Hoy quiero utilizar este espacio para hablar del tema más importante del ser humano: la educación. Desde hace meses está en los medios de comunicación e informativos, esta palabra, pero mal atribuida, la mayoría habla de educación y de inmediato se relaciona con los profesores, pero es incorrecto, la verdadera educación proviene de nuestro hogar, de nuestros padres hacia nosotros, de nosotros hacia nuestros hijos, de éstos será hacia los suyos, etcétera. Ésta es la verdadera educación, asistir a la escuela es simple formación, adquirir conocimientos para el futuro, pero la educación se enseña y aprende en casa.
Otra frase trillada es la de que nadie nos enseñó a ser padres, efectivamente, pero si tienes buenos cimientos de educación en tu mente, tratarás de mejorarlos en y con tus hijos, razonamiento que la mayoría no hace.El dilema más difícil de un padre (y/o madre) es darle a un ser humano una vida digna, hacer de él una persona auténtica, amorosa, respetable, pero sin olvidarnos de hacerlo también un ser que sirva a la sociedad y que se encargue de dejar un mundo mejor de cómo lo encontró.
Una persona puede querer tener un hijo por diversas razones que dependerán de su deseo inconsciente, su fantasía, su subjetividad y su experiencia personal, para algunas personas el deseo de ser padres es muy claro, en otras el deseo consciente y el inconsciente aparecen contrapuestos. Ésta decisión de ser padre o madre, no es parte de la naturaleza, las hormonas o cuestiones de orden biológico; tampoco es producto solamente de los aprendizajes, ejemplos, expectativas de los demás o imposiciones sociales.
Es importante que debes tener muy claro, antes de elegir el camino de la paternidad o maternidad, el análisis de tu propia experiencia y el deseo que te motiva al tomar tal decisión, justamente para que esto te ayude a tomar el compromiso de cumplir con tu función en toda su extensión y si ya tienes hijos recuerda que nunca es tarde para modificar y ser mejor padre o madre, tus hijos lo merecen.
Hay daños que se reparan fácilmente, pero la falta de amor es irreparable. Ámalos.
Todos tenemos muchas cosas buenas de cómo fuimos educados y que vale mucho la pena rescatar, por ejemplo que existía una figura de autoridad, había firmeza, la claridad con que asumían su papel de padres, muchos más valores, jerarquías (respeto hacia los adultos).
Asimismo había demasiada distancia emocional, escasa comunicación, el ejercicio de la fuerza física (golpes, pellizcos, cinturonazos, manazos), un autoritarismo, poca libertad a expresar sentimientos. Debemos perdonar las limitaciones de nuestros padres y proporcionarlas a nuestros hijos para que tengan su propia visión sobre el mundo.
Al nacer nuestros hijos formamos una familia, ésta actúa como el primer grupo de personas con las cuales el ser humano que nace entra en contacto. Es el grupo responsable de cuidar y proteger al bebé pero también de integrarlo al mundo y de hacer que, a través de la enseñanza de prácticas, reglas y pautas de convivencia, pueda adaptarse exitosamente a las necesidades de la sociedad.
Es muy importante generar un entorno armonioso y amoroso en la familia, porque de aquí aprenderemos:
• El punto de referencia respecto al sentido de la vida (valores).
• Cuánto, cómo, dónde y a quién expresar lo que sentimos (madurez).
• Qué hacer con lo que sentimos (autocontrol).
• Cómo reaccionar ante nuestros sentimientos (socialización).
• Cómo nos sentimos nosotros mismos (autoestima, autoconocimiento y auto concepto).
• Cómo se resuelven y enfrentan los problemas (auto-motivación).
Crea en ellos un sentido de pertenencia, esto es garantía para mejorar la convivencia cotidiana, sentirse unido por lazos que aunque no son visibles forjaron en ellos seguridad, te permitirá reconciliación, tolerancia y por supuesto el saber perdonar.
Así se crea un sistema familiar y un esquema de valores en cada hijo. Educar es entrenar a tu hijo para la vida, para desarrollar primero su capacidad de amar, que aprenda que todo es una relación de dar y recibir, por lo tanto el convivir con otros es colaboración, respeto, negociación, solidaridad.
Después de ahí vamos al control de su impulsividad, aquí ayudaremos a que desarrolle su tolerancia a la frustración, el saber que no todo lo puede o lo merece lo ayudará a reflexionar antes de actuar y como tercera, el razonamiento moral, esto formará y consolidará sus principios, criterios y valores que regirán su vida y le servirán de guía para socializar con su entorno.
Amable lector, trata de que su entorno familiar sea lo más sano posible, esto te ayudará a educar más fácilmente ya que el niño verá no sólo con palabras, sino también con el ejemplo de cada uno de sus integrantes, actos de amor, comunicación, respeto y todos los valores que les inculques a tu familia.
Lo más común en un padre es el manejar altas dosis de ansiedad y angustias acompañado de la culpabilidad que son los peores enemigos para educar a un hijo y que el único origen es el miedo que nos da el cometer errores. Libérate de ese miedo y empieza a dar a tus hijos, no importa la edad que hoy tengan, amor, comprensión, respeto y sobre todo libertad responsable.