6 marzo, 2025
ROTATIVO DIGITAL

Los perdedores del 2021, ¿por una segunda oportunidad?

Daniel Márquez Melgoza    ANALISTA

14 OCT. 2023.-Ahora que observaba la foto de la calle Ponce de León, conteniendo a tope la amplia convocatoria de Morena, con motivo de la toma de protesta a los Comités en Defensa de la Transformación en Pátzcuaro, me hizo recordar una vieja estampa política similar, la de 1989, pero en la calle de Ramos, cuando se calificaba la elección para diputados estatales; después del fraude electoral de 1988, cometido contra Cuauhtémoc Cárdenas, la población del distrito local electoral, con cabecera en Pátzcuaro, pareció estar determinada a seguir infringiendo derrotas al PRI, de ahí que se aglomeró en número desacostumbrado en la ciudad para eventos político-electorales.

Tuve la fortuna de ser el elegido para representar al Partido Mexicano Socialista (PMS) ante el comité distrital electoral, con cabecera en Pátzcuaro; fundado en mayo de ese año, 1989, el PRD aún no tenía facultades para participar electoralmente. El candidato opositor al PRI era el contador Moisés Hernández Paque (qepd). El día de la calificación, como dije, la calle de Ramos estaba plena de entusiastas ciudadanos, sobre todo de los combativos municipios de Coeneo y Huaniqueo, verdaderamente ejemplares por esa masiva participación.

Tras el fraude electoral, la polarización política se había trasladado al siguiente año electoral: elecciones estatales y municipales. Por esa polarización se me concertó una reunión cuidadosamente secreta con el licenciado Leonel Godoy Rangel en un hotel de la ciudad, con el objeto de que me diera orientaciones básicas sobre cómo hacer la defensa de los votos. Pues bien, se inició la sesión de calificación con casa llena en Ramos: el pueblo, y dentro del comité distrital electoral, el PRI, también con casa llena: presidente y secretario del comité electoral, del PRI, más el representante del PRI, que hacían una tercia “ganadora”. De mi parte tenía de aliado al representante del PAN. Recuerdo que de entrada, el representante del PRI tomó la palabra para decir una por una, cuáles eran las casillas de cada municipio del distrito, que impugnaba su partido: un número increíblemente grande.

En mi inexperiencia electoral me sentí anonadado ante tan desmedida demanda, pues significaba la derrota para la causa que yo representaba.

 

Recuerdo que ante tal presión sentí la necesidad de salir a la puerta a ver a la gente que llenaba la calle, respirar pueblo, profundo, y regresar al interior a dar la batalla. Y así lo tenía que hacer cada vez que necesitaba volver a respirar pueblo. Abreviaré diciendo que fui salvando los obstáculos hasta que se pudo redondear el triunfo electoral de nuestro candidato Moisés Hernández Paque. Tras el reconocimiento oficial del triunfo electoral, la gente recorrió en marcha, eufórica, las dos plazas del centro histórico, con el candidato triunfador a la cabeza. Había sido un triunfo histórico: la primera derrota del PRI en el distrito.

Fundado el Partido de la Revolución Democrática en 1989, sumó triunfos y derrotas en los siguientes años; también sumó priistas a sus filas, y con el tiempo el PRD se fue desdibujando. Quienes nos movíamos por principios democráticos, no por cargos, tuvimos que volver a salir a las plazas para apoyar la creación del Movimiento de Regeneración Nacional, atendiendo el llamado de su promotor, Andrés Manuel López Obrador (AMLO); y enseguida de nuevo tomamos las plazas para la creación del Partido Movimiento de Regeneración Nacional. Durante meses, las mañanas de los domingos un grupo de ciudadanos, encabezados por Marco Fabio de Jesús, primer presidente del comité municipal de Morena, instalado por el propio AMLO en Pátzcuaro, nos turnábamos para afiliar ciudadanos, para informar y promover el nuevo partido platicando con la gente, proyectándole videos, distribuyendo el periódico Regeneración.

Morena fue creciendo y se fue convirtiendo en un nuevo campo de ambiciones políticas, pues el efecto AMLO ganaba elecciones, con indiferencia de la calidad moral y política de los candidatos a los puestos de representación popular que propusiera Morena, dominada por ex priistas y ex perredistas. Ganó AMLO la presidencia de la República en el 2018 y a partir de entonces el efecto AMLO se fue expandiendo aún más, al grado de que actualmente, 2023, Morena tiene gubernaturas en 23 estados de la República, y con una alta probabilidad ganará la mayoría de las nueve gubernaturas en disputa en el 2024, junto con la Presidencia de la República y la Legislatura federal.

Imagínese el lector el tamaño de las ambiciones que hoy andan desatadas por regidurías, presidencias municipales, diputaciones y gubernaturas. ¿Cuántos de los ambiciosos que hoy andan eufóricos tras la oportunidad de participar por Morena podrían garantizar el cumplimiento de los principios de no mentir, no robar y no traicionar?

Es una vergüenza que mientras el líder moral del movimiento de regeneración nacional, hoy presidente de la República, cuida de no incurrir en nepotismos con sus hijos y demás familiares, alejándolos de la cercanía con los poderes que ejerce, supuestos morenistas han hecho y hacen intentos por meter a los cargos hasta al perico de sus familias. Mientras la calidad moral de nuestro líder se sustenta en una impecable trayectoria de trabajo y oficio político ligado a las causas de los más desposeídos, se suban al carro electoral personajes sin más trayectoria que su ambición por el dinero fácil, sin importarles que no dan el ancho por la exigencia social de la 4T de NO MENTIR, NO ROBAR, NO TRAICIONAR.

En procesos anteriores, la ciudadanía ha castigado en las urnas esas desmedidas ambiciones; pero esos castigos democráticos han tenido un efecto colateral nefasto para el trabajo político en las legislaturas, estatales y sobre todo federal. Es de esperarse que las dirigencias nacional y de los estados, de Morena, hayan aprendido la lección del último proceso electoral y moderen las ambiciones de aquellos políticos que no persiguen un fin superior, común de los mexicanos, sino sólo el de su vanidad y afán de poder para vivir del erario público.

Pero para el caso de Pátzcuaro, como municipio y cabeza de dos distritos, el local y el federal, PERDIDOS EN TODO LO ALTO EN EL PROCESO ELECTORAL DE 2021, por las causas antes descritas, preocupa que sean en general los mismos actores de ese desastre electoral los que ya encabezan y maniobran por una segunda oportunidad. En la perspectiva de apoyar la predecible candidatura de CLAUDIA SHEINBAUM, para suceder al creador del movimiento de regeneración nacional, qué manera de enturbiar el horizonte político a los electores de Pátzcuaro, que han aprendido a castigar en las urnas a quienes no merecen su confianza.

Como dice AMLO, “por los jóvenes” me permití personalizar esta colaboración, pues tienen que saber que en 1989 y siguientes años combatí electoralmente a padres y abuelos de los que hoy pretenden ser protagonistas del cambio verdadero, sin que a nadie les conste que hayan labrado una trayectoria propia. Me vienen a la mente personajes que siendo priistas me combatieron por mis posiciones de izquierda; y luego me tocó verlos en el gobierno como perredistas y ahora como morenistas, mostrando habilidad en el manejo de los tres colores partidarios. Bienvenidos sean de otros partidos que vengan a ensanchar el cauce de Morena, pero no necesariamente tiene que ser de buenas a primeras montados en puestos de elección popular.