congregación, compuesta de unos cien miembros, hay hombres maduros que sirven de “ancianos”. Nadie cobra por sus servicios.

Su sede mundial se encuentra en los Estados Unidos. Sin embargo, no se consideran una secta norteamericana.

Algunos definen secta como un grupo que se ha independizado de una religión establecida. Los testigos de Jehová no se separaron de ninguna otra religión. Al contrario, han trabajado por restablecer el cristianismo del primer siglo.

Hay testigos de Jehová activos en más de doscientos treinta países y territorios. Y sin importar dónde vivan, deben lealtad principalmente a Jehová y a Jesucristo, no al gobierno de los Estados Unidos ni a ningún otro.

Creen en lo que enseña la Biblia, no en los escritos de ningún líder religioso norteamericano. Son seguidores de Jesucristo, no de ningún hombre.

Los testigos de Jehová son cristianos que basan sus creencias en las Escrituras. Aunque algunas religiones creen que ciertas profecías de los Santos Escritos apuntan a la reunificación de los judíos en Palestina, los testigos de Jehová no comparten ese punto de vista. No creen que las Escrituras profeticen este acontecimiento político en concreto. De hecho, estas no respaldan a ningún gobierno humano ni favorecen a ningún grupo étnico. La Atalaya, la revista oficial de los testigos de Jehová, ha dicho claramente que “el sionismo político no tiene ningún apoyo bíblico”.

La Encyclopædia Britannica describe el sionismo como un “movimiento judío nacionalista que tiene como objetivo la creación y el apoyo de un estado nacional judío en Palestina”. Tiene raíces religiosas y políticas. Los testigos de Jehová no apoyan la doctrina religiosa del sionismo y son completamente neutrales en lo que tiene que ver con el sionismo político.

La organización de los testigos de Jehová es puramente religiosa y no apoya ninguna ideología política, lo que incluye el sionismo. Son conocidos por su neutralidad en asuntos políticos, y por este motivo han sufrido extrema persecución en algunos países. Dicen estar convencidos de que ningún gobierno o movimiento humano es capaz de conseguir paz duradera en la Tierra. El único gobierno que lo logrará es el Reino celestial de Dios.

Un principio que rige la conducta de todos los testigos de Jehová, sin importar el lugar donde vivan, es la obediencia a las leyes de los gobiernos. Ninguno de sus miembros se rebela contra las autoridades civiles ni participa en conflictos armados.

Así es como ellos consideran actúan, sin embargo, en la práctica, vemos cosas diferentes, pero tú amable lector tienes una mejor opinión.