26 julio, 2024
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La República amorosa de AMLO: Hacia la recuperación de los valores éticos y morales de la sociedad

Hace casi año y medio, durante una reunión del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) en Ciudad Valles, en plena huasteca potosina, escuché a un Andrés Manuel López Obrador relajado y confiado del caminar de este movimiento. Sus palabras no eran del todo de un político. En su discurso percibí a un AMLO con un profundo sentido de la ética cruzada con amor al prójimo, de paz y de la armonía que deberíamos recuperar los mexicanos.

 

Ahora en pleno proceso electoral del 2012 y el tabasqueño como único precandidato de las izquierdas, recordé esa reunión cuando en el programa de López Dóriga el candidato de las izquierdas deslizó su propuesta de “la República amorosa”, cuyos fundamentos fueron delineados hace unos días por él mismo. Regenerar la vida pública de la nación, basada en poner por delante los valores éticos y morales que existen todavía en el México profundo es, sin duda, un imperativo en la propuesta de López Obrador. Y no es que la gravedad de la situación económica por la que atraviesa el país pase a segundo término, sino que, para implementar un modelo económico alternativo, es necesario dar pasos para reconstruir el tejido social, las relaciones humanas, el sentido de la comunidad, que, hoy en día, se encuentran fracturados a consecuencia de los valores que exalta y promueve el neoliberalismo: el consumismo desenfrenado, el individualismo, las relaciones mercantiles por encima de las humanas, el lucro desmedido como divisa principal, Y lo que es peor: La corrupción institucionalizada que beneficia a la élite gobernante y a los poderes fácticos se ha convertido en un cáncer social con consecuencias funestas para el país. Por ello, cabe retomar y recrear a nuestras actuales circunstancias históricas lo que Montesquieu señalaba en El Espíritu de las Leyes: “El amor a la patria como la virtud más alta al renunciar a las pasiones del poder”, pasiones que en el caso concreto de México significan la corrupción de las instituciones y de la vida pública. Poner en el centro a las personas, promover la recuperación de los valores de la solidaridad, el bienestar colectivo, el bien vivir, la honestidad, el amor al prójimo, no son, de ningún modo, ideas abstractas, utópicas. Si existe voluntad y un ánimo de recuperar el sentido de la política como instrumento para el bien común, tales ideales son realizables. Aquí en Michoacán, por ejemplo, específicamente en Morelia, en el presente año el PRD municipal viene desarrollando un proyecto que coloca en el centro a la gente a través de diversos mecanismos de participación ciudadana: Se organizó una consulta plebiscitaria, se efectuaron 6 foros sobre temáticas de interés colectivo y se desarrollaron más de 100 asambleas en barrios colonias, tenencias de nuestra ciudad. En estos eventos el propósito fundamental fue escuchar el sentir de la población moreliana, y sobre todo, propiciar su involucramiento en la problemática que les aqueja. En este proceso escuchamos y detectamos algo que no esperábamos: la gente, los ciudadanos en esos talleres deseaban recuperar la buena convivencia y el diálogo con sus vecinos, con su entorno. Ello es una muestra de que estos valores siguen vigentes también en las colonias urbanas de nuestra Morelia. Se advierte, ciertamente, la necesidad de recuperar el tejido social, la fraternidad y el bienestar colectivo. Hace falta que los gobernantes tengan en su mente y en su proyecto político la importancia de abonar en ese sentido. De igual manera, AMLO en su Proyecto Alternativo de Nación plantea “recobrar el sentido de comunidad”. Esa es la piedra angular de este proyecto. Hay que colocar a la comunidad y a la vida comunitaria en el centro de la nueva sociedad. Recuperar los valores de las comunidades rurales y urbanas que aún existen y resisten por todos los rincones del país, formando parte de la idiosincrasia nacional. Así como superar el individualismo y el egoísmo, ejercer la crítica frente al poder, detener la violencia social que incuba la desigualdad, la ignorancia y el oscurantismo.

Es preciso señalar que tales anhelos hunden sus raíces en el proyecto histórico del humanismo. “Con todos, y por el Bien de todos”, termina uno de los discursos de José Martí, que hoy aparece en el proyecto de AMLO acorde con las actuales condiciones que vive el país. En efecto, en esta nueva campaña política del dirigente de MORENA parece haberse reinventado a sí mismo; sin embargo, en mi perspectiva es el verdadero López Obrador, el que está empeñado en luchar por la felicidad de todos y todas. Sus discursos como presidente del PRD en Tabasco, como candidato a jefe de gobierno del Distrito Federal –en donde planteó “La ciudad de la esperanza”, que tenía como fundamento y fin último de toda sociedad y ser humano, la felicidad de la gente- se advierte un común denominador: reconstruir la nación fundamentada en el amor y en el bien común. Es importante hacer hincapié: AMLO propone un modelo económico alternativo, que efectivamente sirva para el bien vivir de los mexicanos. Así como los griegos buscaban la República ideal, pero siempre tenían en el centro de sus discusiones la mejor forma de servir al interés general. Al bien común. Esta necesaria realidad es la que deberían estar pensando y proyectando los diferentes candidatos a la presidencia de la República, sin embargo sólo López Obrador ha logrado captar y comprender de manera directa las demandas más urgentes de los mexicanos. Hay que recordar que desde hace 6 años AMLO no está en una oficina de gobierno o en una cómoda curul del Congreso Federal; esto le ha permitido vivir en sus recorridos por los más de 2 mil 400 municipios del país las realidades de una sociedad afligida y abandonada por más de 30 años de neoliberalismo, impulsado por el PRI de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, y refrendado por los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón.

La República amorosa no es un una propuesta que pretenda captar el corazón de los mexicanos promoviendo la sensiblería que dicta la mercadotecnia pueril; es un proyecto con sólidos cimientos históricos y programáticos, que convoca a millones de mexicanos a la reflexión, a la organización, a la suma de voluntades individuales y colectivas, pero, sobre todo, a transformar las estructuras sociales, económicas, políticas, y culturales, para beneficio de las mayorías.

*Dirigente municipal del PRD Morelia