Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
6 FEBRERO 2022.-La gente común que, como en otras entregas, he señalado que son la mayoría, no tienen la suficiente entereza, fortaleza y mentalidad necesarias para darse cuenta de lo que ocurre a su alrededor, de cómo funcionan las cosas, de cómo somos manipulados por los poderosos del país, del extranjero, del mundo. Muchos de esos, así llamados “poderosos”, son unos tipos ordinarios, carentes de la capacidad de razonamiento necesaria para ser un ejemplo para los demás, pero su único acierto es formar parte de la política de cada país, haciéndola su modus vivendi de tiempo completo, lo que la gente pensante, verdaderamente inteligente, no utiliza, porque su fortaleza está en otros objetivos, pero así son las cosas, no podemos hacer más.
Retomando el tema de la manipulación, la gente común, esa a la que no le alcanzan sus neuronas para analizar cualquier acción, tarea u objetivo, no presta ojos ni oídos, es más, se resiste a lo que la minoría pensante intenta darles a conocer, y aunque a nadie le gusta que le digan que es estúpido, queda más que evidenciado por la mayoría.
En México y por supuesto, en el mundo, cualquier evento deportivo, cultural, social, musical, de belleza, etcétera, donde se involucra el dinero, está arreglado su final, nadie gana un título, galardón o certamen, por ser el más preparado, inteligente o hermosa, siempre hay algún interés para que X o Y individuo, sea el triunfador. Todos tienen sus patrocinadores y, por supuesto, que depende del poderío de estos para que se obtengan los triunfos.
Los premios nobel no son la excepción, y eso que en apariencia son los premios más honestos, sinceros y veraces, pero no es así, también influyen los presidentes de los países para que sus coterráneos logren alcanzar cualquiera de estos, en alguna de sus categorías. Así es la triste verdad que no se quiere reconocer.
Lo mismo sucede en cualquier deporte, en los certámenes de belleza, en todo. Con mayor razón, a nivel interno. Aquí el presidente de la República es el que decide quién gana y quién pierde en cualquier concurso, certamen o evento de que se trate. Aunque claro, es imposible que él conozca a todos, pero se deja endulzar el oído de quienes los conocen, aceptando las recomendaciones de otros políticos que estén teniendo sus minutos de fama efímera. Entonces, así es como se da el complemento perfecto para acaparar todos los eventos, por pequeños e insignificantes que parezcan.
La gente común sigue creyendo que ganan los mejores, pobres ingenuos, ganan los que están cerca, en ese momento, del poder y cualquiera de sus tres niveles de gobierno, así de simple, así de sencillo.
Al margen de lo anterior, está quedando claro que, durante este sexenio federal, todo se está abaratando, por lo menos durante los sexenios anteriores se elegía a gente más preparada, más agraciada física y mentalmente, ahora, cualquier vicioso puede tener la bendición presidencial y alcanzar sus objetivos, como el reciente nombramiento del posible embajador mexicano en Panamá, primero se intentaba fuera un acosador, pero el país centroamericano no dio su beneplácito, pero ahora la sustituta es una mujer abiertamente adicta a la marihuana, qué pésimos ejemplos estamos dando al mundo, y ese es solo el botón de muestra, pero como dijera Raúl Velasco, aún hay más, muchos más, pero esa es otra historia.
Así estamos inmersos como sociedad a la manipulación de todo y en todo, se juega al bueno y el malo, como conocen la idiosincrasia nacional, saben que el mexicano es presa fácil de lo malo, lo negativo, lo pésimo, que todo lo que se prohíbe es lo que se va a hacer, que la gente en apariencia se compadece del pobre, del enfermo del desvalido, aunque eso es falso, solo se utilizan como bandera para afectar a otros grupos, pero para nada les interesa, cada quien se tiene que ocupar de sus cosas, nadie se interesa por los demás, y curiosamente, nada sucede. Ahí está el caso de los enfermos de cáncer que carecen de medicamentos, no han fallecido, solo son una bandera que utilizan a conveniencia cuando es necesario hacerlo. Y ejemplos hay muchos.
En México, los premios se compran, gana quien paga más, aunque ese triunfo carezca del talento suficiente, de la pericia necesaria, de la experiencia comprobada, vamos, el deporte nacional, que es el futbol, que es el que más pasión arrastra, tanto en el torneo local como a nivel de la selección nacional, se manipula a conveniencia. Curiosamente, el año pasado, los dos equipos con más tiempo sin lograr un campeonato, lo alcanzaron. (Cruz Azul 23 años, Atlas 71 años). Sospechoso, ¿no lo crees? Ahora la llamada decepción nacional está sufriendo para clasificarse al mundial de Qatar, que ahora será a finales del año, por el clima del desierto, que no afecte tanto a los participantes y asistentes. Así está planeado para que los comentaristas y periodistas deportivos se ensañen con el técnico nacional de origen argentino, Gerardo “el tata” Martino, a quien no le preocupa eso, porque continúa ganando muy bien, teniendo el beneplácito de la Federación Mexicana de trasladarse a su país mientras no hay partidos y solo está en el país, cuando es necesario estarlo. Así cualquiera lo hace, pero para eso se necesita estar en el círculo del poder, de lo contrario, aunque seas o creas ser mejor que alguien, no lo podrás demostrar. Al final, México clasificará al mundial, pero solo para hacer lo de siempre, no pasará nada grandioso, porque en el futbol, México a nadie le interesa, es un simple comparsa, lo que sí es real es la gran cantidad de mexicanos que acuden a los mundiales, a pesar de ser un país pobre, eso es lo que permite que se clasifique mundial tras mundial. Pero hasta ahí, pues llegar a ser protagonista, dirían algunos, eso ya es avaricia.
La manipulación está inmersa en todo lo que vivimos día con día, los medios de información, sean electrónicos o escritos, se prestan para ayudar al gobierno en turno, los que hoy están del lado del gobierno, al siguiente periodo están del lado contrario y viceversa, nada ocurre por error, ni por coincidencia, todo está perfectamente diseñado para que la gente no se de cuenta de que es manipulada, aparte de que es tan difícil de que se den cuenta, la ignorancia es demasiado importante para despertarlos. ¡Sonríe!