En México, el encanto se presenta de muchas maneras. En forma de metrópolis, de costa, de historia, de sabores: la experiencia mexicana es multifacética y se presta a ser vivida a gusto del turista.
Sin embargo, ninguna otra parte del país te dará una visión más completa de México que un paseo por sus mejores pueblos. Lo que hayas venido a buscar (sea mar, arquitectura, gastronomía y más) hay un pueblo que te lo da. Porque en México, los pueblos no son bonitos… Son mágicos.XICO
Xico, antiguamente conocido como Xicochimalco, hereda la tradición arquitectónica andaluza con sus casas de teja roja y calles de piedra y adoquín. Como buen abanderado de su estado, Veracruz, se enorgullece de su mercado cafetalero. Pruébalo, y lo entenderás.
TLAXCO
El pueblo de Tlaxco como lo conocemos hoy data del siglo XIX, con su iglesia y su arquitectura colonial. Sin embargo, uno de los grandes atractivos de este pueblo del estado de Tlaxcala son las pinturas rupestres en las cavernas de La Parada y La Gloria, que demuestran que Tlaxco estaba habitada desde hace mucho más de lo que inicialmente pensamos.
TAPIJULAPA
Si tuviésemos que escoger una palabra para definir Tapijulapa, en la frontera de Tabasco con el vecino estado de Chiapas, sería ‘pintoresca’. De hecho, viendo las calles empedradas, las casas blancas con el tejado rojo, y los ríos Oxolotán y Amatán que la rodean, sorprende que no aparezca una foto del pueblo junto a la entrada del adjetivo en el diccionario.
ALAMOS
La llaman la Ciudad de los Portales y enseguida verás por qué: este hermoso pueblo del estado norteño de Sonora está repleto de soportales, en una unión de tradiciones arquitectónicas barrocas, andaluzas e indígenas. Alamos es también el hogar natal de la célebre María Félix, cuya casa es hoy un curioso museo.
COSALÁ
Cosalá, en el estado de Sinaloa, no solo tira de belleza natural y creada para atraer el turismo, sino que las combina: la arquitectura colonial respeta perfectamente el entorno en el que se construyó, allá por el siglo XVI. ¿Lo mejor? Se ha conservado casi igual hasta el día de hoy.
XILITLA
Más que un pueblo, Xilitla es un cuento de hadas hecho realidad. La atracción principal de esta municipalidad de San Luis Potosí es Las Pozas, una mansión ajardinada de principios del siglo XX, que fue abandonada a su suerte años después. Ahora reclamada de nuevo por la maleza, es una representación viva del realismo mágico en su concepción más literal.
BACALAR
Bacalar es uno de los secretos mejor guardados de Quintana Roo. Erigido a orillas de la laguna del mismo nombre (también llamada la Laguna de los Siete Colores, por razones obvias nada más verla) y rodeado por tres cenotes, este pueblo te invitará a que te quedes más días de lo previsto. Merecerá la pena.
BERNAL
En Bernal, el turismo y la vida giran en torno a su peñasco. Este pueblo del estado de Querétaro alberga el tercer monolito más grande del mundo (después del Peñón de Gibraltar y el Pão de Açúcar brasileño) y reta a los visitantes a escalarlo. Si la aventura no es lo tuyo, aprovecha para verlo desde todos los ángulos que ofrecen las calles adoquinadas de Bernal.
CHOLULA
A tiro de piedra de Puebla ciudad, en el estado del mismo nombre, Cholula esconde la pirámide más grande del mundo… Literalmente, ya que está oculta a los ojos del mundo y completamente cubierta por vegetación. De hecho, la subirás sin darte cuenta: se hace pasar por montaña, coronada por la iglesia de la Virgen de los Remedios.
MAZUNTE
Esta playa del estado de Oaxaca se basa en tres pilares del turismo alternativo: el yoga, el surf y la conservación ecológica. Tanto si buscas sanarte a través de la meditación, conocer de cerca el Pacífico o estudiar el ciclo vital de las tortugas que tienen aquí su hogar, Mazunte te lo ofrece en bandeja.
SANTIAGO
En la región central de Nuevo León, entre la Sierra Madre y Cerro de la Silla, está Santiago. Este pueblo es uno de los lugares favoritos del turismo de aventura y no sin razón: el poblado colonial está rodeado de cañones, parques naturales y embalses, perfectos para deportes extremos como rapel, rafting y esquí acuático.
JALA
Se ha convertido en una de las perlas del estado de Nayarit, haciendo gala de dos invitados habituales a los pueblos de México: la arquitectura colonial de las calles, catedral incluida, y el volcán que preside la vista. En el caso de Jala, la catedral es la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción y el volcán es el Ceboruco.
TEPOZTLÁN
Si tu viaje a México solo te permite visitar la capital, aprovecha y escápate a Tepoztlán. Este pueblo del estado de Morelos solo está a una hora de Ciudad de México. No dejes de conquistar el monte Tepozteco y pegarle un buen bocado al dulce típico de la zona: las nieves, o sorbetes. ¿Te apetece una de tequila y guayaba?
TEQUILA
Por si su nombre deja lugar a dudas, aquí es donde tantas noches épicas (y no tan épicas) han empezado: el tequila, elixir mexicano por excelencia, nace en este pueblo del estado de Jalisco. Tequila (el pueblo) nada en agaves, sobresaliendo entre los azules y verdes de las plantaciones. Un paraíso para todos los sentidos… No solo el del gusto.
MALINALCO
Anclado entre montañas, este pueblo del estado de México se pasea por calles empedradas, cuesta arriba y cuesta abajo. En ambos extremos hay recompensa: en la cima del Cerro de los Ídolos espera una zona arqueológica y en el centro del pueblo está el Convento Agustino y sus impresionantes murales.
COMALA
“Vine a Comala porque me dijeron que acá vería a mi padre, un tal Pedro Páramo”. Así, con un canto a este pueblo de Colima, comienza la novela de Juan Rulfo y obra maestra de la literatura mexicana, La Comala. Pasa un tiempo en la Plaza Municipal, disfrutando del encanto y el equilibrio entre arquitectura y belleza natural, y entenderás qué fue lo que cautivó a Rulfo.