Lic. Alfredo Castañeda Flores ANALISTA
23 SEPT. 2022.-Culturalmente, el hombre es etiquetado como el fuerte de la relación natural varón-mujer, lo que le impide mostrar sus sentimientos, dar o recibir ternura, amor y otros valores que equivocadamente, desde que tenemos uso de razón, se nos han intentado eliminar.
Sin embargo, a pesar de todo, la mayoría de los hombres en mayor o menor medida, más de alguna vez, en la soledad de su habitación, de su traslado en transporte, público o privado, o en cualquier instante en el que tiene la oportunidad de estar solo, lejos del bullicio de la falsa sociedad, trae a su mente lo que realmente necesita de su familia, esposa, hijos, novia, pareja, amistades, etcétera. Pero que desafortunadamente, pocas veces logra obtener.
Contrario a las mujeres, el hombre no necesita demasiadas cosas para ser feliz, sus necesidades son, literalmente, básicas. Necesita tener a su lado, desde niño y hasta la edad en que concluye su existencia terrenal, gente que lo entienda, lo comprenda, lo reconforte cuando lo necesite, y hasta eso, no en demasía, la mayoría de las ocasiones, le basta con un simple abrazo, sin recibir palabra alguna, simplemente, sentirse protegido con un brazo por encima del hombro, una palmada en la espalda, una caricia en el cabello, cualquier gesto que denote simpatía hacia él, es justo y necesario para sentirse reconfortado en sus fuerzas para continuar en la ardua batalla diaria que es la vida. De verdad amable lector, es algo que todo hombre necesitamos, aunque la mayoría jamás lo pidamos.
Desde que se es niño, el hombre va recibiendo regaños de diferente proporción, por tirar, romper, hacer o dejar de hacer, cualquier cosa, que al paso de los años, miramos hacia atrás y vemos que no era para recibir la reacción agresiva, negativa que en su momento se tuvo, sin embargo, así se va criando.
Ya en la edad adulta, cuando se busca formar una familia, la pareja seleccionada para ello, es, aparentemente parecida al hombre, pero totalmente opuesta en su forma de ser y manera de pensar (si es que en realidad piensa), y cuando se cree que ya se recibirán las atenciones que no se han recibido, porque eran los padres, hermanos, abuelos, etcétera, los que convivían con él anteriormente y por ser, la mayoría del mismo sexo, no se vería bien abrazarse, incluso llorar delante de ellos, pero que al ser frente a una mujer, de la que se tiene una idea equivocada, creyéndolas más sensibles, más cariñosas (de verdad), se reciben múltiples rechazos de ella, porque la mayoría resultan lo contrario, están acostumbradas a ser el centro de atención en todo y para todo, no les alcanza su diminuta capacidad de razonamiento para ceder un poco de esa atención a su compañero de vida, aunque solo sea de vez en cuando.
Eso, inteligente lector, va agrietando la convivencia y comunicación de pareja, porque en lugar de recibir palabras o roces de aliento, dependiendo del tipo de mujer que encuentren, algunas al momento, otras después, pero finalmente TODAS, más de alguna vez echarán en cara ese supuesto apoyo desinteresado y sincero brindado cuando su hombre lo necesitó. Obviamente, el hombre jamás vuelve a tener un momento de sinceridad y necesidad de apoyo para con ella, lo que ocasiona, un alejamiento mayor de ella, porque se siente solo, porque no tiene con quien refugiarse para mitigar lo que le duele, le afecta, le lastima, teniendo que recurrir a la soledad de sus pensamientos y emociones, porque no tiene en quien confiar, con quien desahogarse cuando lo requieren las circunstancias. Esto es lo que necesita un hombre, comprensión y ternura, lo que pocos, muy pocos reciben, la mayoría tienen que tragarse todo lo bueno y malo que les pasa, porque no tienen a quien decírselo, sin que lo regañe, se burle de él o peor aún, lo utilice para atacarlo frente a otros, causándole más daño del que originalmente esa acción le provocó.
Este desinterés de los demás hacia el hombre propicia que se refugie en el alcohol, los estupefacientes, aunque no es una justificación, para las mentes débiles, así parece, se entienda con otra u otras mujeres, buscando en ellas, lo que necesita, pero la mayoría de las veces, resulta peor, porque, esa misma mujer, se encarga de enterar a la esposa, novia o pareja que vive con él, ocasionándose problemas que van desde una fuerte discusión, hasta un divorcio no planeado. Esto, porque también las mujeres, conforme avanzan los años viviendo en pareja, el sexo lo utilizan para manipular al hombre, lo dan a cambio de cualquier cosa, principalmente de cosas materiales, sea en efectivo o en especie, lo que también es otro problema que merma la fortaleza del hombre. La falta de sexo, provoca irritabilidad propia y por ende, hacia los demás, eso está probado, porque la noche de la inacción, el afectado no puede conciliar el sueño, despertando al día siguiente cansado, de mal humor y todo lo que desencadena una noche de insomnio provocado por la falta de…
Las mujeres, pese a lo que se diga de ellas, incluso por muchos hombres que piensan que mintiendo, los van a tratar mejor, son malas compañeras de vida, quieren todo para ellas, principalmente la atención, no permiten que se les quite aunque sea de forma momentánea, no prestan oídos a lo que a otros les sucede, al contrario, se trate de quien se trate, en la primera oportunidad que tienen para lastimar al otro, lo hacen, usando lo que por ingenuidad o amor, les fue confiado. Esta es la principal razón por la que normalmente, los hombres mueren antes que las mujeres, porque se van guardando todo, bueno y malo, eso va mermando la salud, porque la mayoría de las enfermedades tienen que ver con los sentimientos, con las emociones y no externarlos es perjudicial, por eso si creemos ser diferentes, seamos empáticos con nuestros “amigos”, preguntémosles como están, que les aqueja, que los acongoja, no perdemos nada hablando unos minutos con ellos, al contrario, no tenemos idea del enorme beneficio que traeremos a otra gente, debemos escucharlos atentamente, pero sobre todo, recuerda que no se debe usar lo que te digan en su contra, la traición de la confianza y más de un hombre, es lo peor que se puede hacer. ¡Hazlo! Porque tú también algún día lo puedes necesitar.